miércoles, 25 de septiembre de 2013

Capitulo 31 [Comienzo de temporada]


Entramos en la universidad. Esta igual que siempre, bueno, un poco mas nevada pero nada más.
Hemos venido igual de temprano que al principio de curso, queremos tener unos minutos de paz antes de comenzar con las clases, los estudios, las practicas y levantarse temprano. Aunque eso ya lo hemos hecho hace poco.
Hay pocas personas en la entrada, todas igual de abrigadas y silenciosas. Nos colocamos cerca de la entrada de las clases de veterinario.
-Y vuelta a empezar.-susurra Laura después de haber suspirado. Con cuidado se apoya en la pared.
Con poca ímpetu confirmamos lo que dice.
Unas cuantas personas entran relajadamente por la puerta. Entre los abrigos y las bufandas parece que no nos ven.
Me rio por lo bajo mientras los miro.
Alzan la cabeza, Liam nos señala, Niall se ríe, y Louis comienza a acercarse.

Los tres van como tontos hasta llegar a nosotras. No podemos evitar reírnos. Es cierto que siempre hemos sido un grupo unido, y que los pocos chicos que eran nuestros amigos nos querían mucho, o al menos eso me gusta pensar a mí.
Pero, lo que sí sé bien, es que las veces que quedábamos y hacía mucho tiempo que no nos veían, no nos saludaban ni abrazaban así.
Parecemos más que amigos, hermanos. Y eso, me gusta demasiado.
-¿Cómo estáis? –preguntan ya cuando se han acabado los saludos. Niall pasa uno de sus brazos sobre los hombros de Mayka.
-Bien.-responde Andrea- Triste porque volvemos a empezar.
-Choca.-dice Liam levantando su mano derecha- Por mi podríamos escaparnos y vivir siendo… –hace una pausa mirando al suelo. Parece pensativo- ¡Ganaderos!
Andrea choca.
-¡Me apunto! ¡Me pido ordeñar la vaca! -digo riendo.
-Yo las gallinas.-se pide Louis.
El tiempo se detiene para mí. Al mirar a Louis he visto una pequeña sombra oscura moverse a su espalda.
Zayn entra por la puerta con un gran abrigo puesto. Cuando deja de observar la nieve del suelo alza la vista y me ve.

Unas mariposas demasiado revoltosas aparecen en mi estomago. Sus ojos oscuros se quedan observándome unos segundos, no puedo evitar sonreír tímidamente. Pero esa sonrisa se desvanece pronto.
De su izquierda aparece Karen agarrada de su mano.
Sus dedos entrelazados hacen que mi sonrisa desaparezca pronto. Las mariposas se van y dejan paso a unas terribles avispas que se colocan junto a mi corazón.
 Aparto la vista lo más rápido que puedo, aunque, al fin y al cabo, parece ser demasiado tarde para mi corazón.
No escucho nada, veo a los demás reírse y les imito, realmente sin saber qué hacer.
¿Qué ha pasado? ¿No éramos algo más? ¿O solo fue un beso?
No entiendo nada. Me apoyo en la pared congelada por la nieve, y espero a entrar en las clases.
***
Intento hacer por segunda vez las facciones de la cara de la mujer que me han colocado delante, pero no funciona.
Con el lápiz aun en la mano me paso la mano por la frente. Noto como Jade se echa un poco hacia su izquierda y observa lo poco que llevo dibujado.
-¿Qué te pasa? –me pregunta con el pincel y la paleta de colores ya en la mano.
Él ya ha comenzado a ponerle color a su perfecta mujer.
-No puedo.-le señalo el lienzo.
Deja el suyo a un lado y se acerca a mí.
-Relájate, seguro que te acaba saliendo.-me da con el pincel mojado en amarillo en la nariz.
-Gracias.
Con prisas Jade vuelve a ponerse manos a la obra, Max se coloca con una chica delante de mí, con cuidado y disimulando estar pintando, le miro.
Pasa un pincel negro y pequeño sobre el lienzo, la mujer que parecía tener alguna enfermedad de hígado ya que estaba amarilla, ahora tiene mejor color. El marrón que ha conseguido es extendido por las extremidades de la mujer, esta vez por la chica, ya que Max se ha ido y esta con un chaval.
Le veo reírse y dibujar a la vez que el chico abre un bote de pintura que Max le acaba de pedir.
Me fascina ver como disfruta pintando, no lo tiene solo como trabajo, sino también como hobbie.
-¡Max! –lo llama Jade divertido.
Dejo de mirarle y fulmino a este con la mirada.
-¡Jade cállate! –le susurro mientras me escondo tras el lienzo.
-¡Max! –vuelve a llamarlo. Se está riendo- ¿Podrías ayudar a Cristi?
Aun de espaldas, Max le da una palmadita al chico y se vuelve para hablar con Jade.
-Perdona no te escuché.-dice limpiándose las manos con un trapo.
-¿Que si podrías ayudar a Cristi?-Max me mira- No tiene un buen día.-me excusa Jade.
Max se acerca a mí y ve el lienzo.
-¿Qué te pasa? –pregunta mientras pasea su mirada entre el lienzo y mis ojos.
-No es un buen día.-repito después de haber chasqueado la lengua.
Max asiente y mira de nuevo a la mujer.
-¿Qué te parece si te invito a comer? ¿Mejoraría tu día?-alza las cejas.
Me rio.
Max no me gusta, eso lo tengo claro. Pero pienso que no me iría mal pasar un día alejada de lo que es El Santuario, los chicos y las perfectas parejas.
No me lo pienso mucho. Todo el mundo sabe que si se piensa algo demasiado acaba no haciéndose tal cosa por lo que acepto su invitación y, sin muchas ganas, consigo ponerle un poco mas de color al lienzo.
***
Antes de que los chicos se acerquen a nosotras en la media hora libre, les cuento a las chicas los planes con Max.
Al contárselo se ríen ya que supuestamente no me gustaba.
Y no lo hace, pero son muy cabezotas y sé que me costaría sacarles esa idea de la mente, por lo que sigo dejando que piensen de ese modo.
Las tres clases siguientes las paso, para mi sorpresa, nerviosa. No llego a concentrarme en la teoría que me explica el profesor, ni en la práctica que realizamos mas tarde.
Max se acerca a mi unos segundos antes de que, a la salida, comience a buscarle.
-Cristi, ¿Qué te parece si vamos a algún restaurante de comida rápida?-me pregunta mientras coloca su mano izquierda en mi espalda.
Me rio.
Me siento incomoda ya que muchas de mis compañeras de clases que tan “simpáticas” y “admirables” son con él, se me quedan mirando.
-Me parece bien. No soy de las que les gusta esos grandes restaurantes franceses.-digo poniendo un poco de acento francés.
Max se ríe y poco a poco baja su mano hasta separarse de mi y poder salir de aquí sin tantas miradas sobre nosotros.
Sé que me está hablando de cómo se lo paso en navidades y de que su abuelo, tío o padre le dijo algo por haber ido con una sudadera negra el día de navidad, pero apenas me entero de los detalles.
En cuanto salgo de mis clases veo a las chicas en nuestro punto de encuentro. Se despiden de mi con unas sonrisas en sus caras y con algunas cejas alzándose de manera rápida.
Me rio mientras intento escuchar lo que me sigue diciendo Max.
Paso al lado de Louis, Harry y Liam de los que me despido con un simple movimiento de manos. Estos sonrientes, también se despiden de mí.
-Entonces, el pastel de mi madre, acabó esparcido por toda su cara. La verdad, mi abuela es una crack.-sigue Max.
-Me gustaría conocerla.-le digo riéndome.
Como si hubiera estado atenta a la historia, como si no me hubiera fijado en quien me está mirando. Como si no me importara.
Max mete sus manos en los bolsillos y seguimos andando hasta su coche.
-¿Y qué hiciste tú?-me pregunta con una sonrisa en la cara.
Comienzo a contarle alguna anécdota sin saber muy bien que digo o dejo de decir. Miro con cuidado a mi derecha, donde Zayn y Karen se encuentran pegados el uno al otro, besándose y con sus amigos hablando animadamente alrededor de ellos.
Entre dos cabezas de dos chicos bastante altos veo como Zayn se aparta de Karen después de haberle regalado otro beso, me mira, me fijo en sus labiox y me quedo seria mientras sigo hablándole a Max, y como si no le hubiera visto, le sigo contando la anécdota.


