-¡No sabéis a quien he visto en el pasillo!
Laura, Mayka y yo nos encontramos sentadas
en uno de los bancos blancos, comiéndonos un paquete de patatas.
-¿A quién? –pregunta Laura mientras coge
otra patata.
Andrea venía andando desde la “entrada” al
césped.
-Al chaval rubio que nos echó la foto
ayer.
-¡No! –exclama Mayka.
Andrea asiente.
-Yo también.-comento.
Todas me miran.
-El chaval de las gafas, -digo mirando
hacia Laura- está en mi clase y me lo
presentó, al parecer también toca la guitarra.
Laura comienza a reírse.
-¿Avisamos a las chicas? –dice Mayka
cogiendo el móvil.
-Vale.-dice Andrea mientras coge una
patata.
Mayka comienza a escribirle un mensaje. No sé
si a Silvia o a Rocío.
Me vuelvo y veo a Jade apoyado en la pared mientras se
come una barrita. Esta solo así que lo llamo. Jade alza la vista y sonriéndole
le invito a que se acerque. Me hace caso.
-¿Jade? –pregunta Laura.
-Luego te lo explico, -la miro- me quede
igual que tu.
Le sonrío. Cuando Jade esta cerca me
levanto del banco. Los cinco no cabemos así que le dejare mi sitio.
-Hola Cristi.-me saluda.
Nos damos dos besos.
-¿Qué te cuentas?
-Nada, ahí aburrido estaba.-dice señalando
la pared.
-Bueno, -miro a las chicas- estas son parte
de mis amigas. Laura.-la señalo, ella se levanta y le da dos besos- Andrea,
-hace lo mismo- y Mayka.-también se levanta.
Antes de poder hablar, el móvil de Mayka
suena.
-Ya lo sabe. Coinciden en la orquesta.
Por lo que escucho me imagino que se lo
habrá enviado a Rocío.
-Siéntate, anda.
Jade se sienta.
-Bueno y, ¿Qué es lo mejor de Londres? –le
pregunta Laura para intentar entablar una conversación.
Lo consigue. Y comienzan a hablar sobre los
restaurantes y demás…
***
Abro la puerta. La casa esta muy iluminada.
Estamos todas y Jade. Hoy tendremos que
hacer algo que sepamos que nos saldrá bien. Jade ha accedido a venirse a comer
a casa ya que en su apartamento no habría nadie.
-¿Qué hacemos de comer? –pregunto mientras
voy a las cocina.
-¿Qué tal hacer macarrones? –dice Silvia.
-¿Tu sabes hacerlos? Porque yo no.-dice Rocío sonriendo. Silvia
asiente.
-Yo también tengo una ligera idea. Puedo
intentar ayudarte.-digo.
Nos vamos hacia la cocina, dejando a las
demás en el salón hablando con Jade.
*Dos días más tardes*
El tiempo en Londres comienza a ser el que
todos conocemos por las películas. Esta nublado y comienza a hacer demasiado
frío.
Hoy, es jueves.
Para ir a la universidad he decidido
ponerme unos vaqueros y una sudadera que me abriga mucho. La verdad las seis
vamos casi iguales vestidas, solo nos diferencian los colores de la ropa.
Cuando llegamos a una calle que esta a una manzana de nuestra universidad, nos
despedimos de Rocío y Silvia.
Las demás seguimos andando. Las chicas
están comentando algo de salir el sábado. Pero, juraría haber visto en la tele
que iba a llover pero cualquiera sabe lo que realmente pasará.
Estoy mirando el suelo. No tengo ganas de
ir hablando, tengo demasiado frio. Estamos a finales de octubre así que veo
normal estar así.
En pocos minutos llegamos a la universidad.
Un chico, alto, de pelo rizado y seguido por muchísimas chicas se acerca Mayka.
-Bueno días Mayka.-dice con aire superior-
¿sabes si los informes sobre la reproducción de las cacatúas era para hoy?
