sábado, 31 de agosto de 2013

Capitulo 26

Después de que Silvia se quede dormida, las demás vamos a cenar.
No ha tenido ganas de hacer nada desde entonces. Tiene unas pequeñas ojeras debido al cansancio y a las lágrimas derramadas.
Comienza a sonar el teléfono de casa.
-¿Quién lo coge? –pregunto desde la cocina.
Estoy preparando la mesa para cenar. Coloco los vasos.
-Cógelo tú estás más cerca.
Suspiro y cojo el teléfono.
-¿Si?
-¿Cristina? –pregunta alguien al otro lado.
-Si.-respondo confusa- ¿Quién es?
-Soy Max.
Mierda.
Suspiro fuertemente y salgo hacia el salón.
-Hola.-le saludo.
Comienzo a mirar a las chicas y vuelvo los ojos.
Las chicas me preguntan por lo bajo sobre con quien estoy hablando.
-Me preguntaba si te gustaría venir conmigo a una fiesta con unos amigos.
Max. Articulo sin hablar.
-¿Qué quiere? –pregunta Laura riéndose.
Me encojo de hombros.
-¿Cristina estas ahí? –me pregunta Max preocupado.
-Si.-me apresuro a contestar- Perdón.
-No te preocupes. ¿Vendrías?
Rápidamente les explico a las chicas lo que me acaba de preguntar Max. Todas asienten.
-Vale.
-¿Quedamos en la entrada de la universidad?
-Claro, ¿a qué hora?
-En treinta minutos.
-Vale.-cuelgo- ¡No quiero quedar! -pego una patada al aire.
-¿Y para que quedas, tonti? –me pregunta Mayka.
-Para, -me quedo pensando unos segundos- no sé.
-Venga anda. Ve a vestirte juerguista.-Andrea y Rocío me tiran un cojín.
Se los devuelvo, pero no llego a darles.
Entro en mi habitación, oscura y fría. Me acerco a la ventana y compruebo que este cerrada. Lo está. Enciendo la pequeña lámpara de la mesilla de noche, y me acerco al armario.
Me pongo lo de siempre, los vaqueros, una camiseta roja con flores de colorines, la chaqueta de cuero negra y las converse negras.
Me suelto el pelo, y con un par de pequeñas horquillas negras, me quito algunos mechones de la cara. Cojo mi bandolera, meto la cartera y el móvil.
-¿Ya te vas? –me pregunta Laura.
-Sí, voy tarde.
Las chicas se despiden de mí, y con prisas salgo del edificio.
Ando rápido por la calle, son las diez menos algo. Nueve y media. Aquí vivimos un poco más adelantados que en España. Creo que cuando vuelva me encantara volver a cenar a la diez.
Aquí, con las horas y aparte la claridad del día hace que, poco a poco, adelantes tu horario.
Ando, cruzo la calle, canto una canción en mi mente y vuelvo a andar.
Así es como me entretengo antes de llegar a la universidad.
Cuando llego veo a Max sentado en uno de los bancos cercanos a la entrada de la universidad. Tiene las manos en los bolsillos de la chaqueta, lleva un gorro azul puesto y está mirando el suelo.
No le hablo hasta llegar al banco.
-Hola.-digo entrecortada.
El aire entra y sale de mis pulmones de manera rápida.
-Hola, ¿vienes corriendo?
-No.-me rio- Pero mi casa está lejos de aquí.
-¿Por qué no me lo has dicho? Hubiera ido a recogerte.
-No quería molestarte.
-No me molestas Cristina. ¿Vamos? –señala su antiguo coche.
Asiento y le sigo.
Gentilmente me abre la puerta del copiloto y hasta que no me siento y cierra la puerta no se relaja.
Me rio.
-¿Qué te pasa? –me pregunta colocando la llave en el contacto.
-Nada, solo que hacía tiempo que no escuchaba mi nombre.
-¿Y cómo te llaman los demás?-arranca.
-Cristi.-le respondo casi susurrando.
-¿Y ese no es tu nombre?-salimos del parking.
-Sí lo es.-me rio- Pero no mi nombre entero.
-¡Ah bueno! –Quita la vista de la carretera- Perdón entonces.
Comienzo a reírme. Entre los nervios y la incomodez acabo sonriéndole.
-No te disculpes. Me gusta escuchar mi nombre de vez en cuando.
Ambos nos reímos, y así, nos acercamos a un tímido bar.
Me siento extraña.
¿Qué estoy haciendo?
Estoy enamorada de otro chico, y aquí estoy. Con Max, un chico que ni me va ni me viene, apunto de conocer a sus amigos.
¿Y ellos que pensaran? ¿Qué soy su amiga? ¿Su futura “novia”?
¡Dios! ¿Qué estoy haciendo?
Max comienza a andar más rápido y acabo quedándome atrás, junto a la entrada.
El bar no esta muy lleno, hay pequeños grupos de amigos en las mesas.
Este se encuentra en penumbra, lo que provoca que cada mesa consiga tener intimidad. Se escucha a mi espalda una leve campanita que comunica que alguien acaba de entrar al bar. No miro hacia atrás, sigo mirando a Max, sus amigos le dan palmadas en la espalda mientras se ríen. Les acompañan algunas chicas que me imagino que serán sus novias.
-Hola Pitufina.-me dice alguien abrazándome por la espalda.
