sábado, 31 de mayo de 2014

Epilogo


La alarma suena y deseo no tener que levantarme de mi blandita cama.
La brillante y alegre luz entra por el gran ventanal iluminando la blanquecina cama y los muebles que me rodean.
La casa me parece más pequeña que antes pero igual de acogedora de siempre. Mi vista alcanza la televisión, situada en el salón, el cual solo se separa del dormitorio por una barra de ladrillos.
No tiene mucha utilidad, pero te hace sentir como si hubiera más intimidad en el apartamento.
Este se podría definir como de un solo cuarto en donde la habitación, el salón y la cocina están separados únicamente por barras donde su gran utilidad es  apoyar las cosas. Por suerte, el baño tiene muros. Creo que es el único espacio íntimo de aquí.
El sonido de la televisión me resulta lejano pero hago un esfuerzo en escuchar lo que dice.
Nada. Un sonido procedente de la cocina capta toda mi atención dejando en segundo plano todo lo demás.
Estiro los brazos y piernas y, a continuación, me relajo.
-¿Ya te despertaste?
Alzo la mirada buscando su procedencia. Como siempre sigue siendo él.
-Sí-sonrío.
Cojo las sabanas y las coloco sobre mí, dejando solo una suave pierna derecha fuera de ella.
Zayn suelta su colorada taza en la barra, (ya comenté que alguna utilidad tenían), y se acerca a mí sonriente. Se tira con delicadeza a mi lado en la cama y me fijo en sus brillantes ojos oscuros que tan loca me vuelven.
Le acaricio la mandíbula.
-Buenos días.-me dice acercándose.
Cuando esta lo bastante cerca une sus labios con los míos, suaves y llenos de amor. Me pongo nerviosa, como siempre. Cada vez que nos besamos o nos tocamos es como si una chispa ardiera en mi interior y yo deseara que la fogata comenzase a arder lo antes posible.
-Bueno días.-rio cuando se ha separado.
Entre risas y bromas me acaricia la pierna y acaba colocándose sobre mí.
En el momento idóneo nos quedamos en silencio y la televisión cobra protagonismo.
-…La banda se encuentra ahora en Londres. Según las redes sociales se espera que acudan a la Iglesia St. George para celebrar la boda de su amigo y compositor Dylan Evans con su novia desde hace algunos años, Ro…
Miro a Zayn. Esta aun sobre mi pecho, con sus dedos entrelazados en un mechón castaño, y mirando ensimismado la televisión.
-… El exitoso grupo no ha querido hacer declaraciones, aunque Tom, su representante, ha pedido por favor que la boda este en paz y no se les moleste mucho.
Zayn comienza a reírse.
-Seguro, -pasa de mirar a la televisión a mirarme a mí- si nuestras fans están locas.
Voy a decirle algo cuando escucho que en ese programa rosa dicen “One Direction” entonces decido hacer una tontería.
Y comienzo a gritar como si Zayn fuera mi amor platónico.
Este comienza a reírse.
-Cristi, de verdad que tienes unas cosas.
-¡Zayn sabe mi nombre!
Me pongo las dos manos en la cara y con diferentes muecas hago que la risa de Zayn inunde la habitación. Este me acaricia la mejilla, cuando paro, me besa.
-¡Ui! –digo cuando se ha separado- Zayn me ha besado.
Y esta vez incluso yo acabo riéndome mientras nos damos con las almohadas.

[Narra Rocío]
Nervios.
Nervios.
Muchos nervios.
Es lo único que se me viene a la mente cuando me preguntan cómo estoy. Nerviosa.
Me miro al espejo, faltan treinta minutos para que la ceremonia comience y aun estoy en nuestra casa, ya que el coche no llegó aún.
Las chicas están aquí, pero les he pedido un momento a solas pues tengo que asimilar todo esto.
Me caso. 

Después de cuatro años de cambios, peleas, bromas, conciertos y experiencias inolvidables, por fin me caso.
En estos cuatro años que han pasado ha habido rupturas que se han arreglado (como la de Laura y Harry hace unos ocho meses a causa de twitter), pero de todo hemos salido victoriosos. Algunas hemos acabado la carrera y ayudamos en la composición de las canciones de los chicos.
Otras, cómo Laura y Mayka, están de prácticas en cada una de sus especialidades. Andrea va a firmar en unos meses un contrato de dos años con una empresa aeronáutica de las afueras de la ciudad. Silvia se encuentra en estos momentos trabajando con el ballet de St. Petersburgo, que se encuentra en Londres representando El Lago de los Cisnes. Y Cristi, mientras termina la carrera, se ha unido al proyecto de Patrick.
Me explico, Patrick llevaba años queriendo abrir un bar especializado en cocteles, (nos conto algo sobre que era el sueño de su padre y que quería ayudarle a cumplirlo), y Cristi se unió como camarera y Patrick a cambio le deja colocar algunos cuadros pintados en clase para su venta. Claro está, Jade también los expone pero al ser su pareja lo que gana uno lo gana también el otro.
Doy una vuelta sobre mí misma, haciendo que la cola del traje se arrastre por el suelo. Miro a mí alrededor.
Y pensar que un día este fue el cuarto que yo compartía con Laura y Cristi. Me parece algo lejano.
Después de la fiesta todo siguió normal, un tiempo.
Que Zayn se fuera a Marbella salió bien, Simon les dio la oportunidad de ayudarles a sacar el primer single, si este tenía éxito se asegurarían el disco. Y así fue.
What Makes You Beautiful fue un éxito total, y lo demás fue pan comido. Las chicas estaban deseosas por una nueva banda de música.
Las largas giras después del segundo disco fueron duras para nosotras, por suerte nos teníamos las unas a las otras, como siempre ha sido.
Tras la vuelta a casa y la fama que los chicos habían conseguido, miles de chicas les esperaban fuera de sus casas. Y que fuéramos sus novias no ayudaba mucho.
Recuerdo que salíamos cada mañana para ir a la universidad con chicas alrededor de nosotras. Al comienzo eran cuatro, más tarde, cuarenta. Es algo que aun hoy me asusta. No poder estar tranquila sabiendo que los paparazis estarán ahí al acecho.
La primera en irse fue Laura. Por ese entonces los chicos ya habían decidido dejar de vivir juntos y cada uno, exceptuando a Louis que se quedo en la casa donde todos vivían y a Dylan que se mudó aquí, todos los demás compraron nuevos apartamentos.
Todo esto no paso de un día para otro. Tardo un tiempo y eso lo hizo más doloroso. Recuerdo la primera noche que desperté rodeada de camas vacías que más tarde venderíamos. En ese momento el sentimiento de soledad en mi fue inmenso, aun estando Dylan a mi lado.
Premios, galas y más grabaciones. Todo el trabajo que los chicos realizaban era bien valorado y criticado, aunque hubo problemas con la prensa, (como siempre ha sido y será).
En las largas giras que siguieron a los años posteriores, Lou y Lux se venían a vivir a mi casa, donde nos las apañábamos para dormir todas. Es cierto que ya apenas había camas (el cuarto que Dylan y yo compartíamos y el de invitados, donde se encontraban dos literas con armarios. Me encanta ese cuarto). Pero aun faltando espacio, aprovechábamos el sofá y no nos dejábamos solas en ningún momento. De algún modo Lou hacía de madre para todas. Al igual que Tom hacía de padre en la gira de los chicos.
Ayudábamos a Lux a estudiar, me encantaban esos días. Eran maravillosos.
-Hola, llamando a Rocío. El coche ya está aquí.-me avisa Andrea desde la puerta.
Respiro y me miro al espejo.
<<Tú puedes. Le quieres, él te quiere. Nada malo va a pasar>>
Y en ese momento recuerdo que mi padre bailará en la boda.
<< ¡Por favor que mi padre no se caiga!>>
Comienzo a andar por el pasillo. Mis padres vienen a la boda, como es normal. Y me divierte mucho verlos hablar en inglés. Aunque, por suerte, Dylan aprendió rápido español. Es bonito ver como se esfuerzan por comunicarse.
Cuando salgo al salón me encuentro a las chicas sentadas en el sofá, todas con trajes de color rosa parecidos. No las veo tristes, pero si pensativas. Cuando me ven, se levantan.
-¿Preparada? –me pregunta Silvia alisándose el traje.
-No, la cosa es si estáis vosotras preparadas.
Y me entran ganas de llorar. Todas se acercan a mí con pequeñas sonrisas acompañándolas.
No llores, no llores. Es lo único que se escucha en el salón.
El claxon nos avisa de la impaciencia del conductor pero antes de bajar Cristi nos para a todas.
-A ver, está loca de aquí se nos casa. –me señala a mi- Y no me gustaría que lloráramos en la boda. Así que hagamos una promesa.
Nos miramos entre nosotras y Cristi comienza a proponernos su idea.
-¿Qué tal si no lloramos en la boda y lo prometemos cantando nuestra canción?
Me rio.
-¿Qué canción? –pregunta Mayka ilusionada.
-If you wanna be my lover…-Comienza a cantar Cristi alegremente.