-Harry, -dice Mayka- creo que no han
mandado ningún informe de ese tipo.
-¿No? –dice como si realmente lo hubiera
sabido desde el principio- Pues adiós.
Y se va sin más. Lleva detrás de él una
cola de chicas, lo observamos hasta que llega a una columna y se apoya en esta.
Muchas de las chicas que le seguían se colocan sobre él y este las deja. En vez
de universitarias parecen niñas de preescolar…
-¿De qué va ese? –pregunta Laura.
-Es un chulito.-dice Mayka después de haber
suspirado- Me da pena.
-¿Y porque se ha acercado a ti?-le pregunto
arrugando la nariz.
-¿Estás celosa Cristi? –dice riéndose.
-¿Yo? Un montón…-le sonrió
-Es mi compañero, -responde- es muy listo
pero, le pueden los culos y las tetas.
-Como a todos.-comenta Andrea.
Comenzamos a andar hacia la entrada. La
sudadera lila que llevo me hace parecer pequeña al lado de las demás chicas que
hay en la universidad. Todas tan guapas y arregladas para estudiar.
-¡Superman al ataque! –susurra alguien de
una manera horripilante en mi oído.
Me giro bruscamente. Me he asustado y
pensaba que había sido una alucinación mía. No lo es. Louis con una bufanda y
una chaqueta que parece bastante calentita se encuentra a mi lado.
-¡Me has asustado Louis! –digo mientras no
puedo evitar reírme.
-Perdón, -dice riéndose- ¿Cómo te va
Cristi?
Mi nombre lo ha dicho de una manera muy
extraña lo que hace que me ría.
-Bien.-en ese momento alguien me da un
toquecito en el hombro. Es Laura.- ¡Louis! Estas son mis amigas.
Nos hemos parado al lado de un tablón
enorme con anuncios, me quito de en medio y dejo a la vista a las chicas.
-Hola.-dice.
-Esta es Laura, esta Andrea y ella es Mayka.
Se acerca a todas y las saluda con dos
besos.
-¿Qué estudias lo mismo? –pregunta mirando
hacia Andrea.
-No cada una estudia…-dejo de escucharla.
Como si en una película estuviera, el
tiempo se detiene. Desde que lo vi hace ya semanas no dejo de ponerme nerviosa
cuando le veo. No me mira. No sabe que existo.
Tiene novia, lo descubrí el otro día, a la
salida. Y aun así, me encanta…
Hoy baja del coche en el que siempre viene, lleva un abrigo verde oscuro y un gorro negro en la cabeza, dejando un pequeño
“tupé” a fuera del gorro. Vuelve a tener una pequeña barba. Y las botas sin
abrochar me encantan con esos vaqueros. Su novia, una chica de su mismo curso,
morena, alta, esbelta y muy a la moda, corre hacia él y, bajo las miradas de
muchas personas, se funden en un asqueroso beso. Asqueroso porque es de ella.
Asqueroso porque no soy yo. Asqueroso porque no puedo aguantar verlo.
Me vuelvo hacia Louis y las chicas. Aun
están hablando. Puede que no se hayan dado cuenta. Pero Mayka me está mirando,
Mayka, al igual que las demás, me conoce y Mayka a diferencia de las demás, ha
visto mi reacción ante ese beso.
*Horas más tarde*
-¡Chicas! –Se escucha a Silvia entrar por
la puerta- He conocido a un chico muy guapo…
-Y han estado ligando.-grita Rocío entre
risas.
Estábamos esperándola para comer en el
salón, tiradas en el sofá y viendo la tele. Las cuatro nos incorporamos.
-¿De verdad? –pregunto mientras me pongo
las zapatillas.
-Sí, ¿y a que no sabéis gracias a quien lo
he conocido?
Todas nos quedamos en silencio, esperando a
que responda.
-¿Gracias a Niall? –pregunta Mayka.
-Sí.
