sábado, 10 de mayo de 2014

Capitulo 55


-Mayka.-dice Liam nada más entrar en el apartamento.
Me quedo un poco paralizada, desde que subí con Lux, nadie más ha entrado aquí.
Todos están dispersos por el piso, y me encuentro sentada en la mesa mientras Andrea y Silvia se llevaron a Lux para bañarla.
-Liam, nadie ha entrado.-le digo.
-¿Qué? Pero si la vi entrar.
-¿Aquí?-hago un movimiento de manos mientras señalo el apartamento.
-Aquí. Aquí. No. Pero si en el edificio.
A fuera se escucha un sonido, ahogado y demasiado agudo para que sea un grito.
Por alguna razón, miro hacia la ventana.
-Mayka.-digo horrorizada.
Me levanto y corriendo tras Liam, subimos a la azotea.
La puerta, de metal blanco y gastado, produce un ruido al abrir.
Mayka se encuentra hecha un ovillo en mitad de la azotea.
Me quedo quieta allí.
-Mayka.-me limito a susurrar.
Liam me hace un gesto con la mano.
-Baja, yo me encargo.
Me quedo paralizada unos segundos, mientras la lluvia me moja. El poco viento que hace apenas se nota al mirar a Liam, pero mis cabellos se encuentran alzados tras mi espalda.
-Liam, por favor no…
-Espéranos abajo.-me corta.
Sus ojos son duros.
-Claro.-y obediente, bajo las escaleras.

[Narra Mayka]
-¿Mayka?
Oigo a mis espaldas.
Giro asustada.
El grito que acaba de emitir mi garganta me ha asustado incluso a mí. No quería que sonara tanto. Solamente quería sentirme bien, desahogarme de alguna manera. Pero me siento igual.
Las lágrimas han parado, ya no tengo razones para seguir llorando.
Sí, puede que la persona que me gusta no sienta lo mismo que yo pero, mi corazón se ha partido de manera tan lenta y dolorosa que ahora me toca sufrir poco a poco.
Es como si tuviera un nudo en la garganta que me impidiera expresarme.
Como una cuerda que me atara de cuerpo entero y me impidiera moverme.
Un bloqueo en la mente que se siente bien bajo la lluvia que cae en estos momentos sobre la ciudad.
Una ciudad tan bonita y mágica.
Londres.
Y pensar, todo lo que hemos vivido aquí.
¿En cuanto? ¿Cinco, seis meses?
Pensé que todo sucedería lento, que aunque conociéramos a más personas no creceríamos tan rápido. Pero todas aquí somos más maduras ahora que hace cinco o seis meses.
-Liam…-consigo decir.
La lluvia a empapado mi cabello rizado, y mechones de pelos caen sobre mi cara, los echo a un lado sin apartarlos completamente.
-¿Qué haces Mayka? –pregunta este sorprendido.
-Solo pensar.-aparto mi mirada de él.
Se coloca delante de mí, de pie y rígido. Me parece molesto.
-Liam, ¿por qué no te vas?
-¿Irme? ¿Para qué? ¿Para que hagas alguna otra tontería? –sus palabras son duras mientras me mira fijamente.
-¿Tontería? Liam, solo quiero estar sola.-hablo igual que él. De manera dura.
Liam resopla.
-Deja de molestarme.-digo seria y mirando hacia el suelo.
Las gotas siguen cayendo. Precipitándose hacia el suelo como si fueran toneles vacios inútiles.
-Mayka, ¿Crees que las personas hacen estos cuando las rechazan? –alza su tono de voz.
-No lo sé.-me enfado- Lo dudo, pero es lo que yo estoy haciendo.
-¡No es justo que te comportes así cuando tú me has rechazado más de una vez!
No grita como si le fuera el alma en ello, pero lo hace de manera dolida.
Me levanto de manera rápida, y me sorprende no perder el equilibrio. Quedo cerca de él, esperando que diga algo más que me dañe. Pero nada sucede.
-Cada uno actúa como quiere.
-Pero tu manera de actuar es inmadura.
Tensa la mandíbula, mientras su fría mirada se posa en mis ojos.
-Todo el mundo actúa inmaduramente cuando le acaban de romper el corazón.
Este abre los ojos.
-¿A sí? ¿Acaso yo pegué un grito y me quede bajo la lluvia, esperando coger una pulmonía, cuando me dijiste que solo seriamos amigos? ¿A caso yo actué de forma inmadura mientras intentaba que me perdonaras por liarme con esa chica?-dice enfadado.
Metros nos separan el uno del otro. Y aun así, lo que me dice me sienta como si me pegara leves pinchazos en mi corazón.
-¡Liam déjame! –digo más seria de lo que esperaba.
Me mira y niega con la cabeza, decepcionado.
-Eres idiota.-susurra.
-¿Idiota por qué, si se puede saber?
Liam comienza a andar hacia la entrada a la azotea, cuando pasa a mi lado, le agarro el brazo con fuerza pero intentando no clavarle las uñas.
-¿Por enamorarme de alguien que no me corresponde y que me ha roto el corazón, queriendo o sin querer? ¿O por haber sido tan ilusa de pensar que finalmente todo acabaría como en una película? –inconscientemente aprieto los puños y hasta ese momento no veo la situación desde un punto externo.
Ambos empapados, el cielo más oscuro que la boca de un lobo, la lluvia regando las pequeñas plantas que los vecinos han colocado allí arriba.
Un sitio tan poco visitado que podría ser secreto.
Intento parecer dura, pero en cuanto acabo de formular mis preguntas y me termino de clavar las uñas, un sollozo me hace apartar la mirada de él.
Liam, por su parte, se limita a apretar la mandíbula y negar con la cabeza.
-Idiota, por pensar que realmente llegaste a gustarme.

Y con un estruendo de mi corazón al caerse al suelo, Liam se va de allí, por primera vez dejándome sola y con mis extraños pensamientos en mente.

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