Y cantando Wannabe de las Spice Girls, salimos del apartamento.

domingo, 25 de mayo de 2014

Capitulo 60


[Narra Silvia]
Cuando entramos en el local la música nos envuelve a todos.
Braveheart de Neon Jungle suena a todo volumen.
Luces azules, purpuras y rosadas bailan de un lado a otro creando un ambiente cálido pero a la vez divertido. Miro a Niall y como si me leyera la mente me acompaña a la pista de baile.
Numerosas personas levantan las manos intentando atrapar la música, otras se tambalean como si la música las meneara de lado a lado.
Imito a muchas de las personas que se encuentran allí y levanto los brazos. Dejo llevarme por la canción. Muevo las caderas  y miro a Niall para que me siga. Me está mirando divertido, no sé si quiere bailar o no, pero coloco mis manos a su cuello y nos movemos a la vez. Me rio porque su respiración me acaricia el cuello y mientras sus manos acarician mis brazos le muerdo la oreja.
Y entonces es cuando intenta besarme. Le esquivo y sigo riéndome. Coloca sus manos en mis caderas, intentando pegarme a él. Y lo consigue.
Vuelve a intentar besarme, me echo hacia atrás. La música me pide dar una pirueta y le hago caso. Coloco mi mano derecha en el cuello de Niall, este se queda quieto y le rodeo. Cuando estoy delante de él me lanzo sobre él y le beso.
[Narra Mayka]
-¡Ven tonto! –agarro a Liam de la mano.
Nos acercamos a la barra entre risas. Las chicas están sentadas en una mesa al lado de la pista pero como me apetece estar a solas con Liam me lo llevo a la barra.
-¿Qué quieres beber?
Me pregunta Liam, le contesto ensimismada en sus ojos. Liam alza el brazo y pide las bebidas. Cuando gira la cabeza me ve observándole y me besa.
Sus labios me envuelven rápidamente y mientras la chica pone las bebidas a nuestro lado nos seguimos besando.
-Liam, -digo cogiendo mi vaso- ¿Vemos a bailar luego?
Liam da un sorbito a su coca-cola. Coloca su mano en mi cintura y sube lentamente la mirada, noto como me pongo colorada y comienzo a obligarme a no ponerme nerviosa. Coloca su mano en mi mejilla y no puedo evitar sonreír.
-Me encantan tus hoyuelos.-susurra.
-A mi me encantas tu.-respondo.
Me besa de manera más rápida que antes y comenzamos a hablar.
-¿Sabes si Simon Cowell os dará la oportunidad?
-No lo sé. –mira la pista de baile- ¿Y si no nos la dan?
Le cojo la mano.
-Liam, no pienses así. Sois un grupo talentoso, creáis vuestras propias canciones, sois divertidos, encantadores y educados. Le habéis tenido que caer bien a Simon sí o sí. Si no, piénsalo, no os habría dado la oportunidad de irse con uno de vosotros a Marbella. Mi amor –le miro a los ojos- pronto os conocerán como “One Direction la nueva banda de Inglaterra” “tan tan ¡tan!*
Consigo que se ría.
Comienza a sonar Umbrella de Rihanna y como si a todas nos llamara la pista allí vamos a bailar con nuestras parejas.
Salto y alzo los brazos, hago la tonta con Andrea mientras los chicos mueven los pies al ritmo de la canción. La verdad, no sé cómo no se tropezaron.
Rio y no paro de reír con las chicas.
Y en ese momento, en el que miro a mis amigos y los veo divertirse cuando me doy cuenta de que este es uno de los mejores momento de mi vida.
Son mis amigos, como dice una canción de Amaral, y no quiero perderles nunca. Espero que no nos separe nada y que si lo hace, sepamos arreglarlo. Me gustaría ser como esas comedias (FRIENDS o Como Conocí a Vuestra Madre)  en las que les suceden muchas cosas y siempre están juntos.
Divertirnos, llorar, enfadarnos, apoyarnos…
De eso está formada la amistad, y he tenido la suerte de encontrar a unos amigos a los que acepto por una simple razón. Les quiero como si fueran mis hermanos.

[Narra Rocío]
El DJ habla por el micro, su acento me hace gracia ya que es un inglés donde la “r” suena en casi todas las palabras.
-…Y os dejo con esta sensual canción-dice en tono burlón.
Lucky de Jason Marz.