-¿Quién es ese?-pregunta Andrea mientras se
pone los cordones.
-Un compañero mío. Coincido en el solo en
una clase pero, mi amigo Dylan, me ha hecho hablar con él un par de veces.
Con que Dylan, Niall y Rocío ya se
conocen…me imaginaba que se conocerían de vista no en ese estilo.
-Bueno, ¿y cómo se llama el chico?
–pregunto.
-Niall.-responde Silvia muy ilusionada.
No estoy entendiendo nada…
-¿Qué? –Laura pone una mueca.
-Que gracias a Niall, lo he conocido mejor.
-¿Ehh? –susurro en su dirección.
-Que lo he conocido mejor a él. ¡A Niall!
-¡Ah, vale! –digo riéndome.
-Es un chico muy amable y tierno.-coloca
sus manos bajo su cara y hace la mueca de <<que monada de chico>>.
-¡Te gusta! –grita Laura detrás mía.
Silvia abre mucho los ojos y se pone seria.
Su pelo suelto es retirado hacia la espalda por su mano y se cruza de brazos.
-No, -dice con sarcasmo- solo me cae bien…
Comienza a reírse. Está claro que le gusta.
-¿Qué hay de comer? –grita Rocío desde la
cocina.
-Aun nada.-le respondo.
Viene arrastrando los pies desde la cocina.
Se para en la entrada del salón y se apoya en el marco de la puerta.
-Quiero chocolate.-susurra mirando hacia un
punto perdido.
-¿Chocolate? ¿Ahora? –Pregunta Laura
levantándose del sofá- Me apunto.
-No hay, he estado mirando por la
cocina.-dice haciendo pucheritos.
Laura se tira en el sofá. Estamos cansadas,
no estamos acostumbradas a levantarnos tan temprano, sobre todo después del
verano, y es más duro de lo que creíamos el llevar la casa hacia delante.
-Podemos comer bocadillos.-propone Andrea.
-Voto a favor.-levanto la mano.
-Me uno.- Silvia levanta la mano.
-Pues nada, a comer bocatas.-dice Mayka
hiendo a la cocina.
Y con esfuerzo me levanto y comienzo a poner
la mesa.
-¿Pero no vas a poner el mantel? –le
pregunta Andrea a Laura.
-No.-coloca los vasos sobre la mesa.
Corto el pan para poder hacer numerosos
bocadillos.
-Ten cuidado con los dedos.-me dice Mayka
colocando las cosas en la mesa.
-Ya, que si…-miro hacia atrás para verle la
cara y continúo cortando.
-Mayonesa…-comienza a cantar Silvia cuando
saca el bote del frigorífico.
Me comienzo a reír y sin quererlo me rozo
con el cuchillo el dedo gordo de la mano izquierda.
Veo como, lentamente, me sale un poco de
sangre de una raya en la yema del dedo.
Hago lo que me dice mi súper instinto. Me meto el dedo la boca para
intentar parar la salida de la sangre.
La boca se me llena de un sabor como a
hierro o a no sé que cosa.
Me giro e intento salir de la cocina pero
Laura y Rocío están bailando en el centro de esta.
-Dejadme paso.-digo aun con el dedo en la
boca.
-¿Qué te pasa?-pregunta Rocío aun agarrada
a Laura.
-Que se ha cortado, ¿o no la ves? –dice
Silvia sacando embutidos del frigorífico.
-¿Qué te has cortado? –dice Laura como si
yo fuera una niña pequeña- Ahora te vas a desangrar, y no podremos hacer
nada…Bueno, ¿nos das permiso para coger tus intestinos y utilizarlos para una
barbacoa?
-Sí, y si queréis también hacéis
hamburguesas....-sonrío y cuando me dejan voy al baño a por una tirita.
