jueves, 27 de junio de 2013

Capitulo 7


-…Y señores por esa razón William Beechey se convirtió en un pupilo de la Royal Academy en 1772…
Las diez menos cinco. Y estoy dando historia artística.
Me he sentado por atrás. No conozco a nadie y tampoco me he fijado en si quiero conocer a alguien.
Cuando termina cada clase tenemos que movernos de clase a clase. Eso es lo único bueno, que ves a todos los chavales que están estudiando tu carrera y algunos son…
El sonido de la campana me saca bruscamente de mis pensamientos. Todos mis compañeros  salen corriendo hacia el pasillo. Me levanto. Me coloco al lado del pupitre y cojo el papelito de mi horario. Solo hay una puerta por lo que muchas personas están pasando detrás de mi.
Son las diez así que me toca...
Comienzo a buscar en el papelito. A primera dibujo técnico. A segunda historia del arte. A tercera…
Alguien pasa detrás de mí y me pega un pequeño empujón hacia delante.  El papelito sale volando.
Me doy la vuelta y una chica con el pelo rojo se disculpa.
-No te preocupes.-le respondo con una sonrisa en la cara.
La chica sigue andando.
Juraría haber visto el papel volar hacia allá. Comienzo a andar hacia mi derecha pero alguien me toca el hombro haciendo que me sobresalte. Un chico negrito, con unas gafas con brillos y el pelo de punta tiene mi papel. Este chico me suena de algo.
-Gracias.-digo mientras cojo el papel de su mano.
El chico me sonríe.
-De nada guapa.
-Perdona, pero ayer nos vimos cerca del Big Ben, ¿no? -me arriesgo a preguntar.
El chico se pone a pensar.
-¡Cierto! Eres de ese grupo de chica que pusisteis caras raras en una foto, ¿me equivoco?
-No, no te equivocas.
Le sonrío. Me encanta su ropa. Lleva unos pantalones verdes con unas zapatillas blancas. La camiseta negra tiene dibujos en rosa y amarillo.
-Me llamo Jade.- me dice extendiendo la mano.
-Yo Cristina.-le cojo la mano.
-¿Crristina?
Pongo una mueca, por lo que Jade entiende que no lo ha hecho muy bien.
-Mejor llámame…-pienso en Louis y en cómo le fue más fácil mi diminutivo- Cristi.
-Cristi es más fácil.-dice con la misma facilidad que Louis.
-Pero si solo le he quitado una silaba –susurro mientras comienzo a guardar el libro en mi bolso.
Los dos comenzamos a andar.
-Ya, -dice arrugando la nariz- pero es como más…chulí.
-¡Ah! Bueno, si es más chulí…
Ambos nos reímos.
-Perdona la pregunta, -digo cuando hemos salido de la clase- pero ¿Cómo que te llamas Jade?
Jade comienza a reírse. Seguimos andando. Ambos estamos en el primer año y todos los nuevos tenemos las mismas clases.
-Es un mote.-me explica- Mi verdadero nombre es Joseph Adams Dumbledore Edwing.
-¿Dumbledore? –le sonrío y alzo las cejas.
-No, bueno realmente no me llamo así pero es que si no quedaba Jae,  no Jade.
-Pues Jade, -me sonríe como si hubiera ganado un premio- es usted muy original, me cae bien.
-Eso dicen todos de mí.-dice mientras hace como si se echara el pelo hacia atrás.
Andamos por el pasillo hacia nuestra siguiente clase.
-¿Y de dónde eres? –pregunta Jade mirándome por encima de sus gafas.
-Soy de España.
La cara se le ilumina.
-¡Que guay! ¿No?
Una sonrisa sale por mi comisura de los labios.
-No sé, me imagino.
Seguimos andando por el pasillo y Jade me cuenta como se le ocurrió ponerse ese nombre.
-…No sé fue algo como: quiero ser yo mismo, ¿sabes? –hace un movimiento de manos hacia mi. Asiento- Y me dije, pues comencemos por el nombre.
No puedo evitar reírme.
-¿Y con qué edad fue eso?
-Con 15…-dice mientras me agarra del brazo y me mueve con él- Ven un momento Cristi, tengo que hablar con mis amigos antes de que se vayan a sus próximas clases.
Nos acercamos a unos chicos que están de espaldas, sacando unos libros de sus respectivas taquillas.
-¡Niall, Dylan! –alza la voz.
Los dos chicos se giran y les veo los rostros.
Son los mismos de ayer. El rubio de ojos azules y el moreno atractivo.
-Chicos, -dice Jade cuando llega a donde se encuentran. Comienza a hablar con ellos.
Yo decido quedarme unos cuantos metros alejado de ellos. No quiero parecer una entrometida y, a parte, no hago nada tan cerca.
Jade mira hacia atrás, señalándome, yo, me limito a alzar las cejas y sonreír. Ambos chicos me saludan y Jade me hace un gesto para que me acerque.
-Hola.-digo cuando llego.
-Ella es Cristi.-me presenta Jade.
El moreno me tiende la mano.
-Yo soy Dylan.-cojo su mano- Encantado.
Una sonrisa sale por sus labios. Es mucho mas alto que yo. Debe medir un metro noventa y poco. El rubio hace lo mismo.
-Yo Niall.-tiende su mano. La cojo.
-Encantada.-me aligero a decir.
Niall y Dylan sonríen.
-Bueno chicos era comentaros eso, nos vemos.
Jade se despide con dos besos de ellos. Yo me no hago más que despedirme con la mano.
Al alejarnos veo como Niall y Dylan comienzan a hablar y cogen unos instrumentos que estaban a poyados en las taquillas. Niall una guitarra y Dylan un saxofón.
Sigo a Jade por el pasillo, comenzamos a andar hacia las escaleras. Tenemos que ir al segundo piso. Aunque no se qué clase me toca.
-¿Tus amigos son de esos pocos que se encuentran estudiando en Pineapple?-le pregunto mientras con esfuerzo subo los escalones.
-Si.-responde orgulloso- Deberías escucharles, son magníficos.
-Yo tengo dos amigas allí…-comento como si anda.
-¿Si? A lo mejor se conocen.
-Pueden. ¿Qué dos carreras estudian ellos?
-Bueno… -llegamos al segundo piso.
Es igual que el de abajo, solo que este tiene cuadros diferentes y la moqueta del suelo en vez de ser roja, es morada.
-…Dylan estudia economía y Niall está estudiando ingeniería…
Asiento y entramos en la clase. Al parecer me tocaba Pintura al fresco…

-¡No sabéis a quien he visto en el pasillo!
Laura, Mayka y yo nos encontramos sentadas en uno de los bancos blancos comiéndonos un paquete de patatas.
-¿A quién? –pregunta Laura mientras coge otra patata.
Andrea venia andando desde la “entrada” al césped.
-A el chaval rubio que nos hecho la foto ayer.
-¡No! –exclama Mayka.
Andrea asiente.
-Yo también.-comento.
Todas me miran.
-El chaval de las gafas, -digo mirando hacia Laura-  está en mi clase y me lo presento, al parecer también toca la guitarra.
Laura comienza a reírse.
-¿Avisamos a las chicas? –dice Mayka cogiendo el móvil.
-Vale.-dice Andrea mientras coge otra patata.
Mayka comienza a escribirle un mensaje. No se si a Silvia o a Rocío. Me vuelvo y veo a Jade apoyado en la pared mientras se come una barrita. Esta solo así que lo llamo. Jade alza la vista y sonriéndole le invito a que se acerque. Me hace caso.
-¿Jade? –pregunta Laura.
-Luego te lo explico, -la miro- me quede igual que tu.
Le sonrío. Cuando Jade esta cerca me levanto del banco. Los cinco no cabemos así que le dejare mi sitio.
-Hola Cristi.-me saluda.
Nos damos dos besos.
-¿Qué te cuentas?
-Nada, ahí aburrido estaba.-dice señalando la pared.
-Bueno, -miro a las chicas- estas son parte de mis amigas. Laura.-la señalo, ella se levanta y le da dos besos- Andrea, -hace lo mismo- y Mayka.-también se levanta.
Antes de poder hablar, el móvil de Mayka suena. 
-Ya lo sabe. Coinciden en la orquesta.
Por lo que escucho me imagino que se lo habrá enviado a Rocío.
-Siéntate, anda.
Jade se sienta.
-Bueno y, ¿Qué es lo mejor de Londres? –le pregunta Laura para intentar entablar una conversación.