Me doy la vuelta asustada. Pero me relajo al ver a Harry riendo.
-Hola.-me rio- Me has asustado.
-Ya, lo he sentido. Has pegado un pequeño saltito.
Me rio. Veo a alguien aparecer por detrás de Harry.
-Hola Cristi.-dice divertido.
-Hola Zayn.-digo más cantarina de lo que jamás me hubiera imaginado.
Tanto Harry como Zayn van con las capuchas del abrigo puestas. Hace frio afuera. Comienzo a pensar que han quedado solo para hablar, pero en el momento en el que voy a preguntar, aparecen por detrás Karen con una chica rubia, alta y esbelta.
Me quedo asombrada, y me muerdo la lengua.
-Hola Karen.-la saludo.
Me acerco a ella, y nos damos dos besos en las mejillas.
-Hola Cristi, ¿Cómo estás?
-Bien.-intento responder lo más alegre posible.
-Esta es Taylor.-me dice señalando a su amiga.
Nos damos la mano.
-Encantada.-digo.
Se produce un silencio incomodo del que no sé salir.
-Y –Karen hace una pausa- ¿Qué haces aquí? –noto como se ríe molesta.
Harry y Zayn se rascan la cabeza y miran hacia otro lado.
Alguien me toca el hombro sutilmente. Max.
-¿Vienes? –me pregunta de manera protectora.
-Si claro.-No sé porque extraña razón, le cojo la mano- He quedado.
Max tira un poco de mí, y sin oponer mucha resistencia, le sigo. Miro hacia atrás y, con una sonrisa en la cara, me despido de ellos con la mano.
Taylor…Al final Laura tenía razón. Hay una Taylor.
Qué pena. Es la típica chica que todos quieren.
Perfecta.
-Este es Tom.-dice Max presentándome a sus amigos- Siva, Nathan y…
Del último no me entero. Pero lo saludo igualmente. Después me presenta a sus novias. Parecen normalitas, pero tienen algo que me recuerdan a Karen y Taylor.
¡Ah ya se!
Son perfectas.
Me siento un poco como en fuera de juego. Me estoy comenzando a sentir incomoda. He notado como los chicos se han sentado en una mesa cerca de nosotros, y saber que dos chicas están con ellos y se pueden estar besando y cosas por el estilo, me pone nerviosa.
-Max nos ha hablado mucho de ti.-me dice una de las chicas.
-¡Sí! –afirma la que está más cerca de ¿Siva puede ser? Ni idea- Que si hay una chica en las clases muy guapa…
-Que si tiene estilo propio.-sigue la otra.
-Que si me la…-comienza uno de los chicos. Pero su novia llega justo a tiempo para darle un codazo.
Me rio, son divertidos.
Y así estamos, bromas, bromas y mas bromas. Pero poco a poco, las chicas y sus amigos, me dejan claro que creen que para Max soy algo más. Este no habla, esta colorado y pasando de todos un poco. He notado como ha mirado un par de veces por encima de mí en dirección a los chicos.
A la sexta vez que lo veo mirar, también lo hago yo.
Zayn disimuladamente, estaba mirando por un pequeño hueco que queda entre las dos modelos. Karen se da cuenta de que Max y yo estamos mirándoles y le pregunta algo a Zayn, este niega con la cabeza y comienza a hablar.
Noto como Max se vuelve y comienza a hablar. Le imito y sigo.
Miro mi reloj minutos más tarde. La una menos diez. No me esperaba que fuera tan tarde.
-Max.-me acerco a él- ¿Podemos irnos ya? Me da miedo ir tan de noche por la calle.
-Sí, claro.-ahora le habla a sus amigos- Chicos, nos vemos.-se dan la mano.
Las amables chicas se acercan a mí, y abrazándonos nos despedimos.
Miro disimuladamente hacia la mesa, los chicos ya se han ido.
Max me coge de la mano. No me lo esperaba, pero me imagino que antes a él le pasaría lo mismo por lo que no la aparto.
No me la ha cogido igual que lo hizo Zayn, no entrelaza nuestros dedos. Y por supuesto, no siento lo mismo que cuando él lo hizo.
Cuando nos montamos en el coche, por alguna extraña razón, me pongo tensa.
El beso.
En las películas, cuando una cita acaba, se quedan un rato en el coche y sucede. La pareja se besa.
Pero yo no quiero.
Comienzo a mirar hacia el parque que hay al lado del coche, chicos jóvenes bebiendo y fumando.
-Penoso, ¿verdad?-dice Max arrancando.
-Sí. Me lo he pasado bien con tus amigos.-me apresuro a decirle.
-Pues yo me he muerto de la vergüenza.
Dejamos atrás el bar.
-Ya. Me di cuenta.-me rio- ¿Puedo poner la radio?
-Claro.
Max toca un botón, y comienza a sonar la música. La canción es Antigua.
Love is in the air de John Paul Young.
Ambos nos reimos.
-Bueno…-dice Max cuando llegamos a casa.
-Si.-me quedo en silencio unos segundos- Hasta el lunes.
Voy saliendo del coche.
-¡Feliz Navidad! –Me dice antes de cerrar la puerta- Nos vemos en enero, me dieron ya vacaciones.
Asiento.
-Pues, ¡Feliz navidad!