*El sábado. A las cuatro de la tarde y
medio dormidas: *
Se escucha un fuerte trueno que me saca de
mi adormecimiento. La película sigue pero nosotras estamos dormidas. Rocío
tiene los pies en él posa brazos y la cabeza apoyada el hombro de Silvia, esta
tiene a la vez la suya en el hombro de Mayka que, no sé cómo, se aguanta recta
hasta dormida.
Andrea que está a su lado tiene la espada
sobre el hombro de Laura y esta tiene los pies estirados sobre mis piernas.
Decidimos ver Solo en Casa y casi está acabando.
Abro un poco más los ojos ya que aun sigo
dormida. Bostezo y me estiro. Sin querer veo como he despertado a Laura.
-¿Qué hora es? –dice bostezando.
Miro el reloj que colgamos en la pared.
-La cuatro y veinte.
-¿Vamos a salir?
En cuanto me lo dice ladeo la cabeza para
que mire por la ventana del salón. Está nublado pero, no un nublado normal como
el de casa, no, sino un nublado negro.
Ha comenzado a llover como si hubiera una
cortina de agua. Los créditos comienzan en la película.
Es una de las pocas veces que desde que
estoy aquí llueve así y quiero mojarme con lluvia londinense.
-Despertemos a las chicas, quiero mojarme
con lluvia londinense.-le digo a Laura mientras me levanto.
-Vale… ¿Las asustamos?
-¡Venga!
Laura se levanta con cuidado e, intentando
no hacer ruido, y vamos hacia nuestro
cuarto.
-¿Y qué hacemos?-pregunto susurrando.
-No se.-Laura comienza a reírse.
Pero no a reírse como si algo le hiciera
gracia, no, a reírse con esa risa floja que hace que tú también te rías. Y eso
hago.
Laura se acerca a su armario. Comienza a
buscar algo, yo mientras me siento en mi cama.
-Mira el tanga que he traído.
Me giro. Laura sostiene un tanga de
leopardo.
-Pero es que mira.-le da la vuelta.
Por delante tiene una especie de cola de
diablo que esta colgando. Ya lo entiendo. Es un tanga para hombres.
-¿Para qué te has traído eso? –arrugo la
nariz y comienzo a reírme.
-La verdad no sé.-comienza a reírse-Ya sé
que hacer.
Se quita los pantalones y se coloca sobre
las bragas el tanga.
-Ahora hacen falta…muchos calcetines.
Me acerco a mi cajón y se los paso. Se los
coloca en el paquete.
-Ahora te toca a ti.-dice pasándome unos
cuantos calcetines y un tanga rojo y marrón.
-¿Qué?
-Sí, póntelos. Hagamos como si hubiéramos
entrado a robar o algo. Nosotras somos los ladrones.
-Sí pero al no vernos sabrán que somos
nosotras.
-No. ¿Llevas el móvil encima?
Me toco el bolsillo trasero del pantalón.
Así es. Saco el móvil de él.
-Grabemos un mensaje de ayuda.
Me coloco un puñado de calcetines en lo que
sería el paquete y nos ponemos muy pegadas al móvil para grabar algo.
-¿Qué decimos?-digo riéndome.
-No sé.-también se ríe- Ya sé. Pulsa el
botón.
Lo pulso y nada más hacerlo comienza a
hablar.
-¡Chicas! –grita muy flojo, pero lo suficiente
alto como para que el móvil la coja- Ayudadnos, Cristi…-se pone bizca, no sabe
que decir- esta…-hago como que me caigo- ¡Inconsciente! Y no puedo moverme.
¡Ayuda, ayuda, ayuda, ayuda, ayuda…! -hace un gesto para que quite la
grabadora.
No puedo evitar reírme, vamos a hacer el
ridículo.
-Pongámonos detrás de la puerta.-Laura sale
corriendo hacia estas.
-¡Espera! ¡Pongamos tomate por el suelo!
–salgo corriendo hacia la cocina, e intentando no hacer ruido, comienzo a echar
tomate por todo el suelo hasta llegar a nuestra habitación.
-Luego habrá que limpiarlo…-comenta Laura-
Va, da igual.