Lo consigue. Y comienzan a hablar sobre los restaurantes y demás…

miércoles, 26 de junio de 2013

Capitulo 6


Son las cinco de la tarde. Estamos todas repartidas entre los dos sofás que hay. Estamos viendo una película que alquilamos ayer. Debajo de casa tenemos un videoclub enorme por lo que, creo que apenas compraremos películas. Alquilarlas cuesta bastante poco (2.5£).
Se escucha un fuerte suspiro por parte de Andrea.
Todas la miramos.
-¿Qué te pasa? –le pregunta Rocío.
-No sé, -responde desganada- es que llevamos aquí dos, casi tres semanas y aun no hemos visto ni el Big Ben ni nada.
Laura pega un salto en el sofá.
-Pues, vayamos a verlo.
-¿Ahora? –pregunto.
-Sí.
Cierro los ojos, estaba quedándome casi dormida, pero es verdad que me apetece ir a visitar el Big Ben.
-Venga vamos.-me dice Mayka dándome en el brazo- ¡No seas vaga!
-Es mi naturaleza.
Todas se levantan del sofá. Y van para los cuartos. Todas menos Rocío y Mayka.
-¿Que me vais a hacer? –abro mucho los ojos.
Rocío sonríe con la máxima maldad que puede llegar a tener.
-Cosquillas.-me responde Mayka.
Me levanto rápidamente y salgo corriendo hacia mi cuarto.
¡Odio las cosquillas!
Noto como las dos vienen detrás de mi. Comienzo a reírme. Llego al cuarto. Laura está ya en sujetador pero, con los pantalones puestos. Cierro la puerta y me voy hacia mi cama.
-¿Qué haces, tonta?-me pregunta Laura riéndose.
He caído en la cama boca abajo y ha sonado un fuerte golpe. Aunque no ha dolido.
-Es que…-comienzo a explicarme.
Pero las dos abren la puerta y corren hacia mí. Me pongo boca abajo. Como si así no pudieran verme.
No es así.
Se ponen a mí alrededor y comienzan a hacerme cosquillas.

Nos montamos en el autobús número 7. Nos sentamos. Laura con Mayka, Silvia y Andrea juntas y yo con Rocío.
La tarde está despejada, y gracias a Rocío puedo ponerme a observar el paisaje.
La calle está llena.
Nos hemos vestido medianamente pasables. Ya que, queremos ir cómodas pero salir bien en las fotos.
Rocío se ha dejado el pelo suelto. Se ha puesto una blusa blanca y negra, con unos pantalones blancos, y unas sandalias negras.  Lleva un collar de un corazón plateado que le queda muy bien con el conjunto que lleva.
Mayka se ha puesto unos pantalones negros con una camiseta color carne y con un dibujo en negro y gris. Un chaleco negro, sin mangas y mas corto por detrás que por delante, hace que la camiseta no parezca tan “elegante”. En los pies lleva unas sandalias de color negro. El pelo se lo ha colocado hacia un lado todo y con la espuma se le ve aun mas rizado.
Silvia se ha puesto unas mayas que parecen unos vaqueros, un básico blanco que le llega hasta la altura del culo le hace juego con un chaleco gris. En los pies lleva unas vans negras y con detalles plateados. Su pelo lo lleva suelto y con las planchas.
Andrea lleva una camiseta gris con el número 18 dibujado sobre ella, unos vaqueros y unas vans de numerosos colores y bastante originales que hace juego con su bolso. El pelo suelto y al natural. Sin planchas y sin espuma.
Laura lleva unos vaqueros negros, y una camiseta de tirantes color rosa. Sobre esta lleva un chaleco corto vaquero y en los pies unas botas color marrón claro.
Yo me he puesto mis queridos vaqueros azules y una camiseta de tirantes negra que es bastante larga. Para ir cómoda en los pies llevo unos tenis blancos. Y para llevar la cámara, el móvil y demás llevo un bolso negro con la frase I  Rock repetida muchas veces.
Llegamos a la parada y nos bajamos. Andrea da un traspiés al bajar.
-¿A dónde vas Andrea?-dice Silvia riendo.
-A coger un billete de tres, no te digo.-dice riéndose y disimulando. Como si no se hubiera tropezado.
Aguanto una pequeña risilla que lucha por salir. Pero eso no pasa. Nos acercamos al Big Ben y echo un par de fotos en las que no salgo yo.
-¡Venga te toca a ti!-dice Laura mientras se acerca para coger la cámara.
-No, no.-digo guardándola-Prefiero no salir.
-Anda ya.-dice Laura cogiéndola.
Me veo “obligada” a colocarme para una foto. Me coloco al lado de Andrea. E intento sonreír lo mas naturalmente posible.
-¡Ya!-me avisa Laura.
Cuando cojo la cámara me voy hacia las fotos y veo que tenía razón. Da igual como me ponga que no salgo bien.
-¿Qué os parece una con caras graciosas? –pregunto.
-¡Venga!-dice levantando las manos.
Quiero que salgamos las seis así que busco a alguien para que nos eche la foto. Veo un grupo de chavales. Uno es rubio, el otro tiene el pelo castaño y el de al lado es negrito.
-¡Cristina! –me llaman las chicas.
-¿Qué vas a hacer? –pregunta Mayka riéndose.
Hago como que le toco el hombro al rubio pero sin llegar a tocarle. Las chicas comienzan a decirme que no lo haga pero, el chaval se ha dado cuenta de que hay alguien detrás de él.
Me quedo mirándolo.
Es bastante guapo. Sus ojos son grandes y azules, su piel clarita y el pelo lo lleva de punta. La camiseta azul que lleva está pegada a su torso. Esta muy bien.
-Lo siento, -digo mientras le enseño la cámara- ¿podrías echarnos una foto?-señalo a las chicas.
Sus dos amigos se dan la vuelta. Uno, el del pelo castaño, es un poco mas alto que el. Tiene los ojos azules y esta moreno. El de al lado, el negrito, lleva el pelo de punta y una gafas de lentejuelas. Que va a juego con su bolso.
-Si claro.-dice con una voz muy masculina.
Le entrego la cámara con cuidado y me acerco a las chicas. Todas están riéndose pero creo que es de los nervios que les han entrado.
Me coloco esta vez al lado de Rocío.
-¡Poned caras! –grita Laura.
Me pongo bizca y pongo morritos.
Noto el flash de la cámara y ya vuelvo a ponerme bien.
Comenzamos a reírnos. Me acerco al chico.
-Gracias.-le digo intentando ser amable.
-De nada aunque, habéis salido un poco raras.-se nota la ironía por todos lados.
Le sonrío.
-Ese era el objetivo.-digo mientras cojo la cámara de sus manos.
-Nos vemos.-dice el chico.
-Adiós.
Me doy la vuelta y me acerco a las chicas.
-¡Qué guapo! –Dice Silvia intentado no mirar hacia atrás-¿Tendrá novia?
-Todos los que están así la tienen.-dice Laura- Aunque a mí me ha gustado el del bolsito.-dice con un tono de broma en la voz.
-¡Qué mala!-digo
-¡No! En serio que me ha gustado era muy cuqui.
Y riéndonos vamos hacia el London Eye.