Y sonriendo, cierro la puerta y subo hacia casa.

viernes, 30 de agosto de 2013

Hola de nuevo!!!

Chic@s, siento no haber estado subiendo los capitulos de la novela, pero estas dos ultimas semanas no me ha ido el wifi, y cuando me funcionaba tenia problemas a la hora de entrar en el blog.
Pero ahora, podre subir. Y en nada tendreis el capi 26.
Gracias por ser pacientes.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Capitulo 25


 -¿Quién es ese? –le pregunto a Rocío.
Esta con el ordenador y tiene colocada en grande una imagen de un grupo de chicos y chicas vestidos de Papa Noel.
-Dylan.-dice triste.
-¿Cómo va a ser ese Dylan, Rocío?
-Mira.-saca su móvil.
Se va rápidamente a su galería de imágenes y me enseña una foto de Dylan con una barba blanca al lado y sonriendo a la cámara.
-Es él.-y señala a un chico de la foto.
Me fijo bien, y sí que lo parece.
-Bueno saldrían de fiesta.-intento quitarle importancia.
Niega con la cabeza y cambia de imagen.
En esta salen dos chicas posando a cámara.
-¿Qué se supone que debemos de ver aquí? –pregunta Silvia desde mi espalda.
Rocío, sin hablar, le da al zoom, y se desvía un poco para la derecha donde se ve a una pareja abrazada.
-Es Dylan.-confirma Rocío.
-No. No lo es.-dice rápidamente Mayka que se ha unido a nosotras.
-Si.-vuelve a decir.
-No.-grita Laura desde la cocina.
-Pero, ¿es que no lo veis? –Rocío se da la vuelta para mirarnos a todas.
Me mira a mí, luego a Silvia y se le queda la cara en blanco.
-¿Qué te pasa? –le pregunta Silvia.
Me giro y ahí está. Dylan.
-¿Tan poco confías en mi? –se gira.
-Dylan.-Rocío se levanta.
Dylan sale por la puerta, Rocío le sigue no muy lejos y cierra.
Nos quedamos en silencio mientras miramos la imagen.
Los celos la han cegado, el chaval es pelirrojo y con barba.
No es Dylan.
Ni siquiera se le parece.

