lunes, 30 de diciembre de 2013

Capitulo 43


-Buenos días.-Catherine Santana pasa por nuestro lado.
Jade la mira y ambos se saludan con una leve sonrisa.
Ahora sí que no dudo en que se conocen.
-¿Y con ella a que jugabas? –le pregunto mientras me siento en mi pupitre.
Jade se sienta en la mesa a mi espalda.
-A la Play Station.- me contesta.
Me giro.
-¿También? –le pregunto extrañada.
Le miro, este abre los ojos haciéndome saber que el profesor acaba de entrar. Pero no me giro.
-Guapa, yo jugaba por su hermano, y ella por el mío.-Jade comienza a reírse.
Yo, mientras me giro, también lo hago.
Con que a cada uno le gustaba el hermano del otro.
Sonrío.
Parece ser que en su adolescencia Jade sí que vivió una película americana.
***
Salimos al patio, y nos acercamos a las chicas. Estas se encuentran sentadas en un banco.
Jade se sienta junto a Andrea.
-Hola.-saludo cansada.
-Hola.-saludan al unisono.
Comenzamos a hablar sobre las películas que podríamos ver. Hasta que veo como Max sale de la universidad con unos ojos tras su espalda.
Los de Zayn.
-¡Ahí viene! –escucho susurrar a Jade.
Las demás se acercan más a él y todas miran la entrada. Les sigo la mirada.
El hermano de Catherine se encuentra allí, junto la entrada, seguramente buscando a su hermana ya que alza la vista y mira por los alrededores.
Sus ojos se paran cerca de nosotros y comienza a andar.
Su pelo oscuro se mueve poco mientras anda, al contrario que su chaqueta vaquera. Llega a su hermana, se dicen un par de cosas, y mientras las demás disimulan, Catherine y su hermano se acercan a nosotras. Bueno, a Jade.
-¿En serio eres tu Jade? –el chico se acerca y adelanta unos pasos a su hermana.
Jade se levanta, y ambos se abrazan como los hombres hacen, dándose fuertes palmadas en la espalda.
-¿Cómo estas tío?- le pregunta el chico.
-Bien, -responde Jade- se podría estar más relajado, pero bueno. ¿Y tú? ¿Qué haces por aquí?
-Pues…-nos mira- Hola.
Todas le saludamos.
-Chicas os presento a Patrick. Mi futuro cuñado.
Abro los ojos.
-¿Cuñado? –le pregunto a Jade.
-Sí, -responde Patrick- por esa razón vamos a pasar aquí unos meses. Para conseguirle a mi hermanita los mejores adornos.
-Me alegro mucho.-Jade le da otra palmada en la espalda.
-Bueno, me voy. Aun tengo que buscar más tiendas.-comienza a irse.
Jade se despide de él con casi los ojos fuera de sus orbitas.
-¿Sabe que eres gay? –le pregunta Andrea mientras aun observa a Patrick.
Jade mira a su alrededor, asegurándose de que no haya nadie cerca. Ni Catherine ni otra persona no deseada.
-Lo sabe, y por eso fue mi primer amor.
-¿Por saberlo? –pregunta Mayka.
-No, -dice con dulzura- porque siguió tratándome como siempre lo había hecho.
Nos quedamos en silencio.
-¿Catherine no es muy joven para casarse?-pregunto arrugando mi nariz.
-Sí, pero –Jade bufa- si se quieren, al parecer no les queda otra cosa que hacer a ella y a mi hermano mayor.
-¿Solo tienes ese hermano? –Le pregunta Laura mientras bloquea el móvil- Por curiosidad.-levanta las manos, dejando claro que es “inocente”.
Las demás nos reímos, ya que Jade alza una ceja.
-Tengo dos. Uno tres años mayor que yo, y otro, cinco años pequeños.
-¡Estoy con el mediano! –Laura le revuelve el pelo.
-¡Laura no! –dice riendo- ¡Que me quitas mi súper peinado!
Todas soltamos una carcajada.
El móvil de Mayka comienza a sonar. Esta se da prisa en coger el teléfono y contestar.
Es Lou.
Mayka alza la vista, mira hacia la entrada. Nuestros ojos la siguen.
Se levanta, y haciéndonos un gesto con la mano, nos dice que la sigamos.
Nos miramos extrañados, y comenzamos a andar mientras sigue con el móvil al lado de la oreja.
-¿A dónde va? –pregunta Andrea susurrando.
Pasan unos segundos hasta que alguien le contesta.
-Ni idea.-responde Laura mientras niega con la cabeza.

-¡Hola chicas! –Lou está en la acera próxima a la universidad.
Tiene el pelo rubio recogido en una trenza de espiga y acabado en una trenza normal. Lleva una sudadera de The Beatles, a conjunto con unos vaqueros y unas botas oscuras.
En el carrito esta Lux. Lleva unas botas que parecen calentitas, y el abrigo que a mi hermana le hubiera encantado tener, porque parece un león.

-Hola Lou.-Jade se acerca a ella con entusiasmo.
Lou abre los ojos asombrada, y le sonríe con cariño.
-¡Hola cielo! –se separan- ¿Cómo estás?
-Bien.-Jade se coloca como un modelo.
Sonrío.
-Estas muy guapo Jade.-Lou le da un leve toque en el hombro- Siento haberos llamado chicas, pero quería preguntaros si podríais cuidar a Lux esta tarde.-Parece preocupada.
Todas nos quedamos mirándola. Por un segundo parece triste.
-¿Qué te pasa? –Mayka, preocupada, se acerca a ella.
-Nada chicas, -sonríe triste- solo que la hermana de Tom está ingresada, y quiero estar con él y apoyarle mientras la operan.
Nos miramos con caras de espanto.
-¿Operarla? –Pregunto con un tono grave en la voz- ¿Qué le pasó?
-Solo se le complico demasiado el embarazo. Nada del otro mundo, chicos. ¿Podréis cuidarla?
-¡Claro que si Lou! –Andrea se acerca a ella- ¿A qué hora la recogemos? 
-Los chicos os la llevaran a casa cuando salga del Jardín de Infancia...
Hablamos con ella unos minutos más, hasta que nos damos cuenta de la hora, y nos vemos obligados a volver.
***
El portón suena.
Me pongo las zapatillas y salgo corriendo hacia la entrada. Allí, los chicos con Lux esperan entrar.
-¡Hola! –les saludo alegre.
Todos entran poco a poco. Niall lleva el carrito de la bebe, mientras que Louis es el encargado de llevarla en brazos.
-Serás un padrazo.-Silvia se acerca a Niall y le da un rápido beso- Pero no conmigo.-y comienza a reírse mientras anda hacia la cocina.
Me quedo un poco extrañada por las palabras de Silvia, pero les resto importancia cuando veo que a Harry se le cae la carpeta azul que llevaba bajo el brazo.
Me agacho rápidamente, y se la devuelvo.
-Gracias.-sonríe- Hoy ando despistado.
-Ya veo.
Zayn pasa como si de su casa se tratase, y Liam entra a la pata coja.
Me quedo mirándolo unos instantes mientras hace la tontería de dar tres saltos antes de colocar su pie izquierdo en el suelo.
Alza la vista y me ve observándolo.
Pero con un simple alzamiento de cejas, entiendo que se le antojó hacerlo.