Cuando entramos en la cabina vemos el grupo con el que nos ha tocado “viajar”. Son todos del…Inserso, seguramente.
Nos colocamos en un gran hueco. Nos apoyamos en la barandilla y disfrutamos del viaje. Estamos en el tope de altura…que miedo.
-¿Te imaginas que nos caemos?-miro hacia el suelo.
-¿Como nos vamos a caer? –dice Mayka mientras me mira.
-No se.-le saco la lengua.
Me quito de la barandilla y me coloco frente a Laura y Andrea para estar hablando lo que queda de rato.
Mayka me sigue y Silvia y Rocío ya se encontraban hablando.
Laura se ha dado la vuelta y se encuentra de espalda al cristal. Andrea se encuentra a su lado.
-¿Te quieres –comienza Rocío- caer? –dice mientras le mete un pequeño empujoncito.
A Laura se le pone la cara blanca. Abre mucho los ojos y se prepara para gritar. Se agarra a Andrea. Esta que no tiene apenas equilibrio casi se come el cristal, pero Mayka la agarra.
Se escucha un gran golpe en el cristal y notamos como todos nos están mirando.
Laura aun colorada, del susto, es ayudada por Rocío a ponerse bien.
Todas estamos aguantando la risa hasta que se me escapa a mí. Intento que se quede adentro pero no lo puedo evitar. Rocío me sigue.
Todas estamos mirando a Laura que aun  esta colorada. La risa de Rocío hace que aumente la mía y que al final todas nos riamos. Hasta Laura acaba riéndose.
-¡Te ibas cayendo…!-exclama Rocío lo más bajo que puede.
-¡…Y se agarra a Andreita para no caerse!-dice Silvia aguantando la risa. Pero no puede.
Seguimos riéndonos. Laura se toca el pecho. Aun tiene el susto en el cuerpo.
-Que graciosa estás tú, ¿no? –dice riéndose.
Seguimos riéndonos.
-Qué pena que no he podido sacar la cámara y grabarlo.
-Si qué pena…-dice Laura con demasiada ironía.

Y riéndonos llegamos a la salida.

martes, 25 de junio de 2013

Capitulo 5


-Iremos en este orden.-dice leyendo un papel- Estudios veterinarios, -Mayka- economía, magisterio, repostería, ingeniería, -Andrea- periodismo,-Laura- medicina, y por ultimo  bellas artes.-Bien, el ultimo para mí.
Comenzamos a andar y entramos en un edificio más blanco que la nieve. Se nota que es aquí donde se estudia para veterinario.