Estábamos en medio de la pista y no nos importa seguir bailando un rato más.
Dylan me agarra la mano, doy una vuelta sobre mí y acabo apoyada sobre su pecho. El coloca sus manos en mi espalda. Yo, en su cuello.
-Al final está siendo una buena noche.-digo al rato.
Estaba envuelta en su colonia y hablé casi sin darme cuenta.
-Sí, -responde al segundo- pero falta algo para que sea perfecta.
Dejo de estar apoyada en su hombro.
-Cierto.-digo apenada.
Le miro y continúo hablando mientras sus azulados ojos me prestan toda la atención del mundo.
-Cristi y Zayn se hacen de rogar en todos los temas. Primero, para que se hicieran pareja. Y ahora, para que se acerquen a la fiesta…
Dylan ríe.
-Si cielo, pero dudo que vengan Zayn sale mañana muy temprano y creo que antes debía hablar con Simon…Creo. No estoy seguro.
-¿Pero tú estás en las conversaciones Dylan? –digo para picarle un poco.
-Si.-responde con pesadez- Pero cuando tienes cosas más importantes que hacer, pues, tienes todo el día, todas las horas y segundos dedicados a ese tema.
Agarra mi mano y me hace dar una pirueta. Cuando vuelvo a estar a dos centímetros de el le pregunto.
-¿Y qué es eso tan importante?
 Mira a su alrededor y se agacha.

Mete la mano en un bolsillo interior de su chaqueta y lo saca.
-¿Para qué quieres un cortaúñas ahora mismo Dylan?
Me relajo sabiendo que tan solo es un cortaúñas plateado. Se acerca a su zapato y corta un pequeño hilo del pantalón.
-¿Qué quieres? Me lo estaba pisando.
-Menos mal,- sonrío- pensaba que…Va déjalo, me pongo colorada con tan solo pensarlo.
-¿Qué te iba a pedir matrimonio?
Me muerdo el labio y asiento, avergonzada.
Dylan se mete la mano por el cuello de la camiseta intentando buscar algo que está en el interior de esta. Con esfuerzo, debido a que es muy pequeño el cuello, saca una cadena en la cual, al final hay un anillo plateado.
-Y… ¿Quieres?
Le miro incrédula. Me cuesta incluso tragar saliva y sus ojos ilusionados y expectantes a mi respuesta me ponen nerviosa.
Cojo aire, ya que no me lo esperaba y de repente, como si se trataran de buitres y nosotros fuéramos su comida, todos mis amigos se encuentran alrededor de nosotros. Sonriendo.
¡Serán malos! ¿Sabían estos las chicas?
-Sé que he sido tonto, que te deje por una chica por las ganas de novedad que em entraron. Pero quiero que sepas que eso no volverá a pasar. Rocío te quiero con toda mi alma, ers mi musa, ya lo sabes.-Provoca que me ría- Y por eso quiero que nos comprometamos.
Le sonrío.
-Por supuesto, -se apresura en decir- no quiero que te veas agobiada. No tenemos que casarnos ya, o en dos, o tres meses. Podemos esperar lo que necesitemos. Esto –señala el anillo- es tan solo una muestra de mi amor por ti, de que durará por siempre. Tan solo necesito saber si tu estas dispuesta a lo mismo…
Todos nos miran.
Me miran.

Y yo aun no sé la respuesta.

Capitulo 59



Descalza me acerco a la entrada.
Estoy enfadada. Pienso darle un manotazo a Zayn en el hombro, pero de los que duelen.
¿Por qué se ha complicado tanto la vida? ¿Por qué he sido tan tonta y le deje que me pusiera celosa?
Me preparo para recriminarle todo lo que me ha molestado en cuanto llego al salón.

-¡Max! –me asombro al verle ahí parado.
Este se da la vuelta. Viene con un traje de chaqueta y una rosa en la mano.
-Hola.
Me saluda dulcemente.
Dylan viene de cerrar la puerta y un silencio sepulcral se crea en el ambiente.
Noto las miradas de Louis y Jade a mis espaldas, y simplemente veo como los demás me miran. Todos expectantes a como actuaré. Y no sé cómo hacerlo.
-Estás muy guapa.
Noto como los colores se me suben.
-Gracias.-tartamudeo.
Un gran suspiro sale de mí. Y hasta que no lo he soltado no me doy cuenta de que lo estaba reteniendo.
Miro a mi alrededor. Y digo lo primero que se me viene a la mente.
-Chicos, tengo que ir al Santuario.
A todos se les ponen los ojos como dos lunas.
-¿Para qué? –Me pregunta Liam- La fiesta empezará en nada y menos.
Me pongo nerviosa.
Tengo que inventarme una excusa. Una buena escusa. No puedo dejar que me impidan ir.
-El otro día le pedí consejo a Lou para un trabajo de…-Miro a mi alrededor y veo el cuadro de nosotras en la playa hace unos años- Los diferentes maquillajes acuáticos y lo necesito.
Sonrío al finalizar y me empiezo a tocar las manos.
-¿Para que necesitas ese trabajo? En la universidad no hay ninguna clase que te lo pida.-Max parece  molesto.
-¿Cómo sabes las clases que tengo y qué necesito para ellas? –pregunto mas cabreada de lo que pretendía- Es de un…curso.
Los demás en la sala están en silencio. Algunos moviendo las manos o simplemente mirando el techo. Procuro no hacerles caso, pues entonces me reiré y no podré seguir mintiendo.
-Espera, -Harry sale en mi ayuda- ¿tienes que ir al Santuario?
Su mirada, de ojos azulados,  sabe las razones. Agacha un poco la cabeza exigiéndome que le conteste la verdad de una manera encubierta.
-Si.-levanto un poco las cejas.
-Vale, pues vamos.-Escucho decir a Max que mira a las demás- Tengo el coche.
Me pongo nerviosa.
-No.-me oigo decir. Como si no fuera consciente de mis ideas.
-¿No? –Max deja de sujetar la rosa con cuidado.
-Max, ven con nosotros, iremos a la fiesta. No sabemos lo que durara su conversación.-Andrea intenta convencerle.
Parece que no lo consigue.
-Max, tengo que ir. Y debo hacerlo sola, nos vemos allí.
Me obligo a acercarme a él y a darle un beso en la mejilla.
Corro al cuarto. Cojo los calcetines azules de antes y me pongo las converse negras que estaban por el cuarto desperdigadas.
Por primera vez en mi vida me pongo las converses deprisa y salgo del cuarto con la chaqueta de cuero sobre el brazo.
-Chicos, allí nos vemos.
Y antes de irme les veo las caras. Todos sonrientes y expectantes, saben que voy a hacer. Espero que Max aun no se haya dado cuenta. Pero a estas alturas me da igual.