viernes, 13 de septiembre de 2013

Capitulo 30


Saca de detrás de su espalda un conjunto de cartulinas, grandes y blancas.
En la primera puedo leer perfectamente.
“Di que soy tu vecino”
Cuando miro a Zayn a la cara, veo una sonrisa.
-Ahora le ayudo.-le digo a Zayn- Chicas es el vecino del quinto, que se le ha olvidado la llave del cuarto de la electricidad y no tiene luz.
Las chicas me miran y niegan con la cabeza.
-No vayas tonta.-me regaña Laura.
-Ahora vengo, de verdad.
Cojo las llaves del cuenco y mi móvil, para que ellas estén tranquilas.
-Si me pasa algo, o grito u os llamo, ¿de acuerdo?
Intranquilas asienten, y salgo.
-¿Qué quieres tonto? –le pregunto mientras me alejo de la puerta.
Cambia de cartulina, tirando la primera al suelo.
“No voy a hablar, siempre que lo hago empeoro las cosas. ¿Te importa si utilizo las otras cartulinas? J
Me rio. Y asiento.
-Pero bajemos a la entrada.
Dudo que ahora haya mucha gente en la calle, y menos de mi piso. Por suerte, al vivir cerca de la planta baja, llegamos pronto.
“Sabía que me dejarías utilizarlas”
Pone en la siguiente.
Le sonrío, y tira dos cartulinas a la vez. En la otra veo como tenía preparada una escusa por si mi respuesta era negativa.
“Si quieres no hables. Yo…te lo agradecería.”
“No nos conocemos de mucho, pero sé que, desde que estas aquí, no soy el mismo.”
“Al principio, no sabía ni que existías, ni siquiera te había visto en la universidad.”
Me rio. Eso ya lo sabía yo.
Cambia de cartulina.
“Pero gracias al bar, te conocí y me hacías más ameno superar las dificultades que me ocurrían en esos momentos.”
¿Dificultades? ¿Zayn?
“Poco a poco te cogí cariño, pero no en plan: ¡Oh te quiero!  No.
Mas bien, el cariño que le coges a un perro.”
-Gracias.-abro los ojos, pero mantengo la sonrisa en la cara.
Zayn me mira, una leve sonrisa sale de sus labios, pero continúa con las cartulinas. No me fijo en si me mira mientras las leo. Pero cuando alzo la cabeza, nunca lo hace.
“Te comencé a querer mas. Tan solo eso.”
“No quiero amargarte ni robarte tiempo, tan solo decirte que…”
Deja esa pancarta puesta. Mi corazón comienza a palpitar más fuerte y noto como me pongo nerviosa.
-¿Me prometes que siempre serás la misma?-me pregunta apretando su mandíbula.
-Si.-el aire comienza a faltarme.
Lentamente e inseguro me deja ver la ultima pancarta.


