viernes, 21 de junio de 2013

El comienzo de la Historia...

       25 de Abril de 2009
Después de meses deseando que ese día no llegara, este llega. Nadie de la clase quiere volver, es decir, ha sido una de las mejores excursiones que nos hemos encontrado.
Quiero volver.
Tanto yo como mis amigas lo tenemos claro.
Después de haber pasado una semana en Inglaterra no sé como volveré a ser quien era. Bueno, puede que este exagerando pero, quiero repetir.
El avión ha aterrizado hace un par de segundos, me quito sin esforzarme demasiado el cinturón y cojo mi bolso. Silvia y Mayka se encuentran a mi lado. Hacen lo mismo que yo, se preparan para dejar este avión.
Laura, Andrea y Rocío se encuentran en los asientos de nuestras espaldas, y como siempre seguimos con las bromas aunque no sea el momento adecuado ya que nos están explicando el lugar donde nos encontraremos con nuestros padres.
No tengo ganas ni de hablar, ni de escuchar.
He dormido bastante poco en esta semana. Supuestamente los cuartos eran de tres personas pero, como nosotras somos unas galletas sin pies ni cabeza pues no les hicimos caso a los profesores y todas las noches dormíamos juntas. Las bromas nos hacían llorar y las carcajadas seguramente, no dejaron dormir a más de uno.
Explico lo de galletas sin pies ni cabeza. Como somos tan originales, estamos tan aburridas y no teníamos otra cosa mejor que hacer, un día al estar hablando sobre formar un grupo a lo Americano decidimos llamarnos de ese modo. Pero poca gente lo sabe. Casi nadie, diría yo.
-¿Entendido chicos? –Pregunta el profesor que nos da Tecnología, diría el nombre pero, mejor no saberlo- Ya sabéis todos de la mano.
¿Todos de la mano? Bueno, seguro que a más de uno no le importa ir de la mano con los ligues que ha tenido en la excursión pero, ¿en serio debemos de ir de la mano?
Las seis salimos por fin de nuestros asientos. El profesor nos mira esperando que nos cojamos de la mano. Silvia y Mayka se cogen el brazo como las abuelitas, o como cuando llevas tacones y te aguantas en alguien. Pues del mismo modo.
Yo hago lo mismo con Laura y la operación se repite con Andrea y Rocío.

Cuando ya hemos dejado la “vigilancia” atrás y, vamos por el túnel que une el avión con el aeropuerto comenzamos a imitar a unas amigas ancianas que acaban de venir de viaje.
-Si hija –dice Laura con voz de abuelo y con  el labio superior intentando tapar sus dientes- las mantas no me han sido suficientes.-hace como si se sorbiera la baba.
-Bueno –contesta Mayka, esta tiene una de las piernas muy estirada, haciendo como si la tuviera de palo. Esta cojeando- yo hubiera preferido más espacio para mis pobres piernas.
Lo dice dejando al caminar la pierna derecha, la estirada, detrás.
-¿Y a mi qué? –esta vez habla Rocío mientras hace como que le tiemblan las manos- Que un chaval muy buenorro me ha obligado a molestar a una chavalita para salir. ¡Qué poca vergüenza!
Aquí ya llegamos al límite, todas comenzamos a reírnos. Es imposible no reírte cuando estas con ellas. Me encanta.

Llegamos al sitio donde se recogen las maletas. Nos colocamos en frente de este y esperamos.
-¡No quería volver! –digo agachando los hombros y la cabeza.
-Ni tu ni nadie.-Silvia esta a mi lado y noto como también ha bajado la altura de los hombros.
-Bueno, yo la verdad…-todas del grupo miramos a Andrea que esta como ausente mientras observa las maletas-…tampoco.-dice al los treinta segundos de haber comenzado a hablar.
-La pobre que está dormida.-se le acerca Laura y la abraza.
Mayka comienza a reírse.
-¿Qué te pasa? –pregunto sin poder aguantar una sonrisa.
-Que me creía que iba a empezar a cantar…-sigue riéndose- Es que lo ha dicho con un tono…
Me rio con ella, pero sin hacer mucho ruido ya que es demasiado temprano.
-¿Y porque no ahorramos? –Esta vez habla Rocío- Todas estamos de acuerdo en que nos ha encantado este viaje.
Nos miramos entre nosotras y en nuestras caras se refleja lo que ha comentado Rocío.
-Pues tiene fácil solución.-sigue hablando- En cuatro años ya somos mayores de edad. Podemos ahorrar para poder mudarnos a Londres y comenzar los estudios allí.
-¿Y el idioma? –pregunto mientras observo por donde están saliendo las maletas.
Acaba de salir una de ositos y corazones. Una chica de pelo castaño y largo ha ido a recogerla y al agacharse los chicos han aprovechado para darle unas palmaditas en el trasero.
Y esos son los chicos de mi clase. Subnormales hasta no poder mas, y más superficiales de lo que te puedas imaginar. Aunque, por suerte hay unos cuantos que se salvan. Tres, cuatro…Pocos. Y esos pocos son los que nosotras consideramos nuestros amigos. Aunque, bueno, tampoco se libran de no ser Satanás algunas veces.
-Cristi, para eso no hay problema.-contesta Silvia mientras observa el móvil que tiene en la mano- Te apuntas a una academia y ya está.
-A mi me ha gustado la idea.-dice Mayka mientras al igual que yo observa la salida de las maletas.
-A todas, creo, que nos ha gustado la idea.-dice Andrea mirándonos a cada una de nosotras.
Y es verdad.
-Pues solucionado, a partir de ahora lo que hemos dicho, ¡A ahorrar!-mientras lo dice Rocío levanta las manos como una animadora.
Y dicen que es tímida…seguro. Bueno, realmente lo es, pero cuando esta con nosotras, es un tornado de chistes y emociones. No llega a ponerte nerviosa, pero si llega a dolerte la tripa de la risa.
Nuestras maletas comienzan a salir.
La de Silvia la primera, es blanca y con florecitas negras. Le sigue la mía, que es roja, y la de Laura que es azul marino.
La de Mayka celeste y con espirales de diversos colores, le sigue. Y unos segundos más tarde salen las de Rocío y Andrea.
Rocío coge la suya, que es de color rosa y flores rojas, con facilidad pero Andrea es otro caso. Cuando va a agarrarle el mango, la cinta hace que esta siga hacia delante, cosa que hace que Andrea no pueda coger la maleta. Mira hacia los lados y al ver que no hay nadie se sube en la cinta y comienza a correr detrás de la maleta.
Agachada y con el brazo derecho estirado, parece el Jorobado de Notre Dame corriendo por la iglesia.
No podemos evitar reírnos cuando consigue cogerla. La pobre ha tenido la mala suerte de que la ha cogido delante del profesor de Tecnología, y este se le ha quedado mirando como diciendo:
<< ¿Pero eres tonta del bote?>>
Aunque Andreita no le ha hecho mucho caso y se ha bajado de la cinta tan normal. Cuando llega a donde nosotras estamos y nos ve riendo, pone una pose de modelo de maletas y comienza a sonreír.
-Sí, ustedes reíros…No ayudéis.
-Es que no te has visto.-intento decir sin reírme- Ibas así.-comienzo a imitarla.
Dejo mi maleta a un lado, y sin importarme quien de los tontos que me rodea me mira, la imito. Me agacho hasta tocar el suelo y estiro el brazo derecho. Ahora, comienzo a correr.

Y al igual que comenzamos este viaje volvemos a encontrarnos con nuestros padres, entre risas.

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