[Narra Rocío]
-Dylan.-le llamo por primera vez.
Nos quedamos quietos en la casapuerta.
-Pensaba que confiabas más en mí.-me dice de espaldas a mí-Pensé que eras diferente.
No sé qué decir, simplemente contemplo su espalda. El abrigo sube y baja al compas de su respiración.
-Lo siento.-es lo único que digo.
¿Qué puedo decir? No lo sé. Muchísimas veces he pensado que decir en peleas de este tipo y ahora, no hago ni digo nada.
Comienzo a subir las escaleras. Llego a nuestra planta.
No tengo ganas de contarles nada a las chicas por lo que sigo subiendo hacia la azotea. No llevo abrigo, ni siquiera una simple chaqueta pero salgo al frio ambiente que se encuentra en la ciudad.
Me siento, temblando, en una fría silla.
Los pisos que rodean el nuestro son más altos y veo a numerosas personas, poniendo la televisión, comiendo o riendo.
La puerta se abre.
-Te vas a poner enferma.-me dice Dylan.
Se quita su abrigo, quedándose con una chaqueta. Me lo coloca sobre los hombros y se sienta a mi lado, en el suelo.
-Eres la primera que me ha pedido perdón por ser celosa, ¿sabes?
Sonrío y miro el suelo, mojado por las lluvias que nos acompañan estos días. Dylan se pone de rodillas en frente de mí.
-No lo hice adrede.-digo antes de que pueda hablar.

Coloca su mano en mi mejilla y la acaricia, nos miramos a los ojos. Azules e hipnotizantes. Me acerco a él y le doy un beso, dulce y cariñoso, en la mejilla.
Dylan se levanta y me da la mano. Me levanto con él. Y lo abrazo.
-¿Te lo has pasado bien? –le pregunto riéndome.
-Si.- se ríe.-Te he echado de menos.
-Yo a ti también.
Se escucha un chasquido en la puerta y aparece una pareja besándose y riendo.
Nos quedamos en blanco al verlos.
Ellos se quedan igual, abre muchos los ojos y ni se molestan en separarse.
-¿Silva? –pregunto aun abrazada a Dylan.
-No es lo que parece.-dice Niall.
Se separa un poco de Silvia. Esta le mira raro.
-Nunca lo es.-susurra y se va escaleras abajo.
Miro a Dylan, y bajo su mirada, me voy detrás de ella.

[Narra Cristina]
-¿¡Pero que ha sido eso?!-entra preguntando Rocío.
Silvia acaba de entrar y, al entrar Rocío, se ha quedado parada en la entrada de las habitaciones.
-No ha sido nada.-dice en el mismo tono.
Las cuatro nos hemos quedado calladas y mirando la escena. Estábamos viendo tranquilamente El Rey León, y cuando han entrado nos ha costado seguir viéndola.
-¿Nada? Te estabas besando con Niall.
Las chicas abren los ojos y miran a Silvia.
-¿Qué ha pasado? –pregunta Mayka.
Miro el suelo.
-Llevo saliendo con Niall, ha escondidas, dos semanas.
-¿Y no nos has contado nada?-pregunta Laura incorporándose en el sofá.
-Él no quería que os dijera nada. Pero os agradecería que, por favor, me dejéis un rato sola.-se le escapa una lagrima.
-No.-Andrea se echa a un lado del sofá- Tú te vienes aquí y nos cuentas que te pasa.
Les cuenta las mismas dudas que me conto a mí el otro día. Se le escapan un par de lágrimas al contar como Niall le dio una carta un día después del incidente con la chavala. Como se lo pasaban al quedar los dos solos. Las ilusiones que le creaban las cartas y las dudas que le han entrado sobre su relación.
-¿Vas a romper con él? –pregunto intentado que alce la vista.
No lo hace.