Alza la vista y me mira esperando mi reacción. Mi corazón comienza a hacer ejercicio y provoca que me ponga nerviosa. Me quedo mirando la pancarta.
-¿Estás bien?-me pregunta.
Me acerco mas a la pared, apoyándome en ella.
-Sí, solo que, -hago una leve pausa- no me lo esperaba.
Zayn se ríe.
-Lo siento.-susurra.
-No te disculpes.-le digo más normal de lo que querría haberlo dicho.
Por primera vez, le sonrío con nerviosismo.
-¿Y ahora que viene?-le pregunto aun mirando al suelo- En la pelis, no te explican que hacer.
-Es Navidad.-me responde dando un paso hacia mi- ¿Me perdonarías si actúo de manera errónea en comparación con las películas?
-Sí. Yo también estoy actuando de esa manera.
Zayn se acerca a mí.
-Si.-se ríe- La verdad es que debemos de ver más películas de amor.
Sigue acercándose, y me rio por lo que a dicho.
Llega un momento en el que a ninguno nos salen las palabras. Nuestros pies se tocan y las mariposas aparecen. Zayn me hace cosquillas al echar hacia un lado la camiseta para acariciarme el hombro.
Me muerdo el labio.
El deja de mirar los dibujos que están realizando sus manos sobre mi piel para mirarme a los ojos. Aprieta la mandíbula y lentamente se acerca a mí.

No me cuesta cerrar los ojos.
Cuando nuestros labios se tocan, una especie de dulce corriente eléctrica me recorre el cuerpo. Con suavidad, subo mis manos hacia su cara y le acaricio su marcada mandíbula mientras, esta sigue moviéndose para besar mis labios.
Cuando nos separamos, nos miramos a los ojos y no puedo evitar abrazarlo para sentirlo cerca de mí.
Paso mis manos por su cuello y él coloca las suyas en la parte baja de mi espalda.
Cuando nos separamos, sonríe.
-Feliz Nochebuena.-me susurra señalando el techo.
Su mano derecha se encuentra alzada sobre nuestras cabezas con una pequeña rama de muérdago.
-Feliz Nochebuena…-susurro.
Y nos volvemos a besar, más seguros que antes.
Me siento protegida y querida entre sus labios.
Nos cuesta separarnos, y cuando lo hacemos es para despedirse.
-Espero que el avión llegue.
Le doy un manotazo.
-No me asustes.-vuelve a acercarse.
Me entran ganas de besarle, pero está el suficiente tiempo como para besarme la mejilla e irse hacia la puerta.
-Buenas noches.-su sonrisa sigue ahí.
-Buenas noches.
Cuando sale con todas sus cartulinas bajo el brazo, me toco los labios levemente para que no se vaya su beso. Subo hacia casa. Y cuando abro la puerta me despido de alguien que no existe.
-¿Y qué tal?-me pregunta Mayka.
-Bien. Ya tiene luz.
-Me alegro. ¡Qué susto nos dio!-dice Andrea aun tirada en el sofá.

Dejo las llaves en el cuenco y el móvil en la mesa. Me acerco al sofá y vuelvo a colocarme con las chicas, esta vez, hasta que me quedo dormida.
*********************************************************************************
Bueno Chic@s, deciros que Gracias por todo lo que me habéis apoyado con la novela.
Gracias a esas personitas que se han leído unos tras otros mis capitulos y que no han rechistado aunque el final fuera malo.
Gracias a todos los que comentáis, de verdad, me alegráis el día. (Y me hacéis hacer ejercicio, puesto que comienzo a saltar como una loca cuando veo un comentario).
Tambien quiero darle las gracia a mi Equipo Galleta, porque me han inspirado para mas de una trastada....
Y por supuesto, gracias a todos mis seguidores. Os quiero mucho de verdad.=D

<3 Intentare subir los capis de la 2º Temporada cuanto antes, hasta entonces:



lunes, 9 de septiembre de 2013

Capitulo 29


Los chicos han hecho un gran trabajo con la decoración.
Del techo cuelgan unas telas blancas rodeadas de tímidas luces. Un árbol enorme y muy bien decorado se encuentra al lado del escenario. Hay un ambiente especial en el bar. Como mágico.
Los chicos llevan trajes al estilo James Bond.

