-Mayka.-dice Liam nada más
entrar en el apartamento.
Me quedo un poco
paralizada, desde que subí con Lux, nadie más ha entrado aquí.
Todos están dispersos
por el piso, y me encuentro sentada en la mesa mientras Andrea y Silvia se
llevaron a Lux para bañarla.
-Liam, nadie ha
entrado.-le digo.
-¿Qué? Pero si la vi
entrar.
-¿Aquí?-hago un
movimiento de manos mientras señalo el apartamento.
-Aquí. Aquí. No. Pero si
en el edificio.
A fuera se escucha un
sonido, ahogado y demasiado agudo para que sea un grito.
Por alguna razón, miro
hacia la ventana.
-Mayka.-digo
horrorizada.
Me levanto y corriendo
tras Liam, subimos a la azotea.
La puerta, de metal
blanco y gastado, produce un ruido al abrir.
Mayka se encuentra hecha
un ovillo en mitad de la azotea.
Me quedo quieta allí.
-Mayka.-me limito a
susurrar.
Liam me hace un gesto
con la mano.
-Baja, yo me encargo.
Me quedo paralizada unos
segundos, mientras la lluvia me moja. El poco viento que hace apenas se nota al
mirar a Liam, pero mis cabellos se encuentran alzados tras mi espalda.
-Liam, por favor no…
-Espéranos abajo.-me
corta.
Sus ojos son duros.
-Claro.-y obediente,
bajo las escaleras.
[Narra Mayka]
-¿Mayka?
Oigo a mis espaldas.
Giro asustada.
El grito que acaba de
emitir mi garganta me ha asustado incluso a mí. No quería que sonara tanto.
Solamente quería sentirme bien, desahogarme de alguna manera. Pero me siento
igual.
Las lágrimas han parado,
ya no tengo razones para seguir llorando.
Sí, puede que la persona
que me gusta no sienta lo mismo que yo pero, mi corazón se ha partido de manera
tan lenta y dolorosa que ahora me toca sufrir poco a poco.
Es como si tuviera un
nudo en la garganta que me impidiera expresarme.
Como una cuerda que me
atara de cuerpo entero y me impidiera moverme.
Un bloqueo en la mente
que se siente bien bajo la lluvia que cae en estos momentos sobre la ciudad.
Una ciudad tan bonita y
mágica.
Londres.
Y pensar, todo lo que
hemos vivido aquí.
¿En cuanto? ¿Cinco, seis
meses?
Pensé que todo sucedería
lento, que aunque conociéramos a más personas no creceríamos tan rápido. Pero
todas aquí somos más maduras ahora que hace cinco o seis meses.
-Liam…-consigo decir.
La lluvia a empapado mi
cabello rizado, y mechones de pelos caen sobre mi cara, los echo a un lado sin
apartarlos completamente.
-¿Qué haces Mayka?
–pregunta este sorprendido.
-Solo pensar.-aparto mi
mirada de él.
Se coloca delante de mí,
de pie y rígido. Me parece molesto.
-Liam, ¿por qué no te
vas?
-¿Irme? ¿Para qué? ¿Para
que hagas alguna otra tontería? –sus palabras son duras mientras me mira
fijamente.
-¿Tontería? Liam, solo
quiero estar sola.-hablo igual que él. De manera dura.
Liam resopla.
-Deja de
molestarme.-digo seria y mirando hacia el suelo.
Las gotas siguen
cayendo. Precipitándose hacia el suelo como si fueran toneles vacios inútiles.
-Mayka, ¿Crees que las
personas hacen estos cuando las rechazan? –alza su tono de voz.
-No lo sé.-me enfado- Lo
dudo, pero es lo que yo estoy haciendo.
-¡No es justo que te
comportes así cuando tú me has rechazado más de una vez!
No grita como si le
fuera el alma en ello, pero lo hace de manera dolida.
Me levanto de manera
rápida, y me sorprende no perder el equilibrio. Quedo cerca de él, esperando
que diga algo más que me dañe. Pero nada sucede.
-Cada uno actúa como
quiere.
-Pero tu manera de
actuar es inmadura.
Tensa la mandíbula,
mientras su fría mirada se posa en mis ojos.
-Todo el mundo actúa
inmaduramente cuando le acaban de romper el corazón.
Este abre los ojos.
-¿A sí? ¿Acaso yo pegué
un grito y me quede bajo la lluvia, esperando coger una pulmonía, cuando me
dijiste que solo seriamos amigos? ¿A caso yo actué de forma inmadura mientras
intentaba que me perdonaras por liarme con esa chica?-dice enfadado.
Metros nos separan el
uno del otro. Y aun así, lo que me dice me sienta como si me pegara leves
pinchazos en mi corazón.
-¡Liam déjame! –digo más
seria de lo que esperaba.
Me mira y niega con la
cabeza, decepcionado.
-Eres idiota.-susurra.
-¿Idiota por qué, si se
puede saber?
Liam comienza a andar
hacia la entrada a la azotea, cuando pasa a mi lado, le agarro el brazo con
fuerza pero intentando no clavarle las uñas.
-¿Por enamorarme de
alguien que no me corresponde y que me ha roto el corazón, queriendo o sin
querer? ¿O por haber sido tan ilusa de pensar que finalmente todo acabaría como
en una película? –inconscientemente aprieto los puños y hasta ese momento no
veo la situación desde un punto externo.
Ambos empapados, el
cielo más oscuro que la boca de un lobo, la lluvia regando las pequeñas plantas
que los vecinos han colocado allí arriba.
Un sitio tan poco
visitado que podría ser secreto.
Intento parecer dura,
pero en cuanto acabo de formular mis preguntas y me termino de clavar las uñas,
un sollozo me hace apartar la mirada de él.
Liam, por su parte, se
limita a apretar la mandíbula y negar con la cabeza.
-Idiota, por pensar que
realmente llegaste a gustarme.
Y con un estruendo de mi
corazón al caerse al suelo, Liam se va de allí, por primera vez dejándome sola
y con mis extraños pensamientos en mente.
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