Dos horas y media más tarde. Seguramente más de dos kilómetros andados. Llegamos al lugar donde se estudia bellas artes.
-Me duelen lo pies.-comienzo a cantar.-Y no puedo más…
-A mis las sandalias…Me van a matar.-me sigue Mayka.
-Y todo esto sin merendar.-dice Laura mirando el suelo.
Miramos todas a Andrea que es la siguiente pero no se da cuenta ya que está atenta a lo que dice la señora.  Todas suspiramos.
-Quiero irme a casa…-se queja Laura- me duelen los pies…
-Iros, esperadme afuera en los bancos.-le digo.
No conozco a nadie pero como si hablas te echan una mirada que da miedo…
-¿De verdad? –pregunta Laura.
-Sí, -asiento con la cabeza- esperadme a la salida.
Las tres comienzan a irse. Mayka levanta el pulgar y se van.
-¿Por qué nos vamos? –oigo pregunta a Andrea.
Aunque no es cucho la respuesta.
La mujer comienza a explicarnos como nos tenemos que comportar con algunos profesores, como en las otras carreras, suelta un par de bromas y luego sigue hablando.
Alguien me da un porrazo en el hombro y hace que tenga que dar un par de pasos hacia la izquierda.
Me doy la vuelta para ver quien ha sido.
Un chico de pelo castaño y con las puntas para arriba me mira con unos ojazos azules.
-Perdón.-susurra- ¿Me he perdido mucho?
Es raro que alguien que no te conoce te hable tan normal, pero no tengo ganas de comerme el coco de si es o deja de ser un mafioso…Pero que exagerada soy por dios…
-Un par de bromas y que esa chica de allí, -señalo a una chavala morenita- casi pisa a esa señora.
Se le escapa una sonrisa, tiene unos prefectos dientes blancos.
-¿Es tu primer año? –me pregunta. Se ha colocado a mi derecha, por unos cuantos centímetros es más alto que yo.
Lleva una camiseta azul y unos pantalones negros.
-Si.-me limito a responder.
-Perdón, -vuelve a decirme- soy Louis.-me tiende la mano.
La cojo. Y no duro más de dos segundo junto a ella.
-Yo Cristina.-le sonrío.
-Crris-tina-dice con dificultad, ¿Eres de por aquí? –me pregunta sonriendo.
-No. Soy de España.
-Bueno, pues encantado Crris-tina.-no puedo evitar reírme- ¿No tendrás algún mote, no?
Niego con la cabeza.
-Mi nombre tiene un diminutivo pero creo que será igual de difícil.
Estamos hablando entre susurros. La señora ya nos ha mirado un par de veces pero Louis sabe disimular bien.
-¿Cómo es ese diminutivo?
-Cristi.
-¿Cristi? –dice sin que le cueste mucho.
-Sí.
-Pues con ese te quedas.
Sonrío. Cristina es igual que Cristi, es decir, le ha quitado una silaba que no es difícil de pronunciar.
Louis se quita de mi lado y se acerca a la señora.
-Señora Brown, me manda el profesor de economía, ¿sabe donde se puede encontrar Amy, la secretaria?
-No.-dice negando con la cabeza.
Louis asiente y se da la vuelta, pero cuando va a comenzar a irse la Señora Brown le coge del brazo para colocarlo a su lado. Al lado de ella Louis parece un gigante.
-Chicos, este es el señor Tomlinson.
-Louis para los amigos.-puntualiza en mi dirección.
-Eso, no encontraran a nadie al que se le hayan permitido más bromas en este centro. –Louis la mira sonriendo y ella le devuelve la sonrisa- ¿Qué curso comienza ya Tomlinson?
-Tercero, señorita.
Me recuerda a un niño pequeño.
-Pues suerte este curso.
Lo suelta y con una sonrisa Louis se va de la habitación.
Me ha caído bien este chico…con que estudia economía…
-Bueno señores, después de esta pequeña pausa, sigamos.
La señora Brown comienza a andar por el pasillo. En este hay numerosos cuadros y corchos con fotos de viajes y profesores. Hay numerosas fotos de bailarines y me quedo observándolas ya que el entorno en el que estos se encuentran se parece mucho a la academia de Silvia y Rocío.
Me quedo atrás en el grupo.
-¿Señorita? ¿Tiene algún problema? –alza la voz la Sra. Brown.
-No, disculpe. –comienzo a andar.
Y me entra la duda de si será la academia de Silvia y Rocío. La Sra. Brown me sigue mirando y aprovecho esa incomoda mirada.
-¿Señora Brown, las fotos de aquel tablón están relacionadas con la academia de danza artística y música,  Pineapple?
Asiente. Y comienza a andar hacia delante, haciendo que tenga que pegar un par de  empujones para poder colocarme a su lado y escucharla.
-Esta universidad tiene numerosos alumnos en esa academia. No es tan solo de baile y música, sino que también es de actuación. -Asiento- ¿Cómo que conoce las instalaciones de la academia Pineapple?
-Unas amigas ha comenzado a estudiar allí.
La Sra. Brown asiente y comienza a explicarnos la historia de un profesor que hay colgado de la pared. Y esta vez debo de estar atenta ya que me encuentro en primera fila.
 ***
-¡Por fin! –grita Laura mientras alza las manos al cielo.
-¡Aleluya! –cantan Mayka.
Salgo del grupo con el que venía.
Ya solo quedamos nosotras y algunos pequeños grupos más en el patio.
Reconozco el Grupo de las chupas de cuero y al chaval que nos pidió la hora antes.
-¿Qué como ha estado? –me pregunta Andrea mientras salimos del patio.
Comenzamos a andar por un camino que rodea el césped. Y para mi gusto, pasaremos demasiado cerca del Grupo de las chupas de cuero.
Me hace gracia. Cada vez que pienso ese nombre, en  mi mente suena una música que impone un poco.
-Ha estado bien. –Le respondo- Pero me he aburrido demasiado.
Andrea comienza a reírse. Las dos nos hemos quedado atrás ya que a Laura y Mayka les ha entrado prisa y ya están casi saliendo por la puerta.
Todos los que estaban esperando a compañeros o amigos, salen a la vez que nosotras lo que hace que me agarre al hombro de Andrea para no perderme.  Pasamos al lado de Los chupas de cuero y por suerte estos, ni se inmutan.
Andrea sigue andando hacia delante, y después de numerosos empujones salimos.
Las dos nos están esperando al lado de una farola, Rocío y Silvia las acompañan.
Silvia esta diferente a esta mañana. Lleva una coleta cogida, y va con unos vaqueros y una camiseta. La mochila lila cuelga de su hombro izquierdo. En cambio Rocío esta casi igual, excepto por que le brillan los labios, debido a un gloss que se habrá tenido que juntar.
Suelto a Andrea y comenzamos a andar una al lado de la otra.
-¡Pero qué tardonas sois! –nos grita Rocío, riéndose.
Mientras niego con la cabeza y le sonrío, alguien me empuja.
Me doy la vuelta para ver quién habrá sido esta vez. Y los mismos ojos azules de antes me miran a los ojos.
-Perdona.-dice Louis riéndose- Hoy estoy un poco patoso.
Noto como Andrea ha seguido andando hacia delante.
<< ¡Andrea no me dejes sola!>>
Grito en mi mente pero, como es normal, Andrea no me ha escuchado.
-No te preocupes, -digo tocándome el hombro- aunque otro más y me dejas el hombro por los suelos.
Ambos nos reímos.
-Bueno, nos vemos… ¿Cristi era, no?
-Era y es.
Me sonríe.
-Pues hasta luego Cristi.
-Nos vemos, Louis.-digo cuando ya se ha dado la vuelta.
Se vuelve un segundo para despedirse con la mano y se va con unos amigos.
Cuando llego al sitio donde se encuentran las chicas, las veo sonreír con maldad.
-¿Quién era ese? –dice Laura moviendo las cejas arriba y abajo.
No puedo evitar reírme.
-Es un chico que conocí nada mas iros.
Las chicas abren los ojos como si hubieran visto un fantasma.
-¿En serio?-pregunta Mayka
Asiento mientras hago una mueca.
-¿Nos lo presentaras, no?
-Pues claro.-digo mientras hago una pose con la mano.
-Venga, anda, que tengo ganas de sentarme.-dice Silvia comenzando a andar.
Todas la seguimos. Me coloco a su lado.  Todas somos casi de la misma altura. Solo nos separaran de ser iguales un par de centímetros.
-Y a ti, ¿Cómo te ha ido? –digo mientras le doy un toquecito con mi codo en el suyo.
-Bien.-dice riéndose.
-¡Te ha pasado algo! –comienzo a saltar.
Me agarra del brazo para que deje de saltar.
-No, no me ha pasado nada.-está aguantando la risa.
-¡Pero si te quieres reír! –señalo su comisura de los labios.
Seguimos andando hacia delante. Mayka que está en el otro lado de Silvia se está riendo también, seguramente porque piensa lo mismo que yo. O porque no puede evitarlo.
-¡Pero es porque no ves las caras que pones, Cristi!
-¿Yo caras?-digo intentando mantenerme seria.
-Sí, pones caras.
-Bueno vale, ¿pero cómo te fue?
-Bien, ya nos tenemos que aprender una coreografía.
-¿Ya? ¿No es muy pronto?
Nos paramos junto más personas en un paso de cebra.
-Al parecer no lo es.
En ese momento se me viene a la mente lo que tienen en común su academia y nuestra universidad.
-¡Chicas! –Digo lo más fuerte que puedo para que me escuchen- No sabéis lo que he descubierto.
-¿El qué? –pregunta Rocío mientras alza las cejas.
Las demás asienten para que responda.
-Nuestra universidad tiene alumnos en común con vuestra academia.
-¿Si? –dice extrañada Andrea.
-¿Y cómo te has enterado de eso? –pregunta, esta vez, Laura.
-Es que en mi edificio hay numerosas fotos de vuestra academia.-miro a Rocío y a Silvia- y como estaba ya aburrida de la señora esa, le pregunte sobre que hacían esas fotos allí.
Todas asienten.
El semáforo se pone en verde por lo que una marea de personas comenzamos a cruzar.


lunes, 24 de junio de 2013

Capitulo 4

Me coloco los vaqueros lo mejor que puedo. No siento las manos.
Estoy tan nerviosa por mi primer día que ni siquiera quiero desayunar.
He elegido vestirme con unos vaqueros del color del cielo, una camiseta de tirantes gris y, sobre esta, una blusa de color rojo. En los pies, bueno, como casi siempre, mis converse negras.
Rocío esta a mi izquierda, sentada en su cama y noto como mientras se ata los cordones comienza a cantar. Laura en cambio lleva cantando y bailando desde ayer, creo que debería de apuntarse a la academia de baile y música en vez de a la Universidad…
Llego a la cocina, son las siete menos diez, nos hemos levantado muy temprano para poder estar listas a tiempo. Cojo una cacerola y echo en ella un poco de chocolate caliente. Paladín creo que se llama. Digo creo porque el aburrimiento ha hecho que dibujemos flores sobre el plástico.
Echo en la cacerola suficiente para las seis. Hoy todas comenzamos las clases y creo que ni siquiera chocolate caliente hará que nos relajemos.
Al rato, las chicas entran. Silvia lleva unos pantalones de chándal bastante anchos y una camiseta de tirantes lila que va a juego con la maleta en la que lleva la ropa para bailar.
Andrea se ha puesto una camiseta de mangas que terminan por la altura del codo,  sobre esta lleva una chaqueta americana que hace juego con sus vaqueros color salmón.
 Mayka lleva unos pitillos color verde agua, una camiseta blanca con pequeñas flores de colores sobre esta y unas sabrinas con detalles dorados.
Rocío lleva una camiseta blanca con un dibujo de una estrella, la lleva metida por dentro del pantalón vaquero. Las converses rojas hacen juego con la maleta donde guarda la flauta travesera. Todas las partituras las lleva guardadas en una carpeta azul.
Laura se ha puesto una blusa blanca metida también por dentro del pantalón color fucsia, de zapatos lleva unas zapatillas blancas.
Todas hemos optado por dejarnos el pelo suelto. Aunque llevamos en la muñeca una goma para el pelo.
Las mechas rosas de Laura y las californianas de Andrea se notan más cuando lo llevan suelto. Mayka se ha echado el pelo rizado y castaño hacia un lado. Lo tiene bastante largo. Rocío lleva la ralla a un lado y Silvia se lo ha dejado rizado y caer sobre sus hombros.
Mientras bebo el chocolate me entran numerosas dudas.
¿Qué pensara la gente sobre mí cuando vea mi mecha azul? ¿Me dirán algo? ¿O mejor, susurraran a mis espaldas? Bueno, puede que gracias a Lady Gaga, Jessie J, Demi Lovato y las Little Mix estén acostumbrados.
Termino el chocolate y meto la taza en el lavavajillas. Estoy tan nerviosa que comienzo a ver puntos de colores sobre mi vista. ¡Seré exagerada!
Por si acaso, antes de lavarme los dientes me relajo en el sofá.