Al haber llegado tarde, la fiesta ya ha comenzado. Muchas personas igual de bien vestidas que nosotras conversan animadamente.
Las mesas que suelen estar colocadas por todo el bar, ahora se encuentran pegadas a la pared para poder bailar.
Una pareja lo está haciendo ahora mismo.
No son los únicos, pero son en los que me fijo. Él le coge la mano a ella con delicadeza, ella se aferra a él y ambos se dejan llevar. Un paso a la izquierda, otro a la derecha…
-Hola.-saluda Jade.
Me fijo en él. Por primera vez, veo un esmoquin con lentejuelas doradas en las hombreras y en la espalda. Sus zapatos, negros y relucientes, hacen que parezca formal pero la camisa, rosa fucsia, hace que no tengas en cuenta sus zapatos.
-¡Qué guapa estas! –le dice Laura cuando llega a él.
Se dan dos besos.
-Gracias. Tú tampoco te has quedado mal.
Cuando me toca saludarlo a mi me mantiene unos segundos más pegado a su cara, como si el segundo beso que le doy fuera eterno.
-Ha venido Karen.
Nos separamos. Le miro a los ojos, divertidos y oscuros, y acompañados por una fina línea dorada sobre ellos. No le digo nada, me limito a poner una mueca de tristeza y sigo saludando.

Saludo a personas a las que solo les he acercado el café, otras a las que no conozco, compañeros cantantes de los chicos, y a mis jefes.
Han traído a Lux, saben que nos volvemos mañana y querían desearnos una feliz Navidad. Pensar que alguien se ha tomado esas molestias, me emociona un poco.
-Gracias.-por primera vez, soy yo la que empiezo el abrazo.
-De nada chicas.-dice Lou.
Ha venido con unos pantalones oscuros, acompañados de una chaqueta igual y una blusa blanca. Sus tacones dorados la hacen más alta.
-Yo también os la deseo.-dice Tom a su lado.
Es cierto, ambos nos la han deseado. Y entre risas nos acercamos a él y le abrazamos.
Los chicos se encuentran rodeados de chavalas.
Bien, ya no es solo Harry, si no que todos tienen chicas más importantes que nosotras. Me imagino lo peor para cuando volvamos.
Dylan es el primero en acercarse, y solo lo hace para “robarnos a Rocío un segundo”. Seguro.
-¡Hola! –nos saluda Louis entre risas. Se acerca a nosotras y nos hace dar una vuelta sobre nosotras mismas- ¡Qué guapa estáis!
Se coloca bien su corbata.
-No sabéis lo que me molesta esto.
Andrea se acerca y comienza a colocársela bien. Zayn aparece con Karen a su lado.
La Guapa De la Fiesta…

Yo solo quería que Zayn pensara eso, pero ella tuvo que venir. Con un precioso vestido dorado ceñido al cuerpo, una sonrisa de oreja a oreja y esos ojos tan bonitos.
Trago saliva y procuro no ponerme nerviosa.
Zayn me ve mirándole, suspiro y aparto mis ojos de su preciosa novia. Pero acaba acercándose a nosotras y a Louis.
-Hola.-nos saluda.
Karen también lo hace, pero acaba poniéndose a hablar con una chica que no conozco.
-Hola, habéis hecho un gran trabajo.-le dice Silvia.
Zayn le contesta pero no logro enterarme. De los altavoces comienza a sonar Impossible de James Arthur.  Louis le pide un baile a Andrea. Esta lo acepta y se unen a las pocas parejas que se encuentran en la pista de baile.
Como si estuviéramos en una película americana. Niall alza la vista de los escotes de sus “admiradoras” y nos ve. Noto como Silvia a nuestro lado carraspea, se ha puesto nerviosa.

Niall se disculpa de todas las chicas, se acerca, nos saluda y saca a Silvia a bailar. Esta, nerviosa, comienza a hacer señas cuando Niall se da la vuelta.
Me rio.
Me apoyo en la mesa que se encuentra a mi lado, sentándome sobre esta. Laura y Mayka me siguen. Mientras, Zayn busca a alguien con la mirada.
Veo a Jade bailar con un chico en la pista. Hago que las chicas lo vean y nos reímos de la alegría. Es raro verlo coquetear con alguien.
Liam aparece a nuestro lado haciendo el tonto.
-Hola ricitos.-le dice a Mayka- ¿Te gustaría bailar conmigo… –señala su cuerpo de arriba abajo- Iron Man?

Mayka comienza a reírse, y Liam le sonríe. Alza su mano y Mayka coloca la suya sobre la de él. Y al compás de la canción, salen a la pista.
Karen se acerca y se coloca al lado de Laura, que se encuentra a mi derecha.
-¿No bailáis? –pregunta Laura refiriéndose a Zayn y Karen.
-No.-dice Karen con aire enfadado- Los chicos guays no bailan. – imita la voz de Zayn.
No puedo aguantar la risa. Zayn, enfadado, me mira primero a mí y luego a ella. Karen, molesta, se aleja de nosotros y de manera sonora comienza a reírse cuando se encuentra con un chaval.
-Que tonta es.-dice Zayn negando con la cabeza.
Miro al suelo y sonrío.
Harry se coloca al otro lado de Zayn. Laura se pone tensa en cuanto lo ve.
-Ya me he desecho de unas cuantas.-susurra a Zayn.
Este no le hace caso. Me mira a mí y yo, miro el suelo.
-Que bien, ¿no?-le dice Laura.
Harry la mira extrañado. Pero Laura sigue mirando al frente.
-¿Qué te pasa?-le pregunta serio.
-Nada. Solo que ya utilizas a todas por igual sin valorar cual vale más la pena.
Miro a Harry. Abre los ojos y cuando va a reprocharle algo, un joven, moreno, con traje de chaqueta y unos centímetros más alto que Laura se acerca a nosotros.
-¿Me concederías este baile? –le pregunta a esta junto a una reverencia.
-Claro.-Laura sonríe, y sin mirar atrás, se une a las demás.
Harry pega un sonoro golpe a la mesa.
-Joder.-masculla. Y se va de allí.
Me quedo pensativa unos segundos.
En menos de un minuto delante de mí ha ocurrido una especie de telenovela.  Silvia y Niall parece que están bien. Ha habido momentos graciosos como cuando Louis y Andrea han salido a bailar o la preposición de Liam. Otros extraños, como Dylan y Rocío que hace tiempo que no los veo. Y luego los tensos, como la pelea de Zayn y Karen y el enfado de Harry y Laura.
-Bueno…-lo dejo en el aire.
Miro a Zayn, ausente y observando a los invitados.
-¿Estás bien?
-Si.-agacha la cabeza- Solo que ya no es lo mismo.
Asiento sin saber que decir.
-No sé. Desde hace tiempo ninguno de los dos lo es.- Zayn sigue hablando.
-No te preocupes. Ya lo arreglareis.
-Es que no estoy seguro sobre si quiero hacerlo.
Abro los ojos y le miro.
-No digas eso. Solo lo dices porque acabáis de pelearos.
-¡Mamasita!-alguien me coge de la mano y me da una vuelta-¡Bailemos!
Jade se mueve como los cubanos. Me rio y le sigo.
-Zayn.-le llamo mientras me doy la vuelta.
Este sube la mirada, y una sonrisa aparece en su cara.
-No siempre está bien ser un chico guay.-le saco la lengua y con su sonrisa en la cara me doy la vuelta.
No sin antes escuchar cómo se ríe por lo bajo.