Corro. Corro como Forrest Gump.
Corro como en Carros de fuego.
Y corro con la misma ansia que una madre en busca de su hijo.
La chaqueta le llevo abierta, pues cerrada me impide gran movilidad en los brazos. Las zancadas que doy con el traje hacen que me sienta como si volara.
Espero que el traje no se me levante mucho. Aunque llevo unos pequeños pantalones para prevenir. Aun así, no es plan de ir enseñando.
Llego a la calle donde se encuentra el bar. Un cartel me avisa que está cerrado. Pero he trabajado lo suficiente aquí como para saber que no es así.
Me acerco al dorado pomo que te permite entrar. Lo doblo y empujo.
No puedo entrar. Vuelvo a empujar, y lo mismo sucede.
La noche está comenzando a abrazar Londres, el cielo violeta y azulado me avisa de que el tiempo está pasando y debo llegar a la fiesta.
Escucho ruido en el lateral y recuerdo la entrada al almacén. Donde guardan la carne y cosas que no caben en el frigorífico del restaurante. No se usa mucho, pero aun así, ahí está.
Me acerco al almacén y veo a alguien entrar para hacer más grande la torre de cajas que deberá meter en el bar.
-¿Te ayudo?
Pregunto, aun sin saber si me estoy equivocando o no de puerta (hay más en esta parte de la calle).
Tom se da la vuelta asustado. Y yo, me alegro de que sea él.
-Hola Cristi.-saluda aliviado- Si no te pesa mucho, me ayudarías mucho.
Cojo con cuidado la primera caja y comienzo a andar mientras el cierra y coge las otras dos.
Tom me mira de arriba abajo, y su cara es un poema cuando habla.
-¿Cómo que vienes así…A coger cajas?
Comienzo a reírme.
-No…Emm –miro la caja mientras hablo- Venia a ver si Zayn estaba aquí, pero no pude abrir y escuche ruidos…
-¡Ahhh! Ya me cuadra todo.-me guiña un ojo- Esta en la cocina. Y cerré porque no suelo estar acompañado cuando vengo al almacén a por las reservas de comida...
Llegamos a la puerta y me pasa la llave para que abra yo, ya que él carga con dos cajas. Cuando abro, le dejo pasar, y vuelvo a sujetar la caja con las dos manos y fuertemente ya que pesa mucho.
Cuando entro, cierro la puerta.
Bajamos poco a poco.
-¡Tom!  ¿Me vas a decir los consejos para tratar con Simon? –le pregunta Zayn mientras sale de la cocina.
Entonces me ve.
Tom es como si no existiera por una milésima de segundo. Y Zayn se acerca a mí, para ayudarme con la caja. Cuando Tom ha bajado ya la  escalera el estira los brazos para cogerla. Me queda un escalón por bajar, así que estoy a su altura.
Nuestras manos se tocan y procuro no hacer un drama de eso.
-¿Qué haces aquí? ¿Y la fiesta?
-Emm…-miro a mi alrededor.
Tom parece entender la situación porque se disculpa y sale afuera. Zayn deja la caja en la barra, junto a las de Tom.
-Bueno, ¿me vas a responder? –me pregunta dulcemente.
Me coloco el pelo a un lado y me muerdo el labio.
-Zayn, es que…
Me tapo los ojos con las manos y me rio.
Noto como Zayn se sienta en la mesa y aparto mis manos.
-Lo siento.-comienzo- Vine porque me han contado lo de Simon… ¿Estas nervioso?
Zayn comienza a responderme.
Sí, claro. He venido a preguntarte por Simon, por cómo actuarás para ganarte la confianza y el disco. ¡Seré idiota! 
Podría haberle dicho lo de Ellen, que quiero estar con él. Que se deje de tonterías y preguntarle cómo se siente él hacia esta situación.
-¿Seguro que has venido por eso? –Zayn insiste.
He escuchado muchas veces el dicho de Quien no arriesga no Gana, pero me da miedo. Mucho miedo el no. Aunque sé que más adelante el <<Y si>>… Me matará.
-No, no es por eso.-miro el suelo. Así será más fácil- ¿Se me notó?
-Un poco. ¿Sucedió algo?
Suspiro y el tiempo comienza a pasar más lento.
-¿Te has preguntado qué hubiera pasado después de navidad si…?-comienzo.
-Sí.- me corta- Todos los días. Siempre me lo preguntaré…
Corro hacia él y le abrazo. Es lo único que me pide el cuerpo en esos momentos.
El me corresponde el abrazo, por la cintura y pegándome  hacia él. No hablamos y se lo agradezco porque no sabría decir.
-¿Qué significa esto?
Me pregunta cuando nos hemos separado sin habernos  alejado mucho.
Mientras me pregunta sus labios tocan mi frente, no llega a besarme pero se mantiene cercano a mí.
-No lo sé. –Le miro a los ojos.
-Tal vez, esto no es tan complicado como lo pintamos.-Zayn mira el techo.
-¿A qué te refieres?- juego con el cuello de su camiseta de The Smiths.
Suspira.
-Quiero estar contigo, -comienza- ¿Tú qué opinas?
-Que yo también querría estar conmigo.
Comienzo a reírme y él me sigue.
-Idiota.-me dice dulcemente.
Le acaricio la mandíbula, y nos miramos a los ojos.
-Opino que me encantaría pasar el tiempo que Dios quiera contigo.
Me acerco a él para besarle.
-¿Quieres acercarte ahora a la fiesta? –le pregunto.
Chasquea la lengua.
-Ahora viene Simon.
Miro hacia abajo.
-Cierto.
No le doy tiempo a disculparse cuando junto mis labios a los suyos. Su colonia me abrume y nuestros labios comienzan un juego en el que ambos ganamos. Como agua y aceite.
Blanco y negro.

Gollum y Sheldon…

sábado, 17 de mayo de 2014

Capitulo 58


Cojo mi maleta y me pongo el abrigo.
Las chicas me están esperando en el salón para irnos ya a la universidad. Son las siete menos veinte y si nos damos prisa puede que lleguemos a tiempo.
Si nos damos prisa, claro.
Comienzo a correr por el pasillo. Silvia, en el sofá, suspira.
-Menos mal tardona.
Me rio y, mientras las chicas cogen sus pertenencias, yo comienzo a salir de la casa.
El tiempo ha pasado volando desde que Mayka vino a casa gritando y cantando Love is in the air.
En esta última semana dejamos a un lado los asuntos del baile de esta noche y todo lo que tenía algo que ver con la fiesta.
Hemos tenido exámenes, trabajos y demasiados temas en mente y añadir uno más solo nos causaría…
¿Cómo decirlo?
¿La sobreexplotación mental?
Más o menos.
El camino a la universidad se nos hace eterno a causa de lo justas que vamos de tiempo. Al final, conseguimos ser “puntuales”.
Con abrazos y besos nos despedimos las unas de las otras y nos encaminamos a nuestras respectivas clases.
El pasillo esta casi desierto y me doy prisa para llegar a clase a tiempo.
Para mi sorpresa el aula aun está abierta y se escuchan susurros.
Jade, desde su pupitre me hace señas para que corra y me siente a su lado.
Eso hago.
Cuando consigo dejar la maleta sobre la mesa comienzo a respirar.
-¿Pero a qué hora te levantas?
Comienzo a reírme.
-Te juro que quería llegar a tiempo.
Jade levanta una ceja y me mira divertido.
-¿Debo creérmelo?
Sonrío.
-Haz un esfuerzo.
Ambos reímos en el momento en el que el profesor junto con Max entran en la estancia.
Cuando miro a Max me parece que no le veo desde hace una eternidad y me alegra saber que está bien.
El profesor nos explica que al ser el último día de Max el nos dará la clase. Cuando le cede a él la palabra Max nos propone ir al segundo piso de la universidad, donde se encuentra la exposición de Luke Kravitz.
Mis compañeros no tardan en levantarse y comenzar a salir de la clase. Me quito el abrigo y lo coloco sobre la mesa. Jade me espera y cuando termino se agarra de mi brazo.
Bajo unos pequeños escalones que dan a donde se encuentran los pupitres. Nada más bajarlos Max me está esperando.
Suspiro antes e saludarle.
-¿Preparada para esta noche? –pregunta alegre.
Intento que la alegría venga a mí como si fuera magia, pero al final acabo pensando que soy Jennifer Lawrence en El lado bueno de las cosas, y que me van a dar un Oscar por esta actuación.
En cuanto lo pienso me rio, cosa que me viene como anillo al dedo.
-Claro, ¿Qué pasa? ¿Vas a armarla por ser tu única noche aquí?
Max se ríe.
-¿Por qué no?-me sonríe.
Alguien le llama y tiene que guiarnos hasta la exposición.
-¿Por qué no? ¿Por qué no? –le imita Jade- Pues porque te ponen una multa.
Le miro.
-¿Te cae mal? –pregunto como si no me hubiera dado cuenta.
Jade me mira y se muerde el labio, aguantando una sonrisa.
-No.
Noto como las comisuras de los labios se mueven hacia arriba.
Y me abrazo a él mientras vemos toda la exposición.