*** 
-¡Mira aquel chaval! –nos susurra Laura.
-¿Cuál? –dice Andrea mirándola con las cejas levantadas.
-El de la camiseta de baloncesto.
Disimuladamente, todas nos damos la vuelta. Pero no de una en una si no todas a la vez.
-No está mal.-digo.
Es un chico alto, ni muy fuerte, ni muy débil. Tiene el pelo rapado, tatuajes en la yugular y el brazo. Tiene una barba de pocos días y un peercing en la nariz.
-¡Oh dios! Qué guapo.-susurra Andrea- Lo que se están perdiendo Silvia y Rocío.
La universidad tiene una forma rectangular, es bastante grande. En su interior, hay un gran patio con bancos y césped donde se puede descansar. Allí nos encontramos.
Ya nos han dado la bienvenida y a las doce tenemos la guía por la universidad.
-¿Sabéis que significa “pasturo”? –pregunta Mayka mirando un diccionario.
Nos miramos entre las que estábamos hablando. Nada.
-Bueno, da igual. Ya lo averiguare mas tarde.
Nos quedamos en silencio unos segundos, mientras Laura y Andrea observan el mapa de la universidad, Mayka guarda el diccionario y comienzan a escucharse fuertes carcajadas procedentes de la otra punta del patio.
Las cuatro nos damos la vuelta.
Son una panda de chavales. Solo alcanzo a verles las espaldas. Sus chaquetas son de cuero, americanas o vaqueras, y todos llevan vaqueros originales, (los azules).
Siguen riéndose y haciendo tonterías. Todo el patio les está observando pero, nadie les dice nada. Solo observan.
Son unos siete chicos, los que tienen las chupas de cuero negras tienen las espaldas muy grandes y parecen muy fuertes. Luego hay dos que se salen de ese estereotipo pero que, por cómo se están comportando, son iguales que ellos.
Uno de los profesores que están pasando por allí los saluda como si ya los conociera de antes. Y ahora si les veo la cara.
Los de la chupa de cuero me recuerdan a los de la película de Grease porque tiene unos peinados muy antiguos. El de la americana es mas blanco que Drácula y sus ojos son tan oscuros que parece que le han poseído. Pero el de la vaquera es el que más me llama la atención. Tiene el pelo negro hacia arriba, su piel es morena y tiene una barba de pocos días. En la oreja izquierda lleva un pendiente de color negro, parece una dilatación pero desde aquí, por la forma que tiene, dudo que lo sea. La chaqueta vaquera la lleva remangada hasta la altura de los codos y noto numerosos tatuajes en sus brazos.
Los chicos saludan al profesor y vuelven a ponerse a hablar.
Todos los que estamos en el patio volvemos a retomar nuestras conversaciones.
-Pensaba que esto solo pasaba en los institutos.-dice Andrea que sigue mirando hacia esos chicos.
-Pues al parecer estabas equivocada.-dice Mayka soltando un suspiro.
-No son feos.
Todas miramos a Laura que está observando a los chavales.
-Tampoco son guapos.-dice Andrea riéndose.
-Es que vosotras sois muy exigentes….
-A mi me parecen un pelín monos.-digo mientras vuelvo a observar al de la chaqueta vaquera.
Laura alza las cejas para decirle algo a Andrea.
-Pero tampoco son una belleza.-digo observando a los demás.
Laura me fulmina la mirada y le sonrío como si no hubiera hecho nada. Mayka comienza a reírse.
-Perdonad. -se escucha a nuestras espaldas la voz de un hombre.
Todas nos volvemos. Es un chaval de pelo corto y castaño. Lleva una camiseta blanca con el signo de la paz dibujado en ella y unos vaqueros oscuros. Los tenis de color negro apenas se notan.
-¿Tenéis hora? –nos pregunta señalando el su muñeca izquierda.
Todas miramos el reloj, y nos quedamos pensando como se decía la hora. Por suerte Mayka se acuerda antes que todas.
-Las doce menos cinco.
El chaval sonríe y se acerca a un grupo más normalito que el de antes. Solo que en este son tres y uno de ellos es una chica. Esta es pelirroja y más baja que los dos chavales. El otro chaval es mucho más bajo que el que se ha acercado, parece alemán o algo parecido, ya que tiene la piel rosa.
Se escuchan las pisadas de una mujer al entrar al recinto.
La señora lleva el pelo recogido en un moño, las gafas colgando de su cuello, una falda de tubo hasta las rodillas. La chaqueta, rosa y muy fina, hace juego con sus tacones.
-Señores, ahora comenzaremos con la guía por la universidad.-todos los que estamos en el patio la observamos- Por favor si no les interesan las salas donde se estudiaran carreras ajenas a las suyas acérquense a el tablón de la entrada y cojan la hora y el lugar donde nos encontraremos, para que podáis ver vuestras respectivas aulas. Y sin haceros esperar más, por favor síganme.-comienza a andar.
Nos levantamos del banco en el que estábamos sentadas y la seguimos hacia una puerta de color marrón.

Muchos de los estudiantes se acercan al tablón de los horarios pero, nosotras decidimos ir juntas.

domingo, 23 de junio de 2013

Capitulo 3

No he dormido nada esta noche. Ayer por la noche  nos pusimos con las tonterías y poco a poco las horas fueron pasando y seguíamos sin dormirnos. Hoy suena el despertador a las nueve y media.
Tenemos que conocer el barrio y queremos acompañar a Silvia y  a Rocío a la academia.
-Mmmm…-gruño.
-Mmmmmm…-susurra Rocío.
-Ratatatatatatata….-se escucha decir a Laura.
Sonrío. Me incorporo un poco en la cama. Aunque anoche echamos las cortinas para que no se nos viera demasiado, la luz del sol entra en el cuarto.
Laura esta boca abajo, con los ojos abiertos pero sin moverse. En cambio Rocío esta acurrucada de espaldas a la luz de la ventana.
Se escuchan pasos al otro lado de la habitación. Las demás deben de estar despiertas.
-Vamos chicas.-susurro mientras intento ponerme de pie.
Me coloco las zapatillas y me estiro intentando tocar el techo. Rocío sigue dormida así que me echo sobre ella, despacito pero despertándola.
-Mmmm…-gruñe.
-Despierta Blancanieves.
-¿Blancanieves? –Pregunta Laura aun tirada en la cama- ¿No sería la Bella Durmiente?
-Bueno, eso…
Rocío se vuelve echándome de la cama. Si no llega a ser por un trocito de colchón que quedaba, me hubiera caído.
Me vuelvo a estirar. Esta vez me cruje la espalda… ¡qué asco!
Me levanto y salgo de la habitación, el pasillo está a oscuras hasta llegar al salón, donde la luz del sol da de lleno. Abro al pasar la puerta de las demás.
-Vamos.
Escucho salir a alguien. Me pone una de sus manos en el hombro, lleva un anillo plateado y su tez es clara. Mayka.
-Buenos días.-dice mientras me da un beso en la mejilla.
Se lo devuelvo.
-Hola.
Escucho como las demás van saliendo de la habitación. Mientras yo me encamino hacia la cocina para ir preparando el desayuno.