[Narra Rocío]
-¿Y esa cual es?-le pregunto señalando tres puntos de luz unidos.

-La osa menor.
Estamos en la azotea del edificio donde se encuentra el bar. Dylan no quería bajar abajo, no me ha dicho ningún por qué pero me da igual. Esto es lo más romántico que me han hecho.
Hay un pequeño techo en la azotea, en este se encuentra un sofá lleno de mantas con las que ambos nos hemos tapado.
Todo Londres se ve desde aquí. Iluminado y precioso.
Nos quedamos así. En silencio y acurrucados mientras miramos el despejado cielo que hoy nos envuelve.

[Narra Cristina]
-Entonces, ¿Cuándo volvéis?-pregunta Niall.
Nadie les hemos preguntado. Pero entiendo que la relación entre Silvia y Niall no es ya un secreto. Desde que bailaron han estado juntos, pero no han compartido ningún beso. Ahora, Niall se encuentra abrazando por la espalda a Silvia.
-El nueve de enero.-responde Andrea mientras bebe de su vaso.
Los chicos asienten y comienzan a hablar.
Miro a Zayn. No lo entiendo. Hasta hace un momento estaba triste por cómo iba su relación con Karen, ahora, se ríe sin parar y es el de siempre. Procuro no mirarle durante más de un segundo. Aunque sea él quien hable.