-¿Qué veremos hoy?-escucho preguntar a Louis.
Me acerco al salón. Rocío sostiene a la pequeña mientras Andrea pone caras graciosas y esta se ríe. Los chicos, por su parte están, o hablando con sus novias, o viendo la televisión.
Me siento en el posa brazos del sofá, y allí me quedo viendo         Como Conocí a Vuestra Madre.

[Narra Andrea]
Me acerco a la cocina para beber algo de agua.
Poner muecas divertidas para ver reír a la pequeña me ha cansado mucho. Aunque admito, que me encanta su risa.
Abro la nevera, la observo hasta encontrar la botella. Cuando la cierro, Louis esta allí.
-Hola.-dice tímido.
Una sonrisa aparece en mi cara.
-Hola.-suspiro levemente.
Hoy no nos hemos saludado, tenía a la bebe en brazos, y admito que no quería sentir miradas sobre nosotros.
Una sensación de calidez se expande por mi cuerpo y no puedo evitar, soltar la botella y echarme el agua lo más rápido que puedo.
-¿Cómo estás? –me pregunta cuando me estoy acabando el pequeño vaso.
-¡Bien! –Corro hacia él y lo abrazo- Te he echado de menos.
Louis pasa sus brazos por mi cintura, y noto como se funde en el olor de mi pelo.
-Me encanta como hueles.-dice sonriente.
Nos alejamos un poco, pero sin dejar de separarnos.
-¿Gracias? –comienzo a reírme.
El no lo duda un instante y junta sus labios con los míos.

[Narra Silvia]
Todos estamos sentados viendo como Barney intenta ligarse a una chica diciendo que es astronauta, cuando Niall me llama.
-Cariño, ¿Podemos hablar?
Le miro a los ojos.
Sus azulados ojos están en un rojizo mar. No tengo ni idea de porque los tiene colorados. Me imagino que de la falta de sueño.
-¿No puede esperar? Me gusta esta parte.-digo de manera angelical.
La mirada que Niall me echa me da la respuesta.
Un no rotundo.
Noto como los demás nos miran cuando entramos en el pasillo que da a las habitaciones, pero ninguno dice nada.
Entramos en mi cuarto, y Niall va directo al balcón, donde se queda quieto mientras cierro la puerta.
Y a partir de ahí, todo empeora.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Capitulo 42