-¿Por dónde podemos llegar a la academia de baile y musica Pineapple? –le pregunta Andrea a un señor de pelo negro y muy serio.
-Ir toda esta calle recta y doblen a la izquierda en la segunda boca-calle.
Andrea le da las gracias y comenzamos a andar por la calle. Hoy es un día soleado en Londres, hemos tenido suerte. La gente de aquí parece tener mucha prisa. Todos van corriendo o andando rápidamente.
¡Qué estrés!
Por esta calle hay numerosas tiendas, todas muy bonitas decoradas. Antes hemos pasado delante de una pastelería a la que nos hemos tenido que resistir entrar.
-¿Dijo la segunda boca-calle? –pregunta Andrea mirando hacia atrás.
-Sí.-responde Silvia alzando la cabeza- Ahí esta.-señala hacia un punto al que no me llega la vista.
-¿Cuándo tendremos que ir a comprar? –pregunto mientras observo la acera.
-Me imagino que en un par de días…-dice Mayka- quizá tres.
Seguimos andando hacia la academia. Ahora si que puedo verla.
Tiene una gran puerta azul…Verde agua quizá. Rodeando esta hay un gran arco dorado.
-Qué bonita la entrada, ¿no? –comenta Rocío.
Las demás asienten.
-¿Habéis visto el traje azul de esa tienda? –pregunta Laura señalando la tienda de nuestra derecha. Hay que cruzar la calle, tanto para ir a la academia como para acercarnos a la tienda.
-¿Silvia, Rocío,  os importa si nos acercamos a ver la ropa? ¿Sabes que esto es como una tentación para mí no? –pregunta Laura.
-Venga vale…
Laura se da la vuelta arrastrando a Mayka y a Andrea con ella.
-No, no.-dice Mayka-. Hoy no tengo ganas de visitar tiendas.
Laura la suelta.

Cuando Mayka se pone a nuestro lado, comenzamos a andar hacia la academia de baile.

sábado, 22 de junio de 2013

Capitulo 2


Ya con las maletas seguimos a Emma. Es una señora con el pelo corto y castaño. Es mucho más bajita que todas nosotras y es mayor. El aeropuerto de Londres no tiene nada que ver con el nuestro, es decir, hay mucho más movimiento.
Señores con maletines negros, personas que vuelven o acaban de llegar de viajes con bolsos y ropas originales.
Me encanta.
Ya hemos “encendido” nuestro oído ingles, y hemos tenido que intercambia un par de palabras con Emma. Menos mal que me apunte a clases que si no…Aunque parece más difícil de lo que realmente es. Me imagino que cuando te acostumbres…
-Perdón…-digo ya en ingles.
El señor con el que me he chocado sigue hacia delante sin hacerme caso. Rocío a mi lado se está riendo.
-No te has dejado el hombro en el suelo de milagro.-me sonríe.
Le devuelvo la sonrisa.
Vamos formando como una especie de pirámide. Emma va la primera, seguida de Andrea y Silvia que van hablando sobre unos chavales que no conocemos y les seguimos Mayka, Rocío, Laura y yo.
***
¡Por fin! Emma ya nos ha dejado solas en casa. Es pequeña, pero acogedora.
La entrada da a un gran salón, este tiene dos pasillo uno da al único baño que tenemos y a la cocina y el otro a las dos habitaciones.
Nos hemos repartido por las habitaciones. Las tres primeras que han ganado a Piedra, papel o tijeras van juntas. Rocío, Laura y yo perdimos por lo que nos toca compartir habitación.
Las dos habitaciones son exactamente iguales, bueno, las de las ganadoras tiene un balcón.
-Yo quería el balcón…-dice Rocío mientras coloca la maleta sobre la cama.
Las estanterías y las paredes están vacías. A parte de la ropa, no nos hemos traído nada para decorar el piso.
-Pues yo no.-contesta Laura. Rocío la mira seria- ¿Que espectáculo daríamos a las personas que estuvieran paseando por la calle? ¿O es que vosotras no vais a bailar en ropa interior sobre las camas?
Rocío y yo nos miramos sabiendo a que se refiere. Hace dos años, cuando nos fuimos de excursión a Paris nos poníamos a bailar en ropa interior sobre las camas, a saltar y a hacer la tonta.
-Entonces prefiero la ventana.-mientras lo digo abro la maleta.
Lo primero que aparece es mi coneja Tina. La tengo desde que era pequeña y siempre me la he llevado a los sitios en los que me quedaba a dormir. Me hace sentir cerca de casa. La saco y la coloco sobre la almohada. Sigo sacando la ropa.
Las tres camas están en un lado de la habitación, las colchas son blancas, y al otro lado se encuentra un gran armario donde deberemos de guardar todo. Este es marrón y tiene tres puertas y más de diez cajones.
Nos los repartimos. Comienzo a colgar la ropa en mi parte del armario.
-¿En serio te la has traído?
Me doy la vuelta, es Laura que tiene a Tina en la mano. Sonrío al ver su cara.
-¿Pues no lo ves? –intento levantar una de mis cejas pero, no me sale. Por lo que acabo poniendo una cara extraña.
Laura suelta una carcajada.
-¡La de tonterías que nos habrá visto hacer este peluche!
Rocío deja su maleta a un lado y, con un montón de camisetas sobre los brazos, se queda mirando el peluche.
-¡Ni que lo digas!
Laura suelta a Tina en la cama. Y se pone a mirar por la ventana.
-Oye, ¿no hay persianas?
Me doy la vuelta para mirar a que se refiere. Y sí, no hay persianas.
-¡Que miedo! Yo no duermo aquí.-dice quitando su maleta de la cama, que se encuentra al lado de la ventana.
Hace el intento de quitar la de Rocío pero esta sale corriendo y se tira sobre su cama. Entonces va a la mía. Estoy agachada, guardando los calcetines lo que hace que me ponga de pie lo más rápido que puedo y salga corriendo hacia mi cama.
Laura coloca su maleta encima de la mía lo que hace que las dos maletas se caigan y se escuchen un gran estruendo.
Laura pierde el equilibrio y cae en la cama. Cojo carrerilla y me tiro sobre ella. Y a los segundos Rocío esta sobre mí.
-¡¡Sandwich!! –grita Rocío antes de tirarse.
Comienzo a reírme con Rocío encima y Laura intenta seguir respirando. Se ríe tanto que, entre Rocío y yo, no puede estar cogiendo mucho aire.
La puerta blanca de la habitación se abre. Silvia, Andrea y Mayka están al lado del marco de la puerta.
Nos ven. Se miran entre ellas. Y corren hacia nosotras.
-¡¡¡Sandwich!!!
Las tres se tiran sobre nosotras, intentan mantener el equilibrio, pero caemos. Laura se queda sobre la cama, aplastada y con los pelos, castaños y rosas, revueltos. Yo me quedo en el filo de la cama con todos mis pelos en la cara. Rocío esta tirada en el suelo, sobre Andrea que esta colorada de la risa. Andrea tiene los pelos como una loca. Hay mechas californianas por un lado y pelos oscuros de Rocío por otro.
Silvia esta de rodillas aguantando la risa, y Mayka se está subiendo los pantalones.
Comenzamos a reírnos.
Mi risa no suena pero estoy llorando. La risa que tienen Laura y Mayka hace que me entren más ganas de reírme. Andrea ha conseguido entre la ayuda de Mayka y Silvia levantarse y Rocío sigue riéndose en el suelo. Cuando consigo levantarme, veo que las dos maletas están en el suelo con toda la ropa tirada en este.
Laura por fin se da la vuelta y le vemos la cara. El poco rímel que tenía esta sobre sus mejillas de tanto llorar. Sigo riéndome, lo que hace que necesite sentarme en la cama de Rocío. Esta consigue levantarse del suelo y la coleta que llevaba sobre la cabeza ha sido sustituida por un gran bulto de pelo.
-Yo os juro, -dice Mayka entre lagrima y lagrima- que me he hecho daño.
-¡Ahhh! ¿Qué lloras por el dolor? –Le pregunto intentando vocalizar lo mejor posible- Creía que era de la risa.
La risa de Mayka deja de escucharse, para y coge aire y luego sigue riendo.
-No, no, si me rio porque me ha hecho gracia…Pero es que me he comido toda la esquina de la cama.
Rocío se sienta con la espalda recta en el suelo, las piernas las tiene cruzadas y el bulto de pelo sigue en su cabeza.
-¿Y yo qué? –Dice tocándose el pelo- ¡que me he comido la esquina de la mesita de noche! –lo dice como una niña pequeña. Y al terminar de decirlo pone los brazos en jarras y pone cara de enfadada- ¡Tofú!
-¿Tofú? –pregunta Silvia apoyada en el armario para no caerse.
-¡Uhi, no! ¡Ofú!
Eso hace que sigamos riéndonos.
-Vaya caída que hemos metido.-dice Rocío, esta vez con su voz.