-¡Chicos! –Dice alguien por el micrófono llamando la atención de todos- Coged las copas de champan de la barra, en menos de cinco minutos “pasaremos de día” –y como si fuera Nochevieja gritamos de alegría.
Todo esto me hace gracia. Jamás pensé que celebraría un “final de día”.
Nos acercamos y cada uno cogemos una copa. Están casi a rebosar de champan, así que con cuidado volvemos a donde estábamos.
-Pero antes de pasar de día –dice el chico- Comencemos con los míticos besos bajo el muérdago.-todo el bar grita.
-¿Qué es eso?-pregunto alzando la voz.
-La tradición dice que en estas fechas se quema el muérdago de la buena suerte que ha estado un año detrás de la puerta, -comienza a explicarnos Liam- cambiándolo por uno nuevo…
-Una mujer no puede rechazar un beso bajo una ramita de muérdago, ya que esta podría ofenderse al ver rechazada su protección.-continua Niall mirando a Silvia a los ojos.
-¡De ese beso vendría un feliz matrimonio! –dice Dylan saltando sobre nosotros.
Rocío le sigue.
-¿Dónde habéis estado perdidos? –pregunta Harry.
-Arriba viendo las estrellas.-dice Dylan con voz de chulo.
Nos reímos.
-¿De qué hablabais?-nos pregunta Rocío mientras nos mira las manos.
-De una tradición de aquí.-explica Louis.
-¿Y eso?-señala las copas.
-Tenéis que coger una de allí.-Laura señala la barra.
Dylan se acerca, y cuando vuelve con las copas, nos siguen contando la tradición.
-¿Por dónde íbamos? –pregunta Niall.
-¡Feliz matrimonio!-grita Dylan.
Niall parece acordarse y sigue hablando. Esta vez mirándonos a todos.
-Y si nadie besa a la chica, significa que tiene que esperar para casarse al año siguiente.
-Pues este año no hay beso.-dice Silvia mirando a Niall.
Todos reímos mientras Niall fulmina con la mirada a Silvia.
-¿Si?
Esta asiente.
-Vale. Lo tendré en cuenta.-y deja de mirarla.
Esta le abraza y le pide perdón.
-¡Sigo yo!-dice Harry animado- Da ahí viene la creencia de que la mujer que recibe un beso bajo el muérdago en Nochebuena encontrara el amor que busca o, conservara el que ya tiene.-fugazmente veo como Harry pasea la vista entre Laura y su amigo bailarín, que sigue con nosotros.
-Eso sí, -continua Zayn- pasadas las doce debe de quemarse el muérdago, si no ninguno de los que se han besado se casarían.
-¿De dónde habéis sacado esa historia?-pregunto.
-Wikipedia monina.-responde Niall imitando a Louis.
Cuando este va a reprocharle algo, el mismo chico de antes comienza a llamar a las parejas que desean besarse.
-¿Vamos?-le pregunta Niall a Silvia entre susurros- Total, no es Nochebuena, nada de lo dicho sucederá.
Silvia asiente, y ambos se acercan. Rocío y Dylan también van, agarrados de la mano.
 Los demás nos quedamos mirando a las veinte parejas que hay sobre el escenario y que se besaran bajo el muérdago.
-¿Y estos dos desde cuando son novios? –pregunta Mayka cuando ve que Silvia no está con nosotras.
-Ni idea.-respondemos casi todos al unisono.
***
-La fiesta ha estado súper bien.-comento mientras me quito los tacones.
Se los devuelvo a Silvia, que era quien me los había prestado.
Acabamos de entrar en casa. Tan silenciosa y tranquila en comparación con el bar. Deben de ser las dos menos algo de la madrugada. Después de “pasar de día” y “¡Feliz Nochebuena!” estuvimos bailando.
Mis pies, poco acostumbrados a ir con tacones, me palpitan como si se me fuera a salir el corazón por ahí.
¿Exagerada? ¿Yo? ¡Nooo!
Puede que un poco.
-¿No podrías esperar a que este en mi cuarto?-me dice Silvia aguantando malamente los zapatos.
-Lo siento, Dña. Horan.-me rio.
Las chicas sueltan un ¡Ohh! Muy gracioso.
Silvia hace como si se riera, pero no es así y me acaba sacando la lengua.
 Dejo a las demás en la cocina o el salón, bebiendo agua o buscando algo en la televisión. Tengo que ir al baño.
Y con urgencia.
-¡No me tires el tacón! –escucho gritar a Andrea.
-Te voy a tirar toda mi ropa.-canta Laura.
Escucho pasos rápidos, como si estuvieran corriendo. Y luego risas lejanas. Seguramente, procedentes del salón.
Cuando salgo, veo a Andrea y a Laura en ropa interior y tacones.
-No pregunto.-digo riéndome.
Se levantan. Y las sigo hacia las habitaciones, en donde me pongo el pijama.
Mañana salimos a las dos de la tarde. Nuestras maletas están casi igual de llenas que cuando vinimos. Solo que algunas cosas las dejamos aquí.
Emma me imagino que no tocara nada. Aunque, sé tan poco de ella que puede estar de vacaciones en el Caribe y nosotras aquí sin saberlo.
Me pongo mi camiseta roja y de mangas largas y mis pantalones de chándal de una rana descolorida. Voy al salón. Donde, poco a poco, acabamos todas.
Sentadas, tiradas y hasta dormidas sobre las otras, mientras vemos una película extraña, llamada Isenhart.

No le prestó atención, solo me relajo mientras veo como esos caballeros de la edad media, o hasta más tiempo, luchan.
En el momento justo en el que me voy a dormir al igual que Silvia y Rocío, se escucha alguien tocar a la puerta.
Abro los ojos como si de un susto se tratase.
Y así es.
-¿Quién es? –oigo susurrar a Laura.
Mi corazón comienza a palpitar.
Lo primero que hago es colocar mi dedo índice sobre mis labios.
-Baja el volumen de la tele.-le susurro a Mayka.
Esta me hace caso.
En silencio, nos miramos entre nosotras, aterradas. Y, aunque no tenemos más que una pequeña lamparita encendida, Andrea la paga, quedando casi a oscuras. La única luz que nos ilumina es la película, que en silencio, sigue su curso.
Vuelven a llamar, esta vez más fuerte.
-Hagamos como que no hay nadie-dice Laura.
Aceptamos su oferta y durante tres o cuatro aporreos más, así nos quedamos.
-¿Pero no se va a cansar?-pregunta Andrea susurrando y mirando hacia la puerta.
-¿Quién va a mirar? –pregunto.
Todas se salvan antes que yo, y me toca ir a mí.
Muerta de miedo, me acerco como si pudiera matarme aquel que se encuentre detrás de la puerta. El suelo suena bajo mis pies, y antes de asomarme por la mirilla se me viene a la mente que es alguno de los personajes más famosos de las películas de terror. Cojo y suelto el aire. Y antes de que vuelva a llamar, miro.
Esa chaqueta de cuero, ese tono moreno de piel, y ese pelo oscuro me suenan.
Abro la puerta, justo a tiempo de evitar que me dé un porrazo en la cara.
Las chicas no hablan, ni siquiera las veo por la oscuridad, tan solo le miro. Sus ojos oscuros se quedan abiertos y saca algo de su espalda.