-Puede. 

jueves, 8 de agosto de 2013

Capitulo 24


-¿¡Has sido tú el que ha saltado?! –Le pregunta Zayn atónito a Louis. 
-Si.-dice orgulloso.
-¡Estás loco!-le dice.
Tras eso chocan esos cinco.
-¡Quiero ir de compras! –alza la voz Laura.
Todos la miramos.
-Vamos. En nada es navidad y aun no hemos ido de compras por Londres.
Todos nos miramos entre nosotros.
-¿Por qué no?-pregunta Zayn- Necesito unas nuevas zapatillas.
-No me parece mal, el otro día se me antojo una camiseta del centro.
Y mientras terminamos de comer, planeamos nuestra salida.
***
Nos montamos como podemos en la furgoneta antigua de los chicos.
Andrea va sobre la falda de Rocío.
La furgoneta tiene mucho espacio por lo que, no vamos muy incómodos.
He de admitir, que es la primera vez que me he vestido bien para ir de compras. No he ido mucho de compras, puesto que no me gusta, pero las pocas veces que he ido, puedo asegurar que no me he puesto, ni una camisa blanca con calaveras ni unas botas con motivos florales.
Las chicas también se han arreglado, hasta se han maquillado un poco.
Laura lleva una chaqueta que me ha enamorado. Es azul marino y por la espalda lleva una frase escrita en plateado. Aun no me he parado a leerla.
El abrigo turquesa y rosa que lleva a Andrea también me ha enamorado al verlo. Ya que lleva flores, estrellas y más cosas dibujadas.
Rocío me pisa.
-¡Lo siento! –sonríe como si fuera el gato de Alicia en el país de las maravillas.
Sus botas negras y con detalles dorados, se juntan hasta quedar lejos de mis pies.
Me rio.
Mayka mueve el brazo señalando algo a nuestra derecha. Se trata de un hombre, disfrazado de Batman, sentado junto a un parque y leyendo un periódico.
-¡Ese será Liam de mayor!
Todas nosotras soltamos una carcajada.
Liam se da la vuelta, fulminando con la mirada a Mayka. Esta le sonríe.
Seguimos hacia el centro. Hay mucha gente en la calle, puede que sea por la misma razón que Laura ha dado para ir de compras. Navidad.
-¡Policía! ¡Policía! –dice Zayn alarmado.
Laura coloca su mano sobre la cabeza de Andrea y la echa hacia abajo.
-¿Así avisas a los tuyos cuando fumáis? –le pregunta Niall divertido- Que maneras hijo…
Pasamos por al lado de la policía, que se encuentra multando a un hombre en una moto.
Todos soltamos una carcajada.
El hombre va vestido de Spiderman y va sobre una moto de juguete.

Harry sigue conduciendo, aunque le será difícil puesto que se está riendo.
Laura quita la mano de la cabeza de Andrea, y esta se vuelve a colocar bien.
Cuando llegamos al centro y ya hemos aparcado, vemos que esto estará más lleno que nunca. Subimos por las escaleras mecánicas haciendo bromas sobre que estas te pueden tragar.
Al llegar al primer piso, vemos a mucha gente cantando villancicos. Un gran árbol de navidad, y demasiada gente con regalos bajo el brazo.
-Mirad. -Harry señala el techo.
De él se encuentran copos de nieve colgando.
El aire aquí es mágico. Los once nos encontramos unidos entre la multitud.
Una mujer pasa por mi derecha con un gran regalo, me quedo mirándolo, y la mujer me da fuertemente con todo el regalo en el costado. No se disculpa, sigue a lo suyo.
Reboto hacia mi derecha, donde Zayn me aguanta.
-¿A dónde vas? –me pregunta con una sonrisa en la cara.
-A comprar patatas fritas.-le digo con ironía.
-¿Al subsuelo?
Me sonríe. Le doy un toque con el codo, y sigo andando.
-¿Cómo tenemos que ir vestidas a la fiesta? –oigo preguntar a Andrea.
-Formales.-le responde Niall.
-Pero, ¿de etiqueta? –pregunta ahora Laura.
La respuesta afirmativa de Niall hace que entre Laura y Andrea nos lleven a las demás a una tienda para comprar trajes.
-Venga chicas, ¡a buscar!
Laura y Andrea se dan la vuelta a la vez, y con un movimiento sutil de pelo, ambas se van hacia diferentes estilos de trajes.
Me doy la vuelta. En la salida se encuentran los chicos, creo que ahora se irán a una tienda de discos y a comprar las cosas que necesitan.
Y así es. Veo como se van.
Me acerco a Mayka que esta ojeando unos vestidos, y comienzo a ojearlos yo también.
Uno rosa chicle y con un moño plateado hace que ponga cara de asco y pase al siguiente. Este, dorado y con detalles naranjas, hace que suspire. El tercero, uno lila, justo por el torso y con detalles en negro y plateado provoca que me cambie de estante.
El siguiente es más punk, son de esos vestidos que puedes llevar con botas. Paso, paso y vuelvo a pasar, pero nada.
Me fijo en las demás, y en como encuentran más de un vestido de su gusto. Puede que haya un vestido para mí, pero no tengo ganas de buscarlo.
Comienzo a escuchar la canción que suena en la tienda.
Es Mika. Live Your Life. Me rio y susurrando, comiendo a cantarla.