Coloco el móvil en el pasillo debajo de
nuestros pantalones y dejamos la puerta abierta. Laura esta ya detrás de la
puerta y solo queda pulsar el botón. Y eso hago. Pongo la grabación a todo
volumen y corro hacia detrás de la puerta.
La grabación comienza a sonar. La he dejado
en repetición por si acaso. Me coloco detrás de Laura, para que ella sea la
primera en salir.
-¿Qué pasa? –se oye preguntar a Silvia.
No se escucha respuesta. Y se comienzan a
escuchar sus pasos hacia la habitación.
-¿Qué es esto? –pregunta Mayka con un tono
de asco en la voz.
Cuando entran en la habitación, Silvia y
Andrea andan hacia la ventana, Rocío las sigue pero, Mayka se queda detrás de
la puerta, es decir, al otro lado de nosotras.
En milésimas de segundo Laura sale, la
sigo, y vamos hacia Rocío y Andrea, que son las más cercanas.
Estas pegan unos votes hacia las camas,
como si al tirarse se protegieran.
Silvia se da la vuelta lentamente, no se ha
asustado. De repente se escucha un porrazo contra la puerta.
-¡Ay! –dice Mayka tocándose la cabeza.
Vuelvo a colocar la puerta lo más pegada a
la pared que puedo. El móvil sigue sonando.
-¿Te has hecho daño?- aguanto la risa.
Mayka se está riendo pero verla con la mano
en la cabeza hace que me quiera reír mas.
-Perdón.-digo.
Laura se acerca a ella y la abraza.
-¿Qué os habéis puesto?-dice Silvia
abriendo los ojos.
-Un tanga, ¿no te gusta?-dice Laura dándose
la vuelta y dejando ver el rabillo del paquete.
Rocío se ríe.
-¿Eso que es por si ligabas?-pregunta
Andrea.
-Claro.
-Bueno, - Mayka ya está mejor- ahora a
recoger lo que habéis hecho en el suelo anda.
Laura y yo nos miramos y ambas sabemos que
no nos van a ayudar. Lo hemos ensuciado nosotras y nosotras lo tendremos que
recoger.
-Bueno pero esperad a que me ponga los
pantalones.-digo quitándome el tanga y cogiendo el pantalón del suelo. De paso
quito el repetidor del móvil.
Laura hace lo mismo. Esta bromeando sobre
la típica broma de la pastilla de jabón. Después de bromear nos ponemos manos a
la obra.
-¿Vamos a salir? –pregunta Laura cuando ya
hemos terminado.
El tiempo ha mejorado. Hace media hora que
ha parado de llover pero, está nublado. Son las seis y cuarto. Y estamos todas
en la cocina comenzando a merendar.
-Venga vale.-dice Andrea.
-Pues venga, ¡vistámonos! –anima Rocío.
-Pero esperad, -digo mientras cojo un zumo
de la nevera- yo me quiero duchar que –levanto el brazo- observar mis
sobaqueras…
-Vale, vale…No nos mates.-dice Silvia
poniendo las manos delante de su cara.
Me rio y corro hacia el cuarto para coger
la ropa.
-¡Date prisa –grita Laura desde la cocina-
que luego voy yo!
-¡Vale!-digo en el mismo tono.
Cojo la ropa interior. Decido coger los
vaqueros azules, una camiseta de manga corta negra, con letras en plateado y
una imagen en blanco y negro de una chica con una máscara de un unicornio. Para
los pies cojo las botas tobilleras negras.
Voy al baño y me ducho.
Vamos andando por una calle que está casi
vacía. Nos hemos alejado un poco de casa pero, es que queríamos investigar un
poco la ciudad. Está nublado, se está
volviendo a poner oscuro. Y se nos ha olvidado coger un paraguas.
-Para ser sábado, ¿no está muy vacía esta
calle? –pregunta Mayka mientras da una vuelta sobre sí misma para observar la
calle.