[Narra Rocío]
Terminamos los ensayos con una última nota procedente de un saxofón que se encuentra a unos metros de mí.
El Señor Benward nos aplaude y nosotros le seguimos por el buen ensayo que acabamos de tener. Miro mi reloj, son las once.
Comienzo a limpiar la flauta. La coloco en mi falda y con la otra mano cojo la maleta donde debo guardarla. Cuando ya la cierro abro mi carpeta azul y guardo las partituras en ella.
Me levanto y veo que aun no se han ido muchos alumnos de allí.
Me despido de unos cuantos y salgo al pasillo donde veo a Dylan hablar con Maryssa.
Me enfado en cuanto los veo hablar, ni siquiera me paro a ver si después del abrazo que se dan hay algo más.
Paso.
Escucho mi nombre y pasos acelerados a mis espaldas. Me paro.
-Hola amor.-Dylan posa su mano en mi hombro derecho y me besa en los labios.
No me muevo.
-¿Qué te pasa? –pregunta cauto.
-No, no.  Nada, solo que es muy normal ver a tu novio con la chica por la que te dejo.-Va a hablar, pero le corto- Y lo más normal es que no me sienta de alguna manera mal al pensar que a lo mejor te vuelves a enamorar de ella. Y…-respiro- Perdón.
En cuanto me disculpo noto lo tonta que he debido de sonar. Dylan me sonríe y no puedo hacer otra cosa que agachar la cabeza, avergonzada.
-Amor, solo me estaba dando la enhorabuena. -pasa su brazo izquierdo sobre mis hombros. Abrazándome.
-¿Y eso?
-Esta noche verás.
-Dylan…
-Esta noche.-y me besa.

Después de que nos despidiéramos en el pasillo me fui a clases.
La mañana fue aburrida. Solfeo me costó la misma vida puesto que me da mucha vergüenza equivocarme y quedar como una idiota. Pero bueno, a estas horas, sigo viva.
Al salir de clase nos fuimos directamente a casa. Todas estamos muy nerviosas por el baile.
Además, se notan los nervios ya que ninguna toca las pizzas que hemos comprado.
Cada una tiene una de queso y otra de barbacoa en el plato pero tenemos los pensamientos en otro lado.
-¿Cómo creéis que será?-Pregunta Laura, que por primera vez en la comida toca su plato.
Andrea suspira.
-Me imagino que estará bien. Aparte, estaremos con los chicos, hay que decir que ellos saben hacernos reír.
Todas miramos a Andrea.
Es cierto, los chicos nos hacen reír con sus alocadas ideas y puede que, al fin y al cabo, no sea tan mala la fiesta. Habrá música, espero que bailes y mañana faltaremos a clase.
Vale la pena ir.

Cerca de las cinco de la tarde suena el timbre de casa.
Laura y Rocío están viendo En Llamas mientras que Mayka está apoyada en el hombro de Silvia, ambas adormiladas por haberse despertado temprano. Andrea se encuentra con el móvil a mi izquierda.
Miro un poco por encima, y descubro que está en twitter, le encanta esa red social. Se podría decir que es una buena twittera.
Me coloco rápidamente las zapatillas y corro hacia la puerta.
Antes de abrir, miro a través de la mirilla.
Son Jade y Patrick.
Abro.
-¡Hola! –les saludo.
Abrazo a Jade que no tarda en saludar a su manera, cantarina y fugaz. Más tarde Patrick me abraza y descubro que Jade ya esta saludando a las chicas en el sofá.
-¿Qué tal estáis? –le pregunto a Patrick, que se queda a mi lado.
Tiene su castaño cabello engominado hacia tras a lo Danny en Grease. Lleva una chaqueta azul eléctrico sobre una camiseta lisa y blanca. Sus vaqueros oscuros le quedan sueltos y casi cubren sus zapatos negros.
Esta guapo.
-Pues nada, -me pasa el brazo izquierdo sobre los hombros- Jade lleva todo el día nervioso por venir aquí. Quería arreglarse con vosotras y, –resopla- en verdad me encanta que se comporte como un adolescente.-ríe de una manera adorable.
-¿Qué esperabas de él?
Nos miramos y Patrick vuelve los ojos.
-Cierto.
Jade nos mira a ambos, como si nos asesinara con la mirada.
-¿Qué estáis hablando ahora?
Nos miramos y contestamos al unisono.
-Nada.
Las chicas comienzan a ducharse y, mientras todas estamos en el cuarto esperando nuestro turno, Patrick se pone a ver solo Eclipse.
Jade comienza a cambiarse y saca del bolso un gran plástico donde lleva el traje que se pondrá esta noche.
-Esta noche ligas.-canta Silvia.
-No lo necesito nena.-contesta Jade haciendo un movimiento de brazo.
Todas reímos y Mayka aparece con el albornoz.
-La siguiente puede entrar a la ducha.-se acerca a su armario, ya que solo le falta comenzar a ponerse el vestido.
Silvia se levanta de la cama, donde se encontraba tirada.
Laura recoge de manera rápida las pertenencias necesarias para la ducha.
Y ambas chocan a la entrada.
-¡Me lo pedí antes! –dice Silvia intentando sacar una pierna de la habitación.
-¡No lo escuché así que es como si no dijeras nada!-Laura la empuja con el culo.
Silvia la “mata” con la mirada.
-Que no te enteraras no significa nada.
Las demás miramos perplejas la situación. Y cuando Andrea pasa corriendo entre los brazos de las dos (que están demasiado ensimismadas en discutir) y corre hacia el baño, nos quedamos petrificadas con las caras de las chicas.
A las milésimas las carcajadas recorren la habitación.