Muevo los pies a lo que a mí me parece el compas de la canción. Me acerco a Silvia y le doy un toque con el culo. Luego me pongo a bailar como las viejas.
Silvia se ríe y me sigue. Ambas paramos cuando algunas clientas nos miran con cara rara.
Así que me pongo a observar esos vestidos.
-¿Cómo te va con el Señor N?
-Bien.-suspira- es muy bueno conmigo.
-Para el empujón que le diste el otro día, sí.
Silvia me mira y ambas comenzamos a reírnos.
-¿Lo viste?
-Claro. No sé cómo no os pillaron.
-Yo tampoco. Si es que soy una crack.
Me paro en un traje.
-¿Cuándo saldréis a la luz?
-Por ahora no.-comunica- Él no quiere. No está preparado.
Paso de traje. No era tan bonito.
-¿Y cuando lo estará?
-No lo sé.-saca un traje- ¿Qué tal este?
Es amarillo y tiene los tirantes y el cinturón lilas.
Pongo una mueca mientras niego con la cabeza. Silvia, desganada, coloca el traje en el perchero.
-¿Sera porque se avergüenza de mi?
-¿Qué? –le pregunto mirándola a los ojos preocupados que tiene desde hace días.
-A lo mejor quiere llevarlo en secreto porque se avergüenza  de que yo sea su novia.
-Si claro. Y yo soy Rihanna.
-Pues yo creo que es eso.
-Yo no.-le digo de manera rotunda.
No sé que mas decirle.
No tengo muchas ideas en lo que se refiere temas de amor, consejos & demás,  por lo que, me alejo de ella bailando y cantando hot n’ cold de Katy Perry.
Me siento en los sillones de la zapatería de la tienda. Las chicas parecen ilusionadas con esta historia.
Trajes, chicos & amores secretos.
Una telenovela que todas vivimos.
Y que por mala suerte, me huelo que dejara más corazones rotos que buen sabor de boca.
-¡Cristina! –me “regaña” Rocío. Me coge del brazo izquierdo y me arrastra- Vamos a probarnos trajes.