domingo, 8 de septiembre de 2013

Capitulo 28


-Chicas, Liam me acaba de llamar.-Laura cuelga el teléfono.
Nos acabamos de levantar. Esta noche he dormido mal. Después de terminar nuestra conversación, fui a mi cama y me acosté. No concilie el sueño hasta un buen rato después. Me imagino que sobre las cuatro y media o cinco. Solo sé que ahora, a las diez de la mañana, no puedo con mi cuerpo.
Estamos viendo unos dibujitos un tanto extraños.
-¿Qué te ha dicho? –pregunta Rocío mientras estira las piernas.
Laura se acerca al sofá, se tira en este, y cuando ve oportuno, le contesta.
-Tenemos que ir de compras, pero, por desgracia, a comprar comida.-suspira.
Me entra un poco de prisas, pero a la misma vez, un escalofrío recorre mi cuerpo.
-Esta tarde quería pasar una tarde de chicas antes de la fiesta.-me quejo mientras observo un punto perdido en la habitación.
-Podemos pasarlo.-dice Andrea- ¿Qué os parece si nos repartimos? Algunas se quedan aquí recogiendo la casa y preparando las cosas para la fiesta. Y las otras se van a comprar la comida.
-Vale.-dice Mayka mientras da una palmada en el aire.
-Pues adjudicado. La idea de Andrea liderará el día de hoy.
***
Después de desayunar magdalenas y Cola-Cao, nos vestimos y aclaramos quienes saldrán a comprar y quiénes no.
Al final, Andrea, por decir la idea, y Silvia, porque según ella no tiene aun ánimos para salir, se quedan en casa recogiendo y preparando las cosas para esta tarde.
Las demás, nos vestimos sin arreglarnos mucho y vamos al supermercado más cercano.
Es lunes y estar en la víspera de Navidad no ayuda a que haya menos tráfico. Personas arregladas y con numerosas carpetas sobre sus brazos andan rápido por las calles.
En cuanto entramos en el supermercado sacamos unas monedas del monedero y cogemos un carrito.
-¿Qué es lo primero? –pregunta Rocío ojeando la lista que lleva Laura.

-Lo primero son las servilletas.-comenzamos a andar.
Empujo el carrito con la ayuda de Mayka.
Cogemos las servilletas y vamos al pasillo de las patatas.
-¿Cuál cogemos? –pregunta Mayka mirando los estantes. Laura se ha alejado para mirar todos los paquetes que hay, y Rocío desde la parte delantera del carro me ayuda a llevarlo. Empujo sin apenas fuerzas ya que aun sigue vacio.
Mientras, Laura y Mayka comienzan a pegarse tortazos con un par de paquetes de patatas.
Ganaron las Lays que cogió Rocío mas tarde.
***
 Después de habernos duchado y llevar horas haciendo la compra. Comenzamos a prepararnos.
-Pon música Silvia.-pide Rocío.
Se comienza a escuchar 22 de Taylor Swift.
Silvia aparece en la habitación bailando como un rapero. Mayka comienza a hacer movimientos con las manos. Y comienzan a cantar.
-I don’t know about you. But I’m feeling 22…
Todas comenzamos a reírnos. Laura comienza a correr, va a nuestro cuarto. No sé lo que hace los segundos que pasa allí.  Pero vuelve con un pañuelo en la cabeza y con los pantalones bajados hasta la altura de los muslos.
Andrea salta sobre los sofáles y se une al concierto. Se pone a bailar como lo hacen los raperos. Rocío, a la que estoy maquillando, abre los ojos y se queda perpleja al ver a las chicas bailar.
Comienzo a reírme. Cuando acaba la canción aparece una de Los Beatles. Ahí paran de bailar y se vuelven a tranquilizar.
Andrea coge el colorete y comienza a maquillar a Mayka. Silvia se encarga de peinar a Laura.
Y así, cada una ayudando a la otra, nos arreglamos para ir a la fiesta de “El Santuario”.
Yo me hago simplemente las planchas, Mayka se riza el pelo más todavía y se coloca el pelo hacia un lado. Silvia se hace unas pequeñas trenzas en algunos lugares del pelo, como si estuvieran escondidas, y se deja el pelo rizado.
Esta guapa, seguro que Niall se pondrá nervioso al verla.
Laura se deja el pelo suelto y liso, dejando sus californianas rosas visibles. Andrea se riza el pelo, y se lo deja caer por la espalda. Rocío se coge unas pequeñas trenzas que le ayudan a no tener ningún mechón de pelo sobre sus ojos.
Entre los peinados y los trajes a juego, vamos perfectas.
Los trajes tienen en común el blanco, el negro y el rosa.
Algunos son negros enteros, como el mío. Otros son a rayas negras y blancas, como el de Laura. Rocío lo lleva rosa con pájaros en negro. Mayka blanco y con florecitas de colores, entre ellos el rosa. Andrea lo lleva rosa pálido y de palabra de honor. Luego, el de Silvia, es de muchos colores y ajustado a su cuerpo.
Lo dicho.
Esta noche seremos Las Guapas de la Fiesta.
Miro mi reloj.

Aunque lleguemos tarde.