-La verdad es que si.-comento mirando
también hacia el final de la calle.
Suena un trueno. Ha sonado muy fuerte,
todas miramos hacia el cielo. Y comienza a llover, como antes, a lo cortina de
agua.
Nos miramos entre nosotras con los ojos
abiertos y sonrisas en nuestras caras.
-¡Nos estamos mojando en Londres!-grito
saltando.
-¡Ahhh!-gritamos.
Y aprovechando lo sola que esta la calle
empezamos a hacer la tonta. Hacemos como si bebiéramos agua, damos vueltas
sobre nosotras y cantamos la mítica canción de: “I’m singing in the rain…”
Pero al poco tiempo de haber estado
haciendo la tonta nos damos cuenta de que estamos empapadas.
-¿A dónde vamos? –pregunto intentando
hablar por encima del ruido de la lluvia.
-¿Alguien puede taparme el móvil para
buscar en el GPS?-pregunta Andrea buscando el móvil en el bolso.
Mayka se quita la chaqueta vaquera que
lleva, y es aguantada por las esquinas por Silvia, Rocío, Laura y ella. Andrea
comienza a buscar en el móvil. Mientras, yo alzo el cuello buscando algún
lugar.
No hay balcones en las casas que se
encuentran cerca de esta calle, todo son ventanas. Para colmo, aquí los tejados
son de pizarra y eso hace que el agua caiga más libremente hacia el suelo.
-¡Hay un bar dos calles más hacia allá!-señala
hacia nuestra derecha.
-Pues vamos.-anuncia Laura andando.
Andrea va la primera, con el móvil en la
mano e intentando que no se moje mucho su pantalla ya que, no se vería nada. La
seguimos las demás a paso ligero.
Pasamos dos calles y a la tercera doblamos hacia la derecha. Si la calle
de la que venimos está vacía esta, está aun peor.
Hay una tienda cerrada con pintadas en las
paredes y un bar en frente. El bar es de color marrón. Tiene un escaparate en
el que se ven CD muy antiguos y botas de colores. Una tenue luz alumbra estos
objetos. Y, aunque me da muy malas espinas el bar, entramos. Intentamos nos
hacer ruido y entrar lo mas silenciosamente posible. La entrada está muy oscura.
Estamos todas muy pegadas y estamos chorreando.
Hay una escalera que dan a una parte más
iluminada que la entrada. Comenzamos a darnos toques en el codo para ver quien
baja primero. A Rocío le toca y mirando hacia atrás comienza a bajar.
A medida que bajamos se escuchan guitarras
y a hombres hablando.
-No, mejor en Do Mayor.-se escucha una
guitarra- ¿Qué tal?
Se escucha una voz que me suena de algo.
A medida que bajo, veo el local. Hay una barra de color negro y encima de esta
una pequeña parte de pared llana de fotografías, caratulas de grupos y frases
escritas en diferentes colores y, seguramente, por diferentes personas. Hay
numerosas mesas negras y con dos sillas cada una. Todas están vacías a pesar de
que el bar está abierto. Cuando llego abajo me quedo al lado de Rocío que está
mirando una parte más iluminada del bar, ya que la luz se refleja en su rostro.
Me toca el brazo y me doy la vuelta.
Las demás chicas van bajando poco a poco y
sin hacer ruido. Cuando llegan se colocan a nuestro lado y al igual que
nosotras se quedan observando un pequeño escenario en el que se encuentran unos
rostros que nunca pensábamos haber podido encontrarnos hoy.
Hola me gusta mucho lo que escribes, ya me suscribí a tu blog. Te agradecería que te pases por mi blog y si te gusta suscríbete.
ResponderEliminarhttp://imaginemosquetodoesposible.blogspot.com.es/
Me imagino que tu blog será http://susurrosdemispensamientos.blogspot.com.es/
ResponderEliminarMe ha gustado mucho!!
Y gracias por el cumplido!! =)