Jade se viste, dejando la chaqueta negra colgada en la percha, para no ensuciarla.
Coge colorete, y comienza a maquillar.
Mayka esta lista. El traje florido que vimos en la tienda junto con unos tacones rojos la hacen muy atractiva. A su lado tiene preparado una trenca de color marrón.
El conjunto oscuro de Silvia le queda fenomenal. Cuando estuvo preparada y con el pelo rizado tras su espalda me quede con la mirada fija en ella. Hoy Niall va a flipar. Mucho.
Laura se encuentra conversando con Patrick en el salón, mientras que ella se pinta las uñas.
Jade está terminando de maquillar a Andrea pero tiene preparado su vestido amarillo.
Dicen que el amarillo de mala suerte, pero a Andrea le dio igual ese dicho cuando vio el traje. Y la verdad, si un traje amarillo me hiciera tanta justicia como a ella, también pasaría del dicho.
Rocío por su parte es más….Rocío.
Lleva un traje corto con un diseño de flores. A los laterales, hay como una especie de triángulos donde no le tapa la piel.
Se comienza a recoger el oscuro cabello en una trenza. Con cuidado, la ayudo con las pinzas.
-¡Lista!-anuncia Jade.
Andrea se mira en el espejo y sonríe.
-Gracias.-sonríe agradecida.
Mientras se coloca el traje, Jade se pone sobre los hombros la chaqueta.
-Cristi, ¿me ayudas?-me pide mientras coloca las hombreras.
Le coloco a Rocío la última pinza en la trenza para sujetar un mechón rebelde de su pelo.
Como tantos otros que tiene.
-¡Ala, guapisisisima!
Rocío hace una mueca, y al final ambas acabamos riéndonos.
Me acerco a Jade. Le coloco bien la prenda, y sacudo el poco polvo que posee.
-Venga, ya estas.
-Ahora faltas tú.-Rocío me mira divertida- ¿o es que piensas ir en pijama?
Me miro de arriba abajo.
-¿Las ranitas no estás de moda? –pregunto desilusionada.
Todos los presentes en el cuarto me meten prisas, así que acabo en el baño descalza por la carrera que he realizado.

Mientras Jade me maquilla escucho el sonido de los chicos en el salón. Ríen y conversan de una manera tan animada que puede llegar a molestar a los vecinos.
-Jade, no me maquilles mucho, ¿vale?
Este me echa una mirada.
-¿Por?
-No sé… ¿Puedes maquillarme de manera….Natural?
-Tú eres tonta.
-Ya lo sé.-aguanto la risa.
-¿Debo preocuparme?
-No creo.
Nos quedamos en silencio y con un poco de eco llegan las voces a mis oídos.
-¿Dónde está Ellen? Pensé que vendría con vosotros.-oigo decir a Laura.
Un silencio se produce en la estancia. Jade parece no percibir nada.
-¿Por qué preguntas por Ellen? –Harry debe estar lejos de Laura, pues escucho más alta su voz.
-No sé. Como esta con Zayn…
Laura deja la frase en el aire, y por un momento parece que cambiaran de tema, hasta que Niall se apresura a preguntar.
-¿Qué esta con Zayn? ¿De dónde sacaste eso?
-Es evidente.-Mayka se escucha más lejana que Laura- Últimamente estaban juntos en casi todas las quedadas que hacíamos.
-Bah…-Me imagino a Louis alzando la mano mientras habla- Tan solo era un rollo.
-Abre los ojos.-me aconseja Jade.
Le hago caso y le veo el avellanado color de sus ojos que tantas cosas habrá visto. Parece que esta ensimismado en maquillarme ya que no le veo reaccionar con nada de lo que se dice en el salón. Sigo escuchando y al parecer Zayn y Ellen nunca llegaron a ser una pareja, Louis tenía razón.
Liam comienza a contar como Zayn le dejo claro a Ellen que no eran una pareja pero no me entero, ya que Jade termina de maquillarme.
-Gracias cielo.
Le agradezco el trabajo a Jade dándole un beso en la mejilla.
-¿Te ayudo con el traje?
Miro a mí alrededor. Ponerme el traje es fácil, pero debo de recoger mi pijama y el maquillaje. Aparte, quiero darme prisa, y enterarme de todo el cotilleo de Ellen. Lo necesito.
Saber qué sucedió y las razones por las cuales no comenzaron una relación.
-No.-respondo rápidamente- ¿Puedes recoger el maquillaje? –pongo una mueca para que me conteste que sí.
Jade vuelve los ojos, pero acaba riéndose.
-De acuerdo…
Me levanto y me quito el albornoz mientras él guarda todos los utensilios en el neceser. Me doy prisa con la cremallera del vestido. Meto los pies en la parte de la falda y subo la prenda hacia arriba.
Meto los brazos con cuidado por los tirantes y me acerco a Jade para que me suba la cremallera.
Cuando ya estoy lista, abro la puerta del dormitorio, para que quede claro que ya estoy lista, y ayudo a Jade a recoger.
-¡Perdida! –Louis se acerca a mí y me da dos besos- ¿Ya estas lista?
Le miro. Podría preguntarle por Zayn. Porqué no estuvo con Ellen. La razón por la que me hizo creer que estaban juntos…
-Sip.-doy un giro sobre mi misma- Me siento como si fuera Lady Di.
Louis comienza a reírse.
-Pero qué cantidad de pajaritos tienes en la cabeza amor.
Miro a Jade y este me manda un beso a través del aire.
Me voy a empezar a poner los tacones, y mientras me estoy quitando las zapatillas y miro el suelo, me armo de valor.
-Louis, -le llamo antes de que se vaya- ¿Qué sucedió antes en el salón? ¿Esta Ellen bien?
Intento parecer inocente, como si no hubiera escuchado nada.
Louis se rasca la nuca y se muerde el labio.
-Solo es que las chicas se creían que ella y Zayn estaban juntos…
-¿No es así? –le corto.
-No. –Louis se ríe- ¿Tu también lo creías?
-Yo también lo pensaba.-Jade se une a mí.
-¿En serio? –Louis parece incrédulo.
Ambos nos miramos para luego asentir.
-A ver cómo os lo explico…
Mientras Louis piensa como contarnos la historia me siento en la cama y comienzo a quitarme los calcetines para ponerme los tacones.
-Todo empezó la noche esa que se conocieron.- Louis me mira, pero solo unos segundos- Ellen pensó que después de dormir juntos seguirían quedando, pero como si fueran citas. Por esa razón en cada quedada venia.
-Pensaba que Zayn la invitaba.-Intento excusarla.
-Ni hablar. Ella sola se invitaba, el problema es que Zayn es demasiado caballeroso, pero en ningún momento quiso siquiera armar la que llego a formarse.
-¿A formarse? –me quedo descalza.
-Si…Es que, Ellen llego el lunes pasado al bar. Contando lo guapa que iría a la fiesta de hoy. Entonces Zayn le pregunto quién la acompañaría y ella…
-¡Lo típico!-Escucho decir a Jade- Entonces, ella dijo que iría con él. Zayn le negaría tal invitación y ella se enfadaría, y ¡pam! Aquí estamos.
-¿Qué? ¡No!- Louis se da prisa en hablar- Zayn simplemente le explico que…

Me coloco el primer tacón en el pie.
-¿El qué? –pregunto mientras cojo el segundo zapato.
-Nada. Nada.
Fulmino a Louis con la mirada, y busco apoyo en Jade, por suerte este me lo da.
-Louis, ¿Qué pasa? –Jade insiste.
-Me prometió que no te lo diría. -Louis me mira, disculpándose.
-Louis, no me asustes.-me pongo de pie.
-Zayn no viene hoy al baile. Se va un tiempo con Simon Cowell a Marbella. Ahora mismo se encuentra en El Santuario esperando la llegada de Tom, ya que en el cae la “presión” de que Simon nos haga por fin el contrato o no.
No pregunto por qué él ni me da tiempo de pensar qué decir cuando el timbre de la casa suena.