Se coge la coleta, y se levanta con la poca ayuda que puedo ofrecerle en estos momentos
De tanto reírme se me han ido las fuerzas.

Capitulo 1


*Finales de Septiembre de 2013*
Cuatro años han pasado desde que prometimos ahorrar. Cuatro años llevamos soñando. Cuatro años llevamos ahorrando. Y después de estos años mañana es el día.
Aunque no tengo ganas de volver a estudiar quiero mudarme con las chicas.
Sé que echare de menos a mi familia pero, si no hago estas cosas ahora… ¿Cuándo podre hacerlas?
Estamos a 25 de septiembre. Noto como el verano se va. Me está comenzando a entrar el aburrimiento de todos los años sabiendo que, cuando comience octubre todo volverá a ser rutina. Pero este año será diferente.
No voy a estar en casa. No voy a estudiar miles de asignaturas. Bueno, eso sí pero serán las que me gustan. Y aun así, después de todas estas cosas. No estoy alegre. Tengo miedo de irme. No quiero irme.
Siempre me pasó lo mismo cuando me iba de excursión con el colegio demasiados días. No quería ir, luego me lo pasaba bien pero, no veía la hora de volver. Ahora creo que es el mejor momento para madurar y sé que debo hacerlo. Pero me es difícil.

26 de septiembre 2013
El aire es frío a esta hora de la mañana. Estoy tan nerviosa que me cuesta tragar saliva. No he tenido ganas de comer y estoy muerta de miedo. Estoy tan desganada que me he limitado a ponerme unos vaqueros y una camiseta negra en la que pone en plateado Galaxy Defenders Stay Forever.
 Aunque al ver a Silvia venir con Mayka desde la otra punta del aparcamiento me relajo. Silvia se ha dejado su pelo, castaño oscuro, suelto. Lo tiene un poco más largo de los hombros. Al contrario Mayka se ha recogido su pelo rizado y castaño en una coleta llena de pequeños rizos.
 Al acercarnos nuestros padres comienzan a hablar. Son muy amigos, puede que demasiado. Pero nos da igual.
-Hola.-me limito a decir.
-¡Buenos días! –dice las dos a la vez.
Nos esperamos un momento, quietas, dejando que nuestros padres y madres pasen hacia delante. Llevo mi maleta roja en la mano derecha y una mochila negra que me ha dejado mi padre, en el hombro izquierdo. Silvia lleva una maleta grande y azul, y Mayka una del mismo tamaño, negra y con detalles en blanco y dorado.
-¿Nerviosas? –pregunto mientras miro el suelo.
-No, más bien yo estoy ansiosa.
Entramos en el aeropuerto, apenas hay gente. Son las ocho de la mañana. ¿Tan temprano para ir a Inglaterra? Pues me temo que sí.
Nuestros padres han estado hablando con una señora que hará de nuestra Canguro mientras estemos allí. No va a ser una canguro noche y día, solo nos ayudara si tenemos alguna duda.
Quedaron con ella a las nueve y diez en el aeropuerto, nos llevara al apartamento y a partir de ahí seremos literalmente mayores.
Seguimos andando hacia los sillones que están delante de una gran pantalla que nos informa sobre los vuelos. Nos sentamos. Nuestros padres siguen hablando. Silvia y Mayka también, pero yo, en estos momentos prefiero estar callada y sentarme al lado de mi hermana.
Me mira  a los ojos y como siempre me conoce bien y elige no hablar, solo se queda sentada a mi lado. De vez en cuando hace alguna broma que me hace reír, pero no más.
En Londres por primera vez no coincidiremos en las clases.
Silvia y Rocío irán a Pineapple, una escuela de baile y música que se encuentra en Covent Garden.
Silvia  y Rocío serán las únicas que vayan solas, ya que a las demás nos coinciden las carreras en una misma universidad. Las demás iremos a la Universidad de Westminster. Allí se pueden estudiar diferentes carreras y es un lugar muy bien…No sé, ¿decorado?
-Por favor, los pasajeros del vuelo 237 hacia Londres, Inglaterra. Vayan pasando por la puerta de embarque numero 7.
Me levanto del asiento. A la primera que miro es a mi hermana, no tiene expresión en la cara.
Le doy un beso en la mejilla y la abrazo.
-Estudia.-se lo digo en el oído.
-Ya lo sé.-me responde en el oído en el mismo tono.
Luego me voy hacia mis padres. La primera es mi madre, es más bajita que yo por lo que la abrazo por los hombros.
-Come bien, pórtate bien. Que no me llame Emma diciendo que te estás portando mal.-se me escapa una sonrisa.
-Sí, mama.
Luego es el turno de mi padre. Ahora es el que tiene que abrazarme por los hombros.
-No vayas a bares raros, que ahora meten drogas por todos lados.-le estaba abrazando por lo que no le vi la cara al decirme eso.
Al decirlo me separo de él y lo miro. Comienza a reírse.
-¿A qué bares ibas tu papa? –digo riéndome.
-A unos a los que no deberías de ir tú.
Riéndome comienzo a negar con la cabeza. Creo que nadie puede tener unos padres como los míos.

Después de minutos despidiéndonos, nos acercamos a la puerta numero 7. Allí se encuentran Laura, Andrea y Rocío. Al parecer habrán tenido que llegar las primeras.
Nos saludamos. Ahora sí. Ahora sí que tengo ganas de irme de viajes con estas locas.



viernes, 21 de junio de 2013

El comienzo de la Historia...