lunes, 5 de agosto de 2013

Capitulo 23


Cuando llego al día siguiente al Santuario me alegro de que Lou y Tom estén aquí.
Bajo las escaleras la primera, seguida de Rocío y Mayka.
-¡Lou!-escucho decir a Rocío desde arriba de la escalera.
Comienza a bajarlas más deprisa que yo por lo que debo echarme a un lado. Cuando llega abajo, Lou y ella se abrazan.
A los pocos segundos Lou alza la vista y nos ve a Mayka y a mí. Comienza a andar hacia nosotras y nos abraza.
-Hola chicas.-nos saluda cuando aun estamos abrazadas- ¿Cómo estáis?
Se separa de nosotras para que Rocío también le responda. Esta comienza a responderle.
Alzo la cabeza, mirando por encima del hombro de Lou. Atrás, Tom está echando fotos a los chicos y a Lux. Sonrío. Se ven muy monos con un bebe entre sus brazos.
-Que grande esta Lux.-casi susurro.
Lou se da cuenta y se vuelve. Mirando también el panorama.
Tom coge con cuidado a la niña de los brazos de Liam, y la coloca en el cochecito. Los chicos, como si fueran niñas pequeñas, se acercan al coche y siguen mirando a la pequeña.
-Son peores que una ancianitas.
Todas nos reímos.
Dylan se da la vuelta y, sonriente, se acerca a nosotras.
-Hola chicas. Hola.-se acerca a Rocío y se dan un rápido beso.
Lou sube y baja las cejas, mientras nosotras nos reímos.
Tom se acerca con la cámara en su mano derecha y con la izquierda, abraza a Lou sobre los hombros.
-Chicas, ¿queréis echaros fotos con Lux?
-Si.-responde rápidamente Mayka- Nos encantaría.
Mayka comienza a andar hacia el cochecito.
No quiero sacarme ninguna foto con el bebe, siempre salgo mal. Preferiría sacar las fotos yo pero no me atrevo a preguntárselo a Tom.
-Vamos.-Rocío me coge del brazo y me acerca al lugar donde se encuentran los chicos. Cerca del cochecito.
-Hola.-les saludo.
Ellos me devuelven el saludo, y por mala suerte, no puedo evitar sentirme incomoda al mirar a Niall.
Intento actuar como siempre hago, pero, en este momento, no me acuerdo como suelo hacerlo.
-¿Quién la coge? –pregunta Lou  con Lux en los brazos.
Rocío y yo miramos a Mayka, esta está con los ojos iluminados y solo está mirando al bebe.
-Mayka.-me echo hacia mi izquierda como dejando claro que yo no.
Lou, con cuidado, deja a la niña sobre los brazos de Mayka que parecen acunarla bien.
Noto la mirada de los chicos sobre nosotras y, en cuanto Tom nos echa la foto, voy a sentarme junto a ellos.
***
Es un día aburrido en la universidad.
Dos cursos hicieron exámenes la semana pasada y ahora no están obligados a ir a la universidad.
Algunos alumnos se han ido a Nueva Orleans, en los que, entre ellos, se encuentra Dylan.
Estamos calladas, cada una en su mundo.
Algunas chicas comienzan a correr hacia la salida. Alarmadas y con ganas de ver lo que pasa, nos levantamos y las seguimos.
Toda la gente que falta en el “patio” se encuentra alrededor de la caseta de la electricidad, observando a un chico que se encuentra de cuclillas sobre esta.
Nos miramos entre nosotras y nos reímos.
¿Qué ira a hacer?