Se puede decir que estamos todos aquí, exceptuando la falta de Dylan.
Harry y Laura consiguieron llegar después de varios minutos sin saber de ellos. Andrea y Louis nos han contado las buenas nuevas, son pareja.
Todas comenzamos a saltar como tontas cuando nos lo conto, claro que luego nos controlamos.
Cuando Louis recibió la mayonesa voladora en la camisa, no esperó en buscar un culpable y mancharle su camiseta. Todos, sabemos ya quien fue. Ya que Niall, tiene una enorme mancha en la camiseta verde.
Nos hemos sentado en el sofá a ver una película de miedo, creo que es asiática, y no llevamos ni media hora de película cuando ya, estoy asustada.
Estamos los once pegados y juntos en los sofás, nadie podría colocarse ahora en estos, pero igualmente, procuro no mirar hacia los oscuros pasillos.
Una mujer se asoma a una ventana, y de repente se escucha un grito procedente de la película.
-¡Me cachis! –grito mientras salto hacia atrás- No me gusta esta película.
Los demás me miran divertidos.
-No os riais malos.-les digo a todos.
Todos tienen una media sonrisa, y procuro reírme aun estando muerta de miedo.
-Me voy al cuarto, no quiero verla.-Mayka sale corriendo hacia el cuarto.
Comienzo a reírme y la sigo.
-¡Me uno a ti! –corro por el pasillo, sin ponerme las zapatillas.
-¡Miedicas! –nos gritan todos desde el salón, pero igualmente, nosotras acabamos en la habitación.
Dejo la puerta de la habitación de Mayka abierta. Esta se encuentra tirada boca arriba en la cama.
-¿Qué hacemos? –le pregunto en un susurro.
-Podríamos ver una peli nosotras.-propone aun mirando el techo.
Acepto la propuesta y me acerco a mi habitación a coger mi portátil. Con este encontramos El Señor de los Anillos para ver online.  Colocamos el ordenador en su cama, y nos tiramos en ella. Cabemos a lo justo así que apenas nos podemos mover.
Hemos elegido la segunda película para ver. Durante la película escuchamos los gritos o palabras malsonantes que sueltan los demás, pero nosotras seguimos a lo nuestro, y riéndonos las veces que gritan.
-¡Gollum! –grito cuando sale ese personaje.
Está en la parte en la que tiene doble personalidad, y no puedo evitar reírme por los cambios tan bruscos que da.
-¿Qué haces tonta? –me pregunta Mayka entre risas.
Sigo riéndome, intentando no producir sonido alguno.
-Nada, que me hace gracia.
Seguimos viéndola, y en una parte en la que me aburro comienzo a pensar sobre ponerme a imitar a Gollum.
-Mira Mayka.-digo con energía.
Me coloco en la cama de cuclillas y le pido a Mayka uno de sus anillos plateados.
Comienzo a acariciarlo.
-¡Mi tesoro! –Intento decir haciendo muecas para parecerme mas a él.
Ambas comenzamos a reírnos.
-Solo te falta correr como el.-dice entre risas.
Una bombilla se enciende en mi cabeza.
-¡Venga!
Me pongo de pie y salto de la cama.
Ya en el suelo, me agacho. De nuevo me pongo de cuclillas, y más o menos, comienzo a correr como un mono. Agachada, y con las manos como si fueran un soporte necesario para mi cuerpo.
Mayka comienza a llorar de la risa, mientras yo, riéndome, recorro la habitación como si de verdad estuviera buscando el anillo.
Salgo de la habitación al no poder frenar.
-¿A dónde vas? –me pregunta Mayka mientras se incorpora en la cama.
-Seamos Gollums por toda la casa.-le hago una señal con la mano para que me siga.
Riéndose lo hace. Yo en el suelo y continuando con mi personaje de Gollum. Ella detrás andando lento y aguantando la risa.
Salgo del pasillo y gracias a la oscuridad, los chicos no me ven.
-¿Habéis escuchado eso? –oigo como pregunta Silvia.
-¿El qué? –Niall lo pregunta de manera un poco pasota.
Oigo como Mayka ha debido de aparecer.
-¡Ay que era Mayka!-Silvia comienza a reírse.
-Sí. -aguanta la risa mientras yo entro en la cocina.
Aquí, me pongo de pie, y cojo dos rebanadas de pan en las que junto Nutella.
-¿Dónde está Cristi? –escucho preguntar a Zayn.
-Haciendo la tonta.-se limita a responder Mayka mientras se ríe por lo bajo.
Coloco el bocadillo en mi boca, y vuelvo a ponerme como si fuera Gollum. Salgo de la cocina a gatas y corriendo.
Aquí, es cuando se dice que no aguantas más. Mayka suelta una carcajada y se apoya en el marco de la puerta mientras, yo sigo corriendo para que no me vean.
Noto como los demás no se levantan del sofá, pero le preguntan a Mayka. Cuando me quedan dos pasos para poder entrar en el pasillo de las habitaciones, cojo el bocadillo con mi mano derecha, y suelto una carcajada mientras me caigo hacia atrás.
Estoy llorando de la risa, y Mayka se sienta junto a mí, aun riéndose.
-¿Pero que os ha picado? –nos pregunta Andrea riéndose.
-Es que, soy tonta.-consigo decir.
-¿En serio? No lo sabíamos.-responde Harry.
Dejo de reírme y me siento en el suelo.
-Mala persona.-digo aun riéndome mientras miro fijamente a Harry.
***
El despertador suena, y me siento como si un cuchillo me hubiera atravesado la tripa. Siento un vacio en mi interior mientras abro los ojos perezosamente.
De nuevo comienza la semana, solo que esta vez desde el lunes tendré cosas en las que pensar.
Me incorporo en la cama. Laura y Rocío siguen aun dormidas, me levanto con cuidado y ando hacia el baño. La puerta de la habitación de las demás está abierta, y escucho como susurran. Me asomo al cuarto.
-Estoy en el baño.-digo adormilada.
Silvia sin abrir apenas los ojos, Mayka con sus rebeldes rizos esparcido por la almohada y Andrea aun acurrucada en la cama, asienten de manera tranquila.
Acelero el paso mientras me acerco al baño, y aprovecho que aun están dormidas, para darme una rápida ducha.
***
Me despido de las chicas, y sin Jade, entro en las clases.
Se nota que hoy es lunes, después de la ducha estaba tan cansada que me puse una camiseta grande, unos vaqueros y unas botas de mediana altura, negras.
Me siento en la silla, y me quito mi gran abrigo marrón. Lo dejo tras el respaldar y comienzo a sacar los apuntes.
El profesor no tarda en entrar en la clase. Comienza a explicarnos algo, de lo que no me entero.
Procuro no mirar el reloj para no ver cuanto tiempo me queda aquí, y me entretengo mirando la puerta.
Pasan un par de chicas con grandes lienzos bajo el brazo, un chico con un maletín negro y de repente, se asoma a la puerta nuestra secretaria.
Da dos toques, haciendo que mi anciano profesor se dé la vuelta.
La mujer, de poca estatura, falda larga y pelo canoso, abre con cuidado la puerta.
-Bueno días.-nos saluda a todos.
Comienza a andar hacia el profesor y ambos comienzan a hablar entre susurros. Mi profesor asiente, y ella le hace a alguien un gesto con la mano.
Una chica, de pelo oscuro como la noche y tez clara, entra.