martes, 3 de septiembre de 2013

Capitulo 27


Todas se encuentran en el sofá viendo una película.
Incluso Silvia.
-Hola.-saludo mientras cuelgo el bolso en el perchero.
-¿Qué tal te fue? –pregunta Rocío.
-Bien, me presento a unos amigos y me he reído mucho.
Todas ponen la misma cara que cuando Rocío y Dylan se miraban furtivamente.
-¡Cristi tiene novio! ¡Cristi tiene novio! –comienzan a cantar.
Coloco mis manos en mi cara.
-¡No es mi novio! –digo mientras me acerco al sofá.
-Claro, ¿por esa razón estas roja no? –me dice Silvia.
Me muerdo el labio mientras pienso en algo. No se me ocurre nada.
-No.
Todas ríen.
-¡Ahh! Y me he encontrado…-comienzo a contarles que me encontré a los chicos. Pero paro.
Me acuerdo de lo triste que estaba Laura con Taylor, de lo malo que seria para Silvia acordarse de Niall, y de lo culpable que yo me sentiría por eso.
-¿Con quién? –pregunta Andrea.
-Con…-Pienso rápido- Mi profesor de Escultura, con una chaqueta de brillos y pantalones ajustados.-comienzo a reírme como si de verdad lo hubiera visto.
Las chicas me siguen.
-Se le marcaba todo.-puntualizo.
Dejo a las chicas viendo la película y voy hacia el cuarto. Mientras voy por el pasillo recuerdo todo lo que me ha pasado esta noche. Me da pena recordar a Taylor y a Karen. Parece que jamás llegare a ser como ellas. Al igual que las novias de los amigos de Max.
¿Cómo pueden ser algunas tan hermosas y que otras nos quedemos tan atrás?
Comienzo a mirar mis zapatillas andar por el pasillo. Este se me hace eterno hasta que llego a la habitación.
Cuando me he puesto el pijama comienzo a guardar la ropa. Mi móvil suena.
Lo cojo.
“Espero que realmente te lo pasaras bien.-Max”
Comienzo a escribir. Rápido y alegre.
“Realmente fue asíJ
Lo envío. A los segundos vuelve a sonar.
“Me alegro. Que duermas bien…Cristina x.-Max”
“Igualmente”
No escribo más. Dejo el mensaje así de simple y apago el móvil.
Salgo al pasillo dispuesta a colocarme con las demás a ver la peli, pero cuando llego no están allí.
Miro hacia todos los lados posibles, hasta que escucho sus risas en el baño.
Entro en el pequeño pasillo en el que este se encuentra. Mientras me acerco observo todos los posters de artistas que tenemos pegados en las paredes. Nadie diría que aquí vivimos nosotras.
Todas las paredes en las que es posible pegar un poster ya no existen. Porque los posters ya han sido colocados.
Entro en el baño. Los azulejos veis hacen juego con todo el baño. Es triste que solo haya un color.
-¿Qué hacéis ahí? –les pregunto a las chicas un poco horrorizada.

Laura se encuentra sentada en el baño, las gafas que utiliza para leer, las tiene dobladas. Sobre ella Silvia se ríe al ver como Andreita se ha chocado con la pared, Rocío tiene cara de pillina, ya que está intentando aplastar lo máximo posible a las demás. Mayka simplemente, me saluda.
Me acerco a Mayka, le pido el móvil y las hago posar para una foto.
-¡La próxima vez que quiera darme un baño no os lo digo! –dice Laura levantándose del baño.
-Te lo has perdido Cristi, -me explica Mayka- nos hemos tirado en avalancha sobre Laura.
Andrea se toca la cabeza, aun le debe de doler.
-No sé cómo no me he comido la ducha…
Me rio. Dejamos a Laura bañarse tranquila, y nos acercamos al sofá, me tiro sobre este.
-Estoy cansada.-me quejo.
-Vete a dormir.-me aconseja Mayka.
-Pero es que quiero reírme.-me incorporo en el sofá.
-¿Cosquillas? –pregunta Rocío.
-No.-me echo hacia atrás- reírme con anécdotas y tonterías.
-Pues…-Silvia se queda pensando- Vayamos a mi cuarto.
Comienzo a reírme sin un por qué.
Rocío sale corriendo y en cuanto llega al cuarto se escucha como está moviendo las camas.
-¡Ayudadme! –nos ordena en cuanto llegamos.
Hay poco en lo que ayudar, ya que es tan maquina que ha podido juntarlas ella sola.

-Cristina, haz los honores.-señala la cama.
Entiendo que debo tirarme sobre esta. Salto lo más alto que puedo, en vez de caer simplemente sobre la cama, pego con la cara en la pared. Me hago daño, puesto que me he dejado la nariz en esta, pero comienzo a reírme y a llorar por el golpe.
Sé que ha sido gracioso. No lo he visto, pero me lo imagino.
Se escuchan a mis espaldas las risas de las demás. Lentamente y con la mano en la nariz me vuelvo. Rocío y Andrea simplemente no se aguantan la risa. Silvia me señala mientras ríe dejando claro que la que se ha pegado el golpe soy yo. Aunque no hace falta. Mi nariz confirma que así ha sido.
Mayka está con una mano aguantando la risa. Al verme reírme y con la mano en la nariz, comienza a reírse.
***
-Hay un chico.-susurra Andrea.
Llevamos más tiempo del pensado hablando. Deben de ser las cuatro menos algo.
Cuando Laura volvió comenzamos a hablar de maquillaje, luego de series de televisión que nos marcaron la infancia y películas.
Nos miramos entre nosotras.
-Ya lo sabemos.-dice Rocío- Louis, ¿no?
Andrea abre los ojos.
-No.-dice un pelín horrorizada- Él es solo mi amigo.
-Pesaba que te gustaba.-susurra Rocío mientras mira el edredón.
-Pues pensabas mal.
-¿Quién es?-pregunta Laura entusiasmada.
-Se llama Andy.
-¿Andy? –pregunto. Me quedo callada unas milésimas- ¿Y Lucas?
Comienzo a reírme sola. Las demás me miran extrañadas.

-Perdón.-oprimo la sonrisa y comienzo a escuchar como es el compañero de Andrea.