Capitulo 57


Saco las palomitas del microondas y mientras me como unas cuantas me acerco al salón donde todas, a excepción de Mayka, estamos viendo la película de Y que le gusten los perros.
Es muy romántica y me gustan los actores que salen en ella. A parte, salen perros y niños pequeños ya que la protagonista trabaja en una guardería.
Le paso el bol de las palomitas a Ellen que lo pasa a Laura, y así sucesivamente.
Mayka pasa con su albornoz rosa y sus zapatillas, corriendo desde el baño a su habitación.
-¡Corre Forrest, corre! –grita Silvia ente risitas.
Sonrío y continúo viendo la película.

[Narra Mayka]
Conecto los cascos al móvil para escuchar la primera canción que me salga.
Estoy tan nerviosa que no me doy cuenta de que es The Phoenix de Fall Out Boys hasta que ya va por la mitad de la canción y me veo tarareando el estribillo.
Me abrigo aun mas con el albornoz, hace frio.
Me acerco a las bolsas de los vestidos y cuelgo en una percha el floreado traje para el baile, me encanta, y le coloco uno de mis cinturones para cuando lo vea saber que van los dos juntos.
La verdad, el cinturón queda bien con el vestido.
Sonrío y me doy la vuelta para coger el otro traje.
Lo saco de la bolsa y lo estiro para mirarlo detenidamente.
Es de color lavanda o un purpura suave, depende como se mire.
Lo alejo un poco de mí y me acerco al gran espejo que tenemos junto al armario. Lo coloco sobre mí y lo miro.
¿No será demasiado corto?  ¿Y si parezco demasiado atrevida al llevarlo? ¿Y si se me ve algo?
No debería de haberlo comprado.
Suspiro y me aparto el húmedo y suave cabello de mis hombros.
¿Y qué hago ahora?
No sé porque Liam ha querido preparar todo esto, no se a donde querrá ir y ahora no sé que me pondré.
Coloco el traje con cuidado en la cama y me intento colocar el pelo de alguna original y sorprendente manera.
Al final acaba como siempre, con espuma y hacia la derecha.
Me giro, convencida en ponerme unos vaqueros y llevar una sudadera, pero me armo de valor y comienzo a buscar unos pequeños pantis o cogerle a alguna unos pantalones cortos para que no se me vea nada.
Porque yo voy a ponerme este vestido.

[Narra Cristina]
-No.-grito- ¡Con Bobby no!
-Si.-Laura aplaude.
La miro.
-Pero si este es un mujeriego.-me defiendo.
Nos quedamos calladas mientras la película sigue su curso. Noto las sombras que produce Mayka al salir al pasillo, ya debe de estar lista.
Se escucha como el líquido sale del bote de perfume.
A lo mejor no esta tan preparada como pensaba.
El timbre del portón suena y Rocío, como si el mismo correcaminos fuera, corre a abrir la casapuerta. Cuando ya ha pulsado el botón que abre la puerta de abajo quita la llave de la puerta del piso, abriéndola.
Se ríe mientras escucho los pasos de, seguramente, Liam al subir.
-¡Hola! –susurra mientras le abraza.
-Hola.-saluda en el mismo tono.
Cuando se separa nos saluda con la mano en la que lleva una rosa roja.
Todas nos incorporamos y las demás comienzan a explicarle el estado en el que se encuentra Mayka.
-Ten cuidado hoy muerde.-escucho decir a Laura- Se enfado cuando se entero de la cita.
-¿Sabe lo de la cita?-pregunta él preocupado.
Silvia pone una mueca.
-No importa, tarde o temprano lo sabría.-nos defiende Andrea con una sonrisa en la cara.
Liam nos sonríe y comienza a mover las manos nervioso.
Noto como se acerca, saluda a Ellen impresionado y me dedica una mueca divertida.
Me rio.
-¿De qué va la película? –pregunta al cabo de segundos.
-Yo no tengo ganas de explicártela.-le contesto.
Me da un pequeño golpe con la rosa y Mayka aparece por el pasillo.
Por fin vemos el segundo vestido.
Es de un lila suave, como lavanda, es corto y le queda casi acabando el muslo. La falda, desigual, da a la parte de arriba del vestido que tiene forma de camiseta.
Su cabello rizado le cae a un lado y en los pies lleva unas vans, que si no me equivoco son de Andrea, del color del traje.
Esta guapísima.
Nos quedamos en silencio mientras, asombrados, intentamos reaccionar.
-¿No os gusta? –nos pregunta a nosotras, como si Liam no estuviera.
-Es pre-cio-so.-dice Ellen.
Todas le damos la razón. Y Laura alza su mano para que choquen los cinco.
-Bueno, -Mayka suspira- ¿vamos?
Liam cierra la boca y traga saliva.
-Claro…Ehh, esto es para ti.
Y le tiende la flor como un niño de cinco años.
Mayka agarra su abrigo rojo y se despide de nosotras mientras Liam sale de la casa.
Le dedicamos un par de escenas de amor antes de que se vaya, (imitamos a dos chicos besándose y le sacamos la lengua). Mayka nos mata con la mirada antes de salir y en cuanto se cierra la puerta gritamos y reímos.
-¡¿Habéis visto lo cortado que estaba Liam?!-pregunta Andrea.
-¡Aw, que mono! –Dice Ellen.
Seguimos riéndonos mientras la protagonista de la película descubre que realmente Bobby es un mujeriego.