La secretaria le presenta a su próximo maestro y la deja con él, mientras ella se va de la sala.
-Señores. -mira a los chicos- Señoritas.-vuelve a nosotras la vista- Les presento a la señorita Santana.
La chica apenas alza la vista, y procura acelerar su paso para colocarse en una de las mesas.
La clase transcurre rápida y entretenida desde entonces, pero no dejo de estar pendiente de la nueva chica.
Apenas habla, se podría decir que ni siquiera se nota en la clase, pero igualmente, me suena de algo.
***
Aun seis horas después, sigo pensando en la chica nueva.
Me suena de algo su cara, pero no se a quien me recuerda.
Recojo los materiales de la mesa, y le entrego a Jade sus pinturas.
-Gracias.-le digo mientras se las guardo en una bolsa.
-De nada chica.-dice alzando una ceja- Entonces, ¿Cómo se llama la chica nueva de la que me hablaste?
-No se su nombre en realidad, se que de apellido es Santana, pero no puedo decirte mucho mas.
Guardo mis trabajos en una carpeta oscura.
-Santana…-Jade se cuelga su maleta y me espera- Me suena a Glee.
Suelto una carcajada. Cierro mi mochila, y me la coloco en la espalda.
-Sí, -digo pensativa- se sabe que fue una animadora de gran calibre.-sigo riéndome.
Jade saca la lengua de manera burlona.
-De verdad, que poco seria eres.-hace un amago de apartarse el pelo y comienza a andar mientras mueve sus caderas.
Cuando no lleva mas de cinco metros andados, y se da cuenta de que no le sigo, se queda quieto.
-Que era broma.-dice mientras corre hacia mi.
Me acerca a el y me abraza, y andamos, el con mi brazo sobre mis hombros y yo, con el mío por su cintura.
-Ya sabía que era broma, solo te estaba...admirando.-le sonrío.
-Que graciosa tu.
Seguimos andando.
Hemos salido de los últimos, ya que para esperar sola a Max, prefiero esperarla con Jade. Este para en seco a la salida.
-Ya sé de qué me sonaba el apellido de Santana, y aparte de por Glee es por él.-Jade mira al frente.
Le sigo la mirada. La chica de cabellos oscuros, se acerca a un chico y lo abraza.
-Sí, su novio.-afirmo mientras los miro.
Jade comienza a negar con la cabeza.
-No, es su hermano.
Le miro incrédula.
-Claro que si Jade.
-¿No me crees? –me mira.
-La acabamos de conocer esta mañana.
-Yo no.-vuelve a mirar al frente- Ese de allí fue mi primer amor de instituto.
Miro al chico.
Tiene la tez igual de clara que la chica nueva, su pelo es corto y oscuro.
Una chaqueta verde le cubre completamente el torso, y los vaqueros claros los lleva un poco caídos.
-¿Tu primer amor?
-Si.-Jade suspira.
-¿Y qué pasó?
Me siento en un pequeño banco del patio, Jade deja de mirar a los “hermanos”, que se montan en un coche y se van.
-Bueno, cómo pasar no pasó nada. Es la típica historia. Él era el mejor en el instituto, estaba en el grupo de baloncesto y todas las chicas le seguían…
Miro el suelo. Es cierto, es la típica historia de película americana.
-Y bueno, él era el mejor amigo de mi hermano y, aunque odiaba jugar a la Play Station, jugaba por pasar tiempo con ellos.
-¿Era? ¿Ya no son amigos?-le pregunto mientras cierro aun más la cremallera de mi abrigo.
-Sí, lo siguen siendo.-comienza a reírse.
Veo a Max salir de la gran puerta que da a nuestras clases. Bajo el brazo tiene dos lienzos, y en su mano derecha tiene la llave del coche.
-Hola.- me saluda antes de llegar a donde ambos estamos.
-Hola.-digo alegre.
Me levanto del banco, Jade me sigue.
-Cristi, nos vemos luego.-se despide de mí con un abrazo.
Después de abrazarnos comienza a andar hacia la salida. Me quedo pensando en la historia de Jade hasta que Max me saca de mis pensamientos.
-Cristina, -me llama cantarín- ¿vamos? –me sonríe.
Le sonrío, y meto mis manos en los bolsillos.
-Claro.
Max se queda mirándome unos segundos. Ambos nos miramos a los ojos, los suyos, tan azules y claros, hace que me olvide de que debemos de irnos.
-Bueno, vayámonos, no quiero que nos congelemos.
Coloca las llaves de su coche en la misma mano que los lienzos. No me lo pienso, me acerco a él y cruzo lentamente mis dedos con los suyos.
No decimos nada cuando comenzamos a andar hacia el coche.

-¿Quieren pedir? –un señor mayor y con gafas, se nos acerca con una libreta.
Nos acabamos de sentar en el restaurante, hay numerosas personas bebiendo café y con los ordenadores.
Busco por todo el bar hasta ver que hay Wifi gratis.
-Yo querría un café solo, ¿Qué te apetece a ti? –Max me mira mientras juega con una servilleta.
-Un batido de chocolate.
Noto como el camarero apunta, y asintiendo con la cabeza se va de allí.
Nos quedamos en silencio unos segundos mientras observamos el bar.
-Cristi, quería decirte que…-Max comienza a hablar, y yo dejo de mirar mis mesas vecinas- lo que pasó con Zayn…
-No te preocupes. No quiero que te sientas incomodo al decirme que él fue quien comenzó la pelea, -estiro mis brazos hasta juntar nuestras manos- él ya me lo contó.
Max arruga su frente mientras me mira, mas tarde aparta su mirada y observa el suelo.
-¿El te dijo eso? –dice con un leve tartamudeo.
-Si.-le sonrío para tranquilizarle.
Max se queda en silencio. Observa el techo y suspira.
-Bueno…-susurra y se echa un poco para atrás en su asiento.
-Espero que sean de su agrado.-el camarero nos deja las bebidas en la mesa, y con media sonrisa, se marcha.
-Bueno, ¿Qué me querías contar? –acerco mi batido.
Max comienza a mover su oscuro café.
-Pues…-Max se queda pensativo mientras observa su taza- Que no me espere el puñetazo que me pegó. –Alza la vista- Es decir, sé que es tu amigo y siento contarte esto pero, fue irte y sentir su puño contra mi mejilla.
Abro los ojos, intentando parecer sorprendida.
Le sigo escuchando y mis datos no tienen sentido. Zayn dijo que la pelea comenzó con empujones, no con un rápido y fugaz puñetazo. Que fue en medio de la calle, y no como Max cuenta, en la “entrada” de un callejón.
Actuó bien y, aparentemente, le sigo escuchando. Pero mi cabeza va igual de rápido que la luz.
No tiene sentido lo que Max me está contando. Quizás miente.
O puede que mienta Zayn.
No tiene sentido lo que estoy escuchando.
No sé quién miente, pero algo no me cuadra. Y me temo que ambos esconden algo.

Pero no sé el qué.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Capitulo 41