       25 de Abril de 2009
Después de meses deseando que ese día no llegara, este llega. Nadie de la clase quiere volver, es decir, ha sido una de las mejores excursiones que nos hemos encontrado.
Quiero volver.
Tanto yo como mis amigas lo tenemos claro.
Después de haber pasado una semana en Inglaterra no sé como volveré a ser quien era. Bueno, puede que este exagerando pero, quiero repetir.
El avión ha aterrizado hace un par de segundos, me quito sin esforzarme demasiado el cinturón y cojo mi bolso. Silvia y Mayka se encuentran a mi lado. Hacen lo mismo que yo, se preparan para dejar este avión.
Laura, Andrea y Rocío se encuentran en los asientos de nuestras espaldas, y como siempre seguimos con las bromas aunque no sea el momento adecuado ya que nos están explicando el lugar donde nos encontraremos con nuestros padres.
No tengo ganas ni de hablar, ni de escuchar.
He dormido bastante poco en esta semana. Supuestamente los cuartos eran de tres personas pero, como nosotras somos unas galletas sin pies ni cabeza pues no les hicimos caso a los profesores y todas las noches dormíamos juntas. Las bromas nos hacían llorar y las carcajadas seguramente, no dejaron dormir a más de uno.
Explico lo de galletas sin pies ni cabeza. Como somos tan originales, estamos tan aburridas y no teníamos otra cosa mejor que hacer, un día al estar hablando sobre formar un grupo a lo Americano decidimos llamarnos de ese modo. Pero poca gente lo sabe. Casi nadie, diría yo.
-¿Entendido chicos? –Pregunta el profesor que nos da Tecnología, diría el nombre pero, mejor no saberlo- Ya sabéis todos de la mano.
¿Todos de la mano? Bueno, seguro que a más de uno no le importa ir de la mano con los ligues que ha tenido en la excursión pero, ¿en serio debemos de ir de la mano?
Las seis salimos por fin de nuestros asientos. El profesor nos mira esperando que nos cojamos de la mano. Silvia y Mayka se cogen el brazo como las abuelitas, o como cuando llevas tacones y te aguantas en alguien. Pues del mismo modo.
Yo hago lo mismo con Laura y la operación se repite con Andrea y Rocío.

Cuando ya hemos dejado la “vigilancia” atrás y, vamos por el túnel que une el avión con el aeropuerto comenzamos a imitar a unas amigas ancianas que acaban de venir de viaje.
-Si hija –dice Laura con voz de abuelo y con  el labio superior intentando tapar sus dientes- las mantas no me han sido suficientes.-hace como si se sorbiera la baba.
-Bueno –contesta Mayka, esta tiene una de las piernas muy estirada, haciendo como si la tuviera de palo. Esta cojeando- yo hubiera preferido más espacio para mis pobres piernas.
Lo dice dejando al caminar la pierna derecha, la estirada, detrás.
-¿Y a mi qué? –esta vez habla Rocío mientras hace como que le tiemblan las manos- Que un chaval muy buenorro me ha obligado a molestar a una chavalita para salir. ¡Qué poca vergüenza!
Aquí ya llegamos al límite, todas comenzamos a reírnos. Es imposible no reírte cuando estas con ellas. Me encanta.

Llegamos al sitio donde se recogen las maletas. Nos colocamos en frente de este y esperamos.
-¡No quería volver! –digo agachando los hombros y la cabeza.
-Ni tu ni nadie.-Silvia esta a mi lado y noto como también ha bajado la altura de los hombros.
-Bueno, yo la verdad…-todas del grupo miramos a Andrea que esta como ausente mientras observa las maletas-…tampoco.-dice al los treinta segundos de haber comenzado a hablar.
-La pobre que está dormida.-se le acerca Laura y la abraza.
Mayka comienza a reírse.
-¿Qué te pasa? –pregunto sin poder aguantar una sonrisa.
-Que me creía que iba a empezar a cantar…-sigue riéndose- Es que lo ha dicho con un tono…
Me rio con ella, pero sin hacer mucho ruido ya que es demasiado temprano.
-¿Y porque no ahorramos? –Esta vez habla Rocío- Todas estamos de acuerdo en que nos ha encantado este viaje.
Nos miramos entre nosotras y en nuestras caras se refleja lo que ha comentado Rocío.
-Pues tiene fácil solución.-sigue hablando- En cuatro años ya somos mayores de edad. Podemos ahorrar para poder mudarnos a Londres y comenzar los estudios allí.
-¿Y el idioma? –pregunto mientras observo por donde están saliendo las maletas.
Acaba de salir una de ositos y corazones. Una chica de pelo castaño y largo ha ido a recogerla y al agacharse los chicos han aprovechado para darle unas palmaditas en el trasero.
Y esos son los chicos de mi clase. Subnormales hasta no poder mas, y más superficiales de lo que te puedas imaginar. Aunque, por suerte hay unos cuantos que se salvan. Tres, cuatro…Pocos. Y esos pocos son los que nosotras consideramos nuestros amigos. Aunque, bueno, tampoco se libran de no ser Satanás algunas veces.
-Cristi, para eso no hay problema.-contesta Silvia mientras observa el móvil que tiene en la mano- Te apuntas a una academia y ya está.
-A mi me ha gustado la idea.-dice Mayka mientras al igual que yo observa la salida de las maletas.
-A todas, creo, que nos ha gustado la idea.-dice Andrea mirándonos a cada una de nosotras.
Y es verdad.
-Pues solucionado, a partir de ahora lo que hemos dicho, ¡A ahorrar!-mientras lo dice Rocío levanta las manos como una animadora.
Y dicen que es tímida…seguro. Bueno, realmente lo es, pero cuando esta con nosotras, es un tornado de chistes y emociones. No llega a ponerte nerviosa, pero si llega a dolerte la tripa de la risa.
Nuestras maletas comienzan a salir.
La de Silvia la primera, es blanca y con florecitas negras. Le sigue la mía, que es roja, y la de Laura que es azul marino.
La de Mayka celeste y con espirales de diversos colores, le sigue. Y unos segundos más tarde salen las de Rocío y Andrea.
Rocío coge la suya, que es de color rosa y flores rojas, con facilidad pero Andrea es otro caso. Cuando va a agarrarle el mango, la cinta hace que esta siga hacia delante, cosa que hace que Andrea no pueda coger la maleta. Mira hacia los lados y al ver que no hay nadie se sube en la cinta y comienza a correr detrás de la maleta.
Agachada y con el brazo derecho estirado, parece el Jorobado de Notre Dame corriendo por la iglesia.
No podemos evitar reírnos cuando consigue cogerla. La pobre ha tenido la mala suerte de que la ha cogido delante del profesor de Tecnología, y este se le ha quedado mirando como diciendo:
<< ¿Pero eres tonta del bote?>>
Aunque Andreita no le ha hecho mucho caso y se ha bajado de la cinta tan normal. Cuando llega a donde nosotras estamos y nos ve riendo, pone una pose de modelo de maletas y comienza a sonreír.
-Sí, ustedes reíros…No ayudéis.
-Es que no te has visto.-intento decir sin reírme- Ibas así.-comienzo a imitarla.
Dejo mi maleta a un lado, y sin importarme quien de los tontos que me rodea me mira, la imito. Me agacho hasta tocar el suelo y estiro el brazo derecho. Ahora, comienzo a correr.

Y al igual que comenzamos este viaje volvemos a encontrarnos con nuestros padres, entre risas.