[Narra Mayka]
Andamos en silencio. Me monto en el coche y me pongo a mirar por la ventana mientras él se sube.
Noto que al sentarme la falda se me ha subido aun más por lo que coloco mi abrigo sobre las piernas.
Por alguna extraña razón, sonrío.
-¿A dónde vamos? –le pregunto nerviosa.
Liam, con sus castaños ojos, me mira. Unas mariposas crecen en mi interior pero se difuminan cuando recuerdo que esto es como una salida de amigos.
-Bueno, -dice por fin- íbamos a ir a jugar a los bolos pero…-se pasa la mano por la barba de tres días mientras me mira- Creo que tener a mi lado a una chica como tú merece que vayamos a cenar a mi casa.
Abro los ojos.
-¿A tu casa? –digo riéndome.
Liam me mira y suelta una carcajada.
-Señorita, es una simple cena, no habrá postre.-dice divertido.
Intento reprimir una sonrisa.
-¿Y si el postre me gusta? –pregunto inocentemente.
Liam me mira antes de arrancar.
-Pues claro que el postre te gustaría.
Caigo en la cuenta de las segundas intenciones que tenia la palabra postre.
-¡Ah vale! ¡Qué postre no es comerte una tarta! –digo avergonzada.
-Si para ti es comerte una tarta…-dice Liam divertido.
Le doy un manotazo en el brazo.
-No seas guarro.-me rio.
-Lo intentaré.
Y mientras me guiña su ojo derecho, salimos del aparcamiento hacia la cena en su casa.

Aparcamos en un garaje perteneciente a un gran piso con grandes apartamentos. Me bajo del coche, produciendo que los volantes de la falda vuelen un poco. Sonrío al recordar como a Marilyn Monroe se le levantaba el vestido en la película de La Tentación vive Arriba.
-¿Vamos? –pregunta Liam cundo aun estoy colocándome bien la falda.
-Claro.
Comienzo a andar tras él después de cerrar la puerta del vehículo.
Subimos en un gran ascensor donde hablamos de cómo nos va. Al llegar al séptimo piso se para y salimos a un pequeño pasillo que da a cuatro apartamentos. Nos vamos al de la letra A.
Liam saca un llavero con apenas llaves y abre.
La entrada da a un salón con grandes ventanales. Dos grandes sofás azules con una pequeña mesa en el centro y con una televisión con unos cuantos años. Alrededor de la televisión se encuentran numerosas películas y libros colocados en una gran estantería. El DVD se encuentra bajo el televisor.
Miro a mi izquierda donde se encuentra la entrada a su habitación. Debe de ser grande, ya que el marco de la puerta me deja adivinar que antes había una gran puerta allí, ahora solo hay una cortina de diversos colores.
-Sé que estarás pensando que la puerta quedaría mejor, pero es más fácil entrar con levantar solo la cortina.
Me rio.
-No te creas. Me gusta.
-Ven.-pasa por la cortina.
Le sigo, entrando en su cuarto.
En este hay una gran cama de matrimonio con sabanas azules y negras. Numerosas fotografías de películas están colgadas en la grisácea pared.
-El baño está ahí, para que lo sepas.-señala la parte derecha de la habitación.
La iluminada habitación que es el baño también parece enorme.
-Vale. Oye, esto es enorme.-digo mientras salgo de la habitación.
A los segundos, Liam me sigue.
-Cierto.
-Pensaba que vivías con los chicos.-susurro mientras busco la cocina.
Ya la vi. Se encuentra a mi derecha y solo la separa del salón una barra pintada de colores metálicos. Me acerco a esta y me siento en los taburetes que la acompañan.
-¿Con los chicos? –Liam lo pregunta mientras mete un CD en el aparato de música que se encontraba al lado del televisor y el cual no había visto antes.
-Sí. Como nosotras me refiero.
Comienza a sonar Imagine de John Lennon.
Se vuelve y me mira.
Esta relajado y parece feliz.
-Son diversas canciones, no te preocupes si no te gusta algún artista.
Me muerdo el labio y asiento.
Liam se acerca, bailando, a la cocina.
-¿Te apetece cenar…-abre el frigorífico- no sé, que tal estas pequeñas pizzas?
Saca un cartón donde hay pequeñas porciones y que se calientan en el horno.
-De acuerdo.-sonrío.
Mientras enciende el horno para que se caliente y John Lennon sigue cantando me atrevo a comenzar algún tipo de conversación.
-¿Qué tal os va con Simon?
Liam, desde el otro lado de la barra, se apoya en esta quedando a apenas centímetros de mi.
-Nos va bien. Le gusta mucho nuestro sonido y estuvimos hablando y componiendo un poco los últimos días.
-Ah, ¿pero os habéis visto más?
Liam sonríe.
-Sí, cada dos tardes vamos al estudio con él y diversos profesionales en el mundo de la música.
Me quedo impresionada.
-Que guay.-susurro.
-Sí que lo es.
-¿Habéis compuesto ya algo? –me atrevo a preguntar.
-Algo habremos escrito.-dice de manera picara.
Me rio y nos quedamos en silencio unos segundo mientras Smile de McFly comienza a sonar por toda la casa.

Después de que las pequeñas pizzas estuvieran listas, preparamos la espaciosa barra para cenar allí. Y a la tenue luz de dos lámparas estamos comiendo.
Nos reímos al recordar el pasado Halloween.
Intento actuar como si nada de lo de la azotea hubiera ocurrido pero Liam se desvanece de las conversaciones de vez en cuando con ciertas palabras. Como en la azotea, o la palabra diluviar.
-Mayka.-dice después de acabar las risas.
Bebo un poco de Coca-Cola y le miro.
-Sé que te debe de extrañar que quisiera quedar contigo.
Miro hacia la mesa, apartando mis ojos de los de él.
-Si bueno, pensé que querías arreglarlo y que…
Suspiro y alzo la vista.
Liam alza las cejas y una pequeña sonrisa comienza a aparecer por entre sus labios.
-¿Y qué? –dice suavemente.
Alza su mano y la coloca sobre la mía que está apoyada sobre la mesa.
-Y que querías que volviéramos a ser amigos.-digo mientras la aparto.
Liam, avergonzado deja su mano sobre la mesa.
-¿Amigos?
Mirándole a los ojos, lo más seria que puedo le contesto.
-Sí, solo amigos.
Liam parece no entenderlo. Se levanta y anda hasta encontrarse en frente de mí. Aparta el taburete que acompañaba al mío. Coloca su mano derecha en mi pierna.
Me pongo nerviosa en el mismo momento en el que coloca su mano en mi desnuda pierna.
Agradezco que se me ocurriera la idea de ponerme los cortos pantalones negros que Silvia se pone para bailar porque así no se me ve nada cuando separo un poco las piernas para que Liam se coloque lo más cerca de mi posible.
No echo en cuenta su mano sobre mi rodilla y le miro a los ojos mientras intento no ponerme nerviosa.
Cosa que no funciona ya que al mirarlo aumentan los nervios.
-¿Me estás diciendo que no quieres estar conmigo? –me pregunta a dos centímetros de mi cara.
-Eso mismo es lo que acabo de decir.-susurro.
-¿Solo amigos? –noto como sus ojos me miran los labios.
-Solo amigos.
Y me adelanto un poco para besarle. Procuro no caerme del taburete pero por suerte al estar él delante de mi acabo apoyándome en él.
No tenemos ningún cuidado al besarnos. Toda la angustia de haber estado enfadados, todas las tonterías que nos hemos dicho y lo bien que nos sentimos en estos momentos se ven reflejados en ese beso el cual ni en broma será el último entre nosotros.