[Narra Laura]
-¡Que me dejes! –vuelvo a alzar la voz.
Desde que me fui del lado de Cristi, Harry me ha seguido con la bicicleta.
-¿Pero qué te pasa?-vuelve a preguntar.
Llevamos así unos minutos mientras intento encontrar la calle que me lleva a mi casa. Pero no tengo suerte, y la calle no aparece.
Me paro en seco, la calle está vacía y tengo frio. Me quedo mirando el cielo, donde las nubes amenazan con desaparecer.
-¿Me vas a decir que te pasa? –Harry aparece con la bicicleta por mi izquierda.
Bajo la vista. Tiene gracia, no sé porque no quiero hablarle. El principal motivo era la canción pero de eso hace ya horas. Un enfado tan tonto nunca me ha durado tanto.
-Nada Harry, no me pasa nada.-me doy la vuelta.
Comienzo a andar lo ya andado. Escucho la bicicleta a mi espalda.
Sigo andando como si no me siguiera nadie.
Al llegar a una calle, vuelvo a parar.
-Harry, ¿Qué haces? –le pregunto cansada.
Este está montado en la bicicleta, a dos pasos de mí. Con la mano, se echa hacia atrás el gorrito de lana oscuro que lleva.
-Nada.-se encoge de hombros.
-Harry de verdad…
-No.-me interrumpe- Sé qué te pasa algo, desde ayer estas rara conmigo. Vamos, admite que cuando escribimos el nefasto poema estabas más pendiente de Zayn que de mí.
Es verdad. Procure no mirarle, o si lo hacía mis ojos no duraban en contacto con los suyos ni un segundo.
-¿Qué te pasa Laura? –se baja de la bicicleta.
Apoya la bici en un poste de la luz, y se acerca un poco a mí, que no me encuentro a más de dos metros.
-Harry, no me gusto que utilizaras mis inseguridades para hacer una canción.-le digo lo mas rápido que puedo.
-Pero si de eso va la canción.-me sonríe un poco- Va de las inseguridades de todas, la parte de Niall son cosas que Silvia ha pensado en voz alta. La de Louis, fue una cosa que Andrea le conto y…
-¡Me da igual! –no grito, solo suspiro de manera “demasiado” audible- Ellas son ellas, y yo soy yo. No me siento bien sabiendo que los demás saben de esas inseguridades.
-Nadie lo sabe.-me dice serio.
-¿No? ¿Entonces como escribiste tú parte? ¿O es que ahora eres un experto en mujeres?
-No, no lo soy. De excusa saque que mire en Google unas cuantas páginas. Laura, -evita mirarme- de verdad siento que no te gustara la canción, lo hice porque pensé que te encantaría saber que estoy contigo en esto.-carraspea- Que todos estaremos a tu lado cuando te sientas de bajón.
-No pasa nada. –me doy la vuelta.
Alzo la vista y miro la calle que se encuentra a mi derecha. De lejos, veo un cartel de Panadería, y en un balcón veo como una cortina morada sale a causa del viento. Es la cortina del cuarto de las chicas.
-Adiós.-digo de manera seca.
Aunque sé la verdad y que no dijo nada. No quiero hablar más, no tengo ánimos.
De manera casi inaudible se despide de mí. Pero ni siquiera me vuelvo a mirarle, aunque la tentación me llama.
Cuando llego a casa, el olor a palomitas me quita de mis pensamientos, y comienzo a ver la película con las demás.

[Narra Cristina]
Cameron Díaz y Justin Timberlake comienzan a besarse.
Aprieto la mandíbula evitando poner cualquier tipo de mueca. Nos estamos riendo lo nuestro con la película, es bastante divertida.
Las palomitas han volado, aunque hay algunas tiradas en los sofás y en el suelo, puesto que comenzamos a “encestar” en nuestras bocas. Y más o menos, valemos para jugar al baloncesto.
Una música más fuerte que la televisión, comienza a sonar.
Nos quedamos un momento en silencio, hasta que todas reconocemos la melodía.
-¿Es tu móvil? –me pregunta Laura.
-¿Si?-pregunto mientras me incorporo.
-No sé, -Comienza a reírse- tu móvil es.
Las demás también se ríen. Me levanto rápido del sofá, y comienzo a buscar con la mirada el teléfono.
Lo veo en la mesa del salón y ando hacia ella. Lo cojo en el último timbre.
Max.
Me pongo nerviosa nada mas reconocer el nombre.
-Hola.-saludo alegre mientras ando hacia la cocina.
No quiero que las chicas escuchen como nos vamos a pelear. ¿Por qué pienso que nos vamos a pelear?
Fácil.
Puesto que el otro día paso de mí y desde entonces no hablamos, estaré loca, pero pienso que está enfadado conmigo.
-Hola Cristina.-dice más o menos alegre.
Cuando llego a la cocina, me siento en la silla más alejada a la puerta. No quiero que las chicas me escuchen, pero bueno, cogiendo que me he venido a la habitación de la casa que mas eco tiene, de algo se acabaran enterando.
-Quería disculparme puesto que el otro día te hable muy mal, y no debía.-sigue hablando- No quise hablarte así, en serio. Pero estaba tocado por todo lo que…
Lo deja en el aire.
Comienzo a mirar el suelo, mientras con firmeza sostengo que móvil.
-Max, si no quieres, no me cuentes nada, pero…-suspiro- ¿Qué te paso?
Se queda en silencio unos segundos.
-¿Quieres comer conmigo el lunes? Entonces te lo explicare. Por teléfono temo que no me entiendas.
¿Debo preocuparme? “Por teléfono temo que no lo entiendas…”
¿Qué paso?
Comienzo a preocuparme, mi estomago se encoje, y las imágenes de sus heridas, el ojos y el labio cortado de Zayn. Las pullas que se echaron cuando estaba delante de mí. Y me entra miedo. Me los imagino pegándose como si quisieran matarse allí mismo, y paro de imaginar tonterías tan grandes, porque solo veo como esas tonterías me harán daño.
-Claro.-digo alegre- ¿El lunes nos vemos?
-Sí, claro. Hasta el lunes.
Me despido y cuelgo. Me levanto de la silla y abro la puerta de la cocina, espero que no se haya escuchado nada.  Bloqueo el móvil, y lo coloco en la mesa.
Alzo la vista.
-Hola.-saludo alegre y asombrada.
Liam, Niall y Zayn se encuentran tras el sofá, de pie y cruzados de brazos mientras observan la película.
-Hola.-Liam se acerca y me saluda con dos besos.
Hago lo mismo con los demás, aunque me cuesta un pelín con Zayn, pero al final lo saludo normal.
-¿Qué hacéis aquí?
-Este.-Liam señala a Niall.
Comienzo a reírme, e intento alzar una ceja.

-¿Yo? –Niall se abre de ojos.
Comienzo a reírme más.
-Echaba de menos a su Shakira personal.-Zayn lo bufa mientras sigue mirando la película.
Todos echamos una carcajada, aunque la de Rocío la escucho con más fuerza que las demás. Me alegra que en estas últimas horas este mejor.
Silvia comienza a coger color.
-Niall, bésala hombre que no la saludaste.-Liam le da un toque en el brazo.
Las demás seguimos riéndonos, y Silvia se cubre la cara con un cojín.
Niall mira a Silvia, divertido, y comienza a andar como si un modelo masculino fuera. Comenzamos a reírnos y a soltar silbidos mientras se sienta al lado de Silvia. Esta, aun mantiene el cojín tapando su vista.
-Silvia.-comienza a susurrarle.
Esta se echa hacia el lado contrario mientras se ríe.
Niall le quita con dulzura el cojín de su vista.
-¡Que se besen! ¡Que se besen! –comenzamos a cantar.
Y se besan entre risas.
Al final, nos sentamos todos, apretujados, entre los sofás.
-¿Y por qué no veis alguna película menos romántica? –Liam, doblando la cabeza, y por alguna extraña razón, tocando con su pie, el pie de Mayka, nos mira.
-¿Romántica? –Pregunto- Perdona, pero ni a dos minutos de comenzar la película, Cameron Díaz ya hizo de las suyas.
Nos quedamos los pocos minutos de película que quedan en silencio,
En cuanto termina, nos levantamos y apagamos la televisión. Decidimos sacar un juego de mesa, y en la mesa que se encuentra en el salón, nos sentamos todos.
Sacamos un juego en el que una mano verde, a pilas, decide a quien le toca. Esa persona, debe de elegir entre Prueba o Verdad. Siempre solemos elegir Prueba, es la más divertida.
Los dejo a todos en el salón, y me encamino a la cocina para coger patatas y bebidas.
Comienzo a tararear Do it Like a Dude de Jessie J.
-¿Te ayudo?
Zayn, apoyado en el marco de la puerta, me sonríe.
-Claro.-sonrío y le paso las botellas de Coca-Cola y Nestea.
Las coge en menos de dos segundos.
-Zayn, quería decirte algo.-me giro para coger los vasos.
-¿Qué pasa?-pregunta con un leve tartamudeo.
-No es nada malo, -me rio- solo quería decirte que mañana Max me contara su versión sobre…
-La pelea.-finaliza el- Cristi, espero que sepas que te conté la verdad. Y que, aunque me avergüence empecé yo.-se agacha un poco.
Al bajar, su vista a quedado justo en frente de la mía, y me mira esperando una respuesta.
-Claro.-digo desganada- ¿Vamos al salón? Quiero jugar ya.-comienzo a reírme un poco.
Comenzamos a jugar. Por suerte, al ser tantos y la mano “andar” en círculos, es fácil que todos tengamos nuestro turno.
-¡Mayka! –decimos todos.
La mano la ha señalado la primera.
Comenzamos a reírnos, mientras Silvia coge la carta donde vendrá la prueba.
-Comencemos.-dice de manera intrigante- ¿Prueba o verdad?
Mayka nos mira a todos.
-Prueba.-decide al fin.
Silvia asiente. Primero lee la prueba para si misma, luego, nos la lee a todos.
-Como tres cucharadas de mayonesa.-dice de sopetón.
Al principio todos nos quedamos callados y pensativos, mas tarde comenzamos a reírnos y a poner caras de asombro.
-¿En serio?-Mayka levanta las cejas.
-Si, señorita.
Mayka va a la cocina. La escucho abrir el frigorífico y coger la cuchara. Los demás la esperamos ansiosos entre risas.
-Vale.-suspira.
Intentamos ahogar nuestras risas, pero nos es imposible.
Mayka abre el bote con un pequeño click y mete en este una cuchara pequeña. Cuando alza la cuchara. Esta está llena de mayonesa. Hasta arriba.
Laura comienza a llorar de la risa, cuando aun no ha comenzado a comer.
Mayka se come la mayonesa como si fuera lo mas normal del mundo y como si llevara haciéndolo todas la vida.
Nos quedamos mirándola mientras se toma las otras dos. Me daría asco esta prueba, yo, no podría haber tomado ni siquiera una.
En cuanto termina de tomarse la tercera y va a ganar la prueba, suena el timbre.
-¡Voy yo! –Grito mientras salgo corriendo hacia la puerta.
Miro por la mirilla. Es Andrea. Abro y la veo de la mano de Louis, que se encuentra apoyado en el marco de la puerta.

-Hola.-intento no reírme- ¿Pasáis?
-Yo debo irme.- Louis se pone serio y va a irse cuando se escucha a los chicos gritar.

Nos mira a las dos, y Andrea comienza a reírse mientras observa, a su ahora novio, correr hacia el salón y comerse una voladora cucharada de mayonesa que alguien tira.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Capitulo 40

Hace un día solamente que no están juntos y Rocío ya no es ella.
Hoy se ha quedado hasta las once en la cama. Apenas ha almorzado algo y, no podemos hacer nada por ella.
Ahora mismo está en nuestro cuarto. Vamos a dejarle espacio para que se desahogue y no tenga que estar atenta a si estamos mirándola o no.

[Narra Andrea]
No quiero ir.
No tengo ganas de ir a la cita con Louis, Rocío nos necesita a todas aquí.
Pero eso no me ha servido de escusa con las chicas, ellas siguen con el plan de “Ir monísima de la muerte” pero yo hace tiempo que se que no dará resultado.
Me acabo de duchar, y con el suave albornoz blanco tapando todo mi cuerpo, comienzo a buscar ropa en mi armario.
Cojo unos vaqueros oscuros, llevare mis botas marrones que tienen lana por dentro y así mis pies estarán calentitos. Cojo una camiseta cualquiera, en la que se puede leer Coca-Cola. Y mi abrigo verde oscuro.
Me cojo una trenza que coloco sobre mi hombro derecho.
Me echo perfume y me miro en el espejo.
Parezco feliz, y energética.
Pero no es así. En menos de una hora Maia tendrá la mejor cita de su vida, con Louis.
Me miro a los ojos, y por primera vez pienso que no puedo ir. Que me derrumbare si los veo besarse, aunque sea desde la lejanía.
Pestañeo un par de veces, cojo mi bolso y salgo.
¡Da igual Andrea! Debes ayudar a Louis.
-¡Suerte! –Mayka sonríe desde el sofá.
Todas las demás me miran con sonrisas, de apoyo, en las caras.
-¡Pásatelo bien!-me dice Laura mientras salgo por la puerta.
-¡Gracias, lo hare!
Con prisas comienzo a bajar las escaleras. Louis y yo hemos quedado en el parque, donde comenzara toda la magia.
A los cinco minutos lo veo. Acaba de aparcar la caravana común de los chicos justo al lado del paso de cebra. Estoy sentada en un banco, con mi abrigo cerrado hasta arriba.
Estamos a comienzos de Febrero, y hace frio. Mucho frio.
Louis trae unos papeles en la mano. Con la otra, cierra el coche.
Comienza a acercarse a mí, cruza el césped, sin hacer caso al caminito de tierra por el cual también llegaría a mí. Pero tardaría más.
-Hola.-me saluda en cuanto llego.
Pienso en darle dos besos, un abrazo o hasta un apretón de manos. Pero me avergüenzo y me limito a saludarle mientras me coloco a su lado.
-¿Por dónde empezamos? –me levanto, quitándole importancia al inusual saludo por mi parte.
Junto las manos como lo haría una niña pequeña y obediente, y sonrío.
Louis me devuelve la sonrisa y me pasa un folio mientras comienza a explicar.
-Hemos quedado exactamente en ese punto de allí, -señala un lugar cercano a la caravana- y quiero que en los arboles encuentre como notas diciendo que…
Dejo de escucharle y ojeo el papel. Es un folio normal y corriente, en el que se pueden leer frases de poemas famosos, y frases que Louis le ha dedicado a Maia.
Sonrío pensando el trabajo que le habrá costado hacer esos folios.
-…Por lo que toma.-me pasa el pegamento- ¿Una de mis mejores amigas me haría el favor de ayudarme a enamorar a una chica?
Louis alza una de sus castañas cejas y, con una media sonrisa,  espera mi respuesta.
-No sé yo.-me hago la pensativa- ¿Quién sería tan tonta como para ayudar a su amigo a sacarse novia? –pongo la típica mirada de “Vaquero del Oeste”.
-¿Una que se muere por mis huesos? –divertido se pasa las manos por todo su cuerpo.
Comienzo a reírme.
-No me convence.-chasqueo la lengua para luego comenzar a reírme de nuevo.
Con el pegamento en mi mano derecha y el folio de frases en la otra comienzo a andar al Estilo Heidi hacia el primer árbol que veo.
No es muy grande, pero lo suficiente. Ya no tiene nieve en sus ramas, antes los arboles me recordaban a personas que llevaban gorros blancos, debida a la nieve que se posaba en sus peladas ramas. Pero ahora parece que los arboles tienen frio.
Se me viene a la mente que hoy puedo ser un árbol. No porque tenga frio físicamente, ya que estoy abrigada. Pero mi corazón está congelado. No quiere sentir como Louis le va a romper en dos.
-¿Qué tal aquí?-pregunto mientras señalo el árbol.
-De acuerdo.
Mientras lo coloco leo una frase.
<< Tu mirada alegre y oscura, en mis ojos se clava>>
-Me gusta esta frase.-le susurro a Louis que se encuentra a mi espalda colocando otro folio.
-¿Cuál?
Se la señalo mientras aun aguanta su folio.
-A mi también.-sigue pegando el suyo.
Me acerco al folio que acaba de colocar sobre un banco, negro y vacio.
<<Contemplarte y mirarte, saber que existes, me da una razón para sonreír en mí día a día>>
Me pasa otro folio, y otros más. Se me olvida que Maia llegara en dentro de poco, porque me enredo en las palabras que Louis ha escrito.
<<La paz de tus labios hace que me imagine el universo de nuestras almas, juntas en el firmamento>>
<<Abrázame fuerte, en una noche en la que solo la luna nos ilumina, y así poder sentirnos infinitamente unidos>>
<<Estoy despierto, y puedo sentirte. Tu, mi amada silenciosa, serás mi eterna sonrisa. >>
-¡Ya está ahí! –noto como Louis alza la voz.
Acabo de pegar el último papel, me doy la vuelta y miro a Louis.
Mueve los brazos como si corriese electricidad por ellos. Comienza a saltar y se queda quieto cuando comienzo a reírme.
-¿Estoy bien? –tartamudea un poco.
-Sí, no te preocupes.-me acerco a él.
Coloco mis manos sobre sus hombros, le sacudo alguna que otra mota de polvo y le coloco bien el pequeño cuello que tiene su chaqueta americana.
-Perfecto.-me quedo cerca de él. Demasiado cerca- Enamórala de una vez. Me llevo el pegamento, ya te lo daré.-le digo entre risas.
Comienzo a irme. No pienso mirar atrás, sé que si lo hago…sé que si veo a la famosa Maia no podre mirarla a los ojos cuando nos la presente formalmente.
-¡Andrea espera!
Me giro con prisas.
-Toma.-me da el otro pegamento.
-Vale.-sonrío y vuelvo a andar.
-¿Puedo decirte algo? –pregunta Louis.
Sigo de espaldas a él cuando le respondo.
-Claro…

[Narra Cristina]
-¿Qué película alquilo? –pregunto mientras me pongo los zapatos tirada en el sofá.
Rocío acaba de salir de su habitación, esta desanimada y con la mirada perdida. Hemos intentado  hablar con ella pero no suele reaccionar antes las bromas que nos gastamos entre nosotras.
-¿Qué tal Los Juegos del Hambre?-pregunta Silvia mientras vuelve a sentarse en el sofá.
-No esa no.-se queja Laura mientras comienza a bostezar- ¿Y Rocky?
-¿Rocky?- le pregunto extrañada.
-Hija es por ver a tíos sin camiseta.-Laura comienza a reírse.
Le sigo.
-Para eso alquilamos Luna Nueva, que sale Taylor Latuner.-dice Rocío mientras se cruza de piernas sobre el sofá.
Llevamos tanto tiempo sin escucharla hablar de manera animada que tardamos milésimas de segundo en responderle.
-¿Taylor Latuner? –pregunta Mayka que está a su derecha tirada.
Todas comenzamos a reírnos a carcajada limpia.
-Rocío, ¿no será Taylor Lautner hija?-le pregunta Silvia.
Mientras, las demás seguimos riéndonos.
-¡Y yo que sé! –Dice aun riéndose- Me he liado.
Seguimos riéndonos.
-¿Y qué tal si vemos de una vez por todas Bad Teacher?-Mayka sonríe.
-¡Dios es verdad!-susurramos casi al unisono.
Hace unos años intentamos ver Bad Teacher todas juntas, recuerdo que fue un fin de semana que nos quedamos a dormir en la casa de Laura. Decidimos dejar las risas para más tarde y relajarnos viendo una película. Las seis nos colocamos en el salón mientras, la madre de Laura y el novio de esta, nos preparaban palomitas. Podríamos habérnoslas preparado nosotras, pero no sabíamos cómo funcionaba el microondas de Laura. Más tarde, la película comenzó y cuando la madre se acerco a darnos las palomitas, Cameron Díaz soltó una palara mal sonante en la película. Después de eso, tuvimos que quitar la película puesto que no queríamos ver la otra peli que alquilamos. Los Pitufos.
-Vale, pues ahora vengo.
Me miro los zapatos, los lazos están bien atados. Comienzo a andar.
-Te acompaño.-Laura se levanta.
-Vale.-digo cantarina.
Cojo la cartera y la meto en mi pequeña bandolera. Laura, con su chándal de estar por casa, abre la puerta y sale.
-Ahora venimos.
Cierro la puerta sin escuchar lo que las chicas nos gritan. Comenzamos a bajar las escaleras.
-Parecemos caballos.-comenta Laura riéndose.
-Y tanto.-sonrío.
Entre risas y bromas tontas llegamos al video club.
Entramos en el local, vacio ya que a las cuatro de la tarde no muchas personas están por la labor de ir a alquilar una peli.

-Hola Hugh.-le saluda Laura.
Yo muevo mi mano en modo de saludo.
-Hola chicas, estáis perdidas.
Hugh es un hombre cuarentón pero debe de cuidar muy bien su cuerpo. Su mujer trabaja en la panadería de en frente y tienen dos hijitos adoptados, ambos negritos. Cada vez que los veo no puedo evitar pensar en que pueden llegar a ser igual que Jade.
-Sí, es que con los estudios y todo no hemos tenido tiempo para ver películas.-Laura habla con él mientras mira las películas.
-Os recomiendo ver Beautiful day, me llego nueva el otro día.
-Lo sentimos Hugh, pero hoy venimos ya con película en mente.-digo mientras miro por la estantería. Le sonrío cuando encuentro la película que buscábamos.
-Vale, os perdono porque me gusta Cameron Díaz.-se saca su cigarro de la boca mientras, riéndose, nos da la película.
-¿Y no te gusta Justin Timberlake?-le pregunta Laura mientras coge la bolsa donde va Bad Teacher.
-No mucho Laura.-dice mientras coge el dinero que le doy- Pero me gusta como mueve su cuerpo.
Hace un par de pasos y comenzamos a reírnos.
-Adiós Hugh.-me despido mientras salimos del videoclub.
-Hasta luego bailarín.-se despide Laura riéndose.
Noto como Hugh vuelve a coger su cigarro y se sienta en su silla, volviendo a ojear su libro.
-Está loco.-digo con una sonrisa en mi cara.
-Pero me cae bien.
-A mi también, pero está loco.-repito.
Comenzamos a andar hacia nuestra casa, cuando alguien en bicicleta para a nuestro lado.
-¡Chicas! –nos llama.
Harry, abrigado y con la bicicleta a su izquierda, se acerca a nosotras.
-Hola.-le saludo- ¿Cómo estás?
-Bien.-nos sonríe.
Noto como Laura se da la vuelta y comienza a andar.
-¡Laura! –la llamo.
-¿Qué le pasa? –me pregunta enfadado.
-No lo sé, pero se ha equivocado de calle.-me limito a decirle.
-Vete a casa. Yo voy ahora con ella para allá.
-¿No tenias que ir a algún sitio? –le pregunto señalando la bicicleta.
-Sí, pero ella es más importante.
Se sube a la bicicleta y va tras Laura.
Me quedo parada pensando en la frase tan bonita que ha dicho…
“Sí, pero ella es más importante.”
Al final va a ser que a Harry le va a gustar Laura.
Aunque con este chico cualquiera sabe…

[Narra Andrea]
-Claro…
Me doy la vuelta. Veo a la chiquilla que seguramente será Maia cerca de nosotros.
-¿Qué pasa?-le sonrío mientras la observo acercarse.
-No hay cita.-dice Louis.
La chica comienza a correr con alegría hacia nosotros.
Cuando esta cerca de nosotros veo que abraza a un chico.
-¿Andrea? –pregunta Louis.
-¿Y quién era esa? ¿Maia esta abrazando a otro?-miro a la chica.
No es muy alta, tiene el pelo negro como la noche, y la piel morena. Un tatuaje de una mariposa le coge toda la parte trasera del cuello.
-No, -Louis comienza a reírse- no sé quién es. No hay cita. No hay Maia, solo quería preguntarte algo.
Comienzo a ponerme nerviosa, pero sonriéndole le digo que ya puede preguntarme lo que quiera. Mis ojos pasan de sus labios a sus ojos.
-¿Tu sabes quién es ella? –me pregunta como si estuviéramos cuchicheando.
Me quedo en blanco.
-¿Pero tú eres tonto? –comienzo a reírme.
-Vale, lo siento.-sonríe- La pregunta es, –suspira- no puedo. Me pongo demasiado nervioso.
Se da la vuelta y comienza a andar hacia uno de los folios. Lo arranca del árbol.
Lo lee durante unos cuantos segundos.
Cuando alza la cabeza y me mira, se acerca a mí lo suficiente como para poder oler su perfume.
-¿Puedes leer esto?-me entrega el folio.
La mano me tiembla cuando lo cojo. Louis me señala una pequeña frase al pie de la hoja.
<<Quisiera decirte muchas cosas. Que las palomas ladran, que al final Peter Pan creció, pero lo único que puedo decirte de manera segura es, que estas en mi corazón>>
Alzo la vista encontrándome con sus ojos azulados.
No sé cómo actuar, tan solo sé que necesito sentarme por lo que, miro el suelo y me siento.
-¿Estás bien? –Louis me sigue, se sienta cerca de mí.
-Estoy…-comienzo- Louis, llore cuando me dijiste que querías enamorar a una chica que no era yo. Me hice fuerte gracias a hablar contigo todas las tardes sobre cosas que podríamos hacer juntos. Esto es…
Alzo la vista, quedando a quince centímetros de él.
-Como un sueño.-digo.
Me acerco a él y le beso la mejilla.
-Gracias por tomarte tantas molestias.-le digo mientras vuelvo a mirar el poema.
-¿Andrea lo has entendido?-me pregunta cogiéndome la mano.
-¿El qué?
-Te quiero.-me besa la mano- Desde que me entere de lo de Andy, me has gustado. Me daba coraje que un chico tratara mal a una chica simplemente por sus gustos, y comencé a pensar en cómo hacer para que te sintieras mejor.-nos miramos a los ojos- Y me acabe enamorando de ti.
Va a besarme cuando le abrazo. Paso mis manos por su cuello.
-Yo también te quiero.
Se aparta de mí unos centímetros, comienza a acercarse a mí cuando, de refilón, veo caer una pelota de futbol a mi derecha.
-Espera.-le corto.
Me acerco a la pelota, le pego una patada y gracias a eso llega a donde se encuentran sus dueños, que siguen jugando.
Cuando me doy la vuelta para sentarme, Louis está de pie casi rozándome.
-No te vas a escabullir de besarme.-posa su mano en mi cintura.
-Ni quiero hacerlo.-coloco mis manos sobre su cuello.

Y dulcemente, nos unimos en un beso que me produce escalofríos.