El chico, que se encontraba de espaldas al barullo, se da la vuelta y deja visible su tan conocida cara para nosotras.
Louis.
-¿Qué hace ahí? –pregunta Andrea un pelín alterada.
Nadie le responde.
Lo miro intentando adivinar que irá a hacer y porqué. No le veo sentido. La caseta no es muy alta. Como mucho medirá unos dos metros más los tres escalones que dan a la puerta. Louis nos ve, y sonriente, comienza a hablar.
-Callaos todos por favor.-pide calma con las manos. Todos obedecen.- Estoy aquí porque esa señorita de allí –señala a una de nosotras. Todas la miramos extrañada. ¿Andrea? –dijo hace unos días que no me consideraba un superhéroe y quiero demostrarle que no es así.
Miro a Andrea, tiene sus ojos oscuros abiertos de par en par, y mientras mira a Louis, comienza a reírse.
-Sera cabezón.-susurra.
Me río un poco por lo bajo.
Mi risa cesa cuando veo como Louis salta desde el tejado y cae al suelo. Todos los que se encontraban en el lugar donde ha caído se han echado a un lado.
Veo a alguien cercano a mí comenzar a correr hacia él.
Andrea. Las demás la seguimos.
Liam aparece de entre la multitud cuando ya hemos llegado a Louis.
Andrea se arrodilla, junto a él.
Está preocupada. ¿Y quién no?
Louis se da la vuelta quedando con el brazo derecho apoyado en el suelo. Coloca su mano izquierda en uno de los sitios en donde se ha dado.
-¡Voy a repetirlo! –declara a los segundos.
Los ojos de Andrea se abren como platos y enfadada, le pega una colleja muy sonora en la cabeza.
-¡Pero serás tonto! –se levanta del suelo.
-Pero, admite que soy un superhéroe.
-Sí.-admite Andrea con dulzura.- Un Superhéroe Retrasado.
Y al decir esto se va de allí. Miro a Liam, este ayuda a Louis a levantarse. Nos despedimos de ellos y salimos detrás de Andrea.
-Pero, ¡será tonto! –Exclama cuando llega al baño- Podría haberse roto algo.
-Lo mejor ha sido tu reacción.-dice Laura- Ha sido de película.
Andrea coge un poco de color y sonríe avergonzada.
-¿De verdad?
Las tres asentimos.
-¿Y qué hago ahora? ¿Me acerco a él y me disculpo?
-No.-digo sin pensar. Todas me miran- Hagámosle sufrir un poco… ¿no?
***
-Andrea, ¿estás enfadada conmigo? –le pregunta Louis dándole un toquecito en el hombro.
Liam, Harry y él se han venido con nosotras andando.
Desde que hemos salido de la universidad, Louis no ha parado de intentar hablar algo con Andrea.
Esta, no sé cómo, sigue sin hacerle caso y siempre que puede cambia de tema.
-Vamos Andrea.-dice ya cansado.
Nos quedamos sin hablar unos segundos hasta que Louis pega un salto delante de todos nosotros. Todos paramos y lo miramos.
-Vale que no me hables, pero te haré reír.- dice de forma maléfica.
Coge su móvil, y pone una canción muy antigua. Comienza a bailar en medio de la calle. Hace pasos de Grease, Dirty Dancing y Fiebre de Sábado noche.
Comenzamos a reírnos. Andrea se da la vuelta, dejando de mirar a Louis. Esta aguantando la risa.
Cierra muy fuerte los ojos y oprime una sonrisa. Louis anda hasta llegar a Andrea y le busca la mirada, aun haciendo el tonto.
Una pareja anciana, pasa a nuestro lado y se queda mirando de manera divertida a Louis.
Este no se corta y, con permiso del señor, saca a bailar a la señora mayor.
La canción sigue, como si no tuviera final. Harry se acerca a Liam y ambos comienzan a imitar a la pareja de bailarines.
Mientras el señor, se ríe al ver a la señora y a Louis bailar.
Cuando la canción termina, nos despedimos de la pareja y comenzamos, con dificultad, a andar.
-Bueno, no me hablas pero, al menos te ríes.
-No estoy enfadada contigo Louis.-le dice Andrea al cabo de los segundos.
-¿Entonces?
-Solo quería divertirme.
-¡Serás…!
Louis sale andando como Beyonce en un videoclip. Moviendo el trasero.
-¿Se ha enfadado? –pregunta Mayka.
-No. Solo está haciendo el tonto.
Y con la afirmación de Liam llegamos a casa.
Las chicas comienzan a despedirse.
Miro el cielo. Está nublado, pero a la vez entran algunos rayos de sol.
Al bajar la vista, veo como Niall y Silvia aparecen de la mano al doblar la esquina más cercana a casa.
Niall se queda parado mirándome y Silvia sigue hablándole. Niall le pega un jalón de brazo, Silvia se queja demasiado fuerte lo que hace que los demás se vuelvan para mirarla.

-Es que me he tropezado.-se queja después de haber empujado a Niall detrás de un coche.
-¿Y que ha sido ese sonido? –pregunta Laura señalando al coche más cercano.
Silvia se queda pensativa, procura no mirar a Niall.
-Y yo que sé.-comienza a andar hacia casa cojeando.
No veo a Niall desde la acera. A Silvia le queda un buen tocho por andar. Por lo que me doy la vuelta lo más rápido que puedo.
-¡Vamos todos a dentro! –Los chicos me miran- ¿Pedimos Pizza y os quedáis a comer?
Todos entran en el edificio entusiasmados. Silvia se queda la última, y noto como va hacia el coche. Me quedo mirando a través de la puerta.
Ayuda a levantarse, entre risas, a Niall. Con el empujón parece que se ha hecho daño en el hombro. Parece molesto. Silvia sigue riéndose. Niall le sonríe.
Se quedan hablando unos segundos y luego, comienzan a besarse.
Esta parte no me importa mucho, por lo que, comienzo a subir las escaleras.
-¡Rocío! –escucho a reírse a Andrea- ¿Qué haces en pijama?
Cuando llego, veo a Rocío tirada en el sofá, en pijama. Los chicos se sientan tan normales en el sofá, Rocío ni se inmuta.
-No tenía ganas de ir a las clases.
No le decimos nada. Me acerco al perchero de la entrada y dejo el abrigo.
Silvia aparece riéndose por las escaleras. Sola.
Cuando entra se va directa al salón.
-¿Por qué no llamamos a los que faltan para que vengan? –propone sonriente.
Los chicos comienzan a llamar a Niall y a Zayn al teléfono.
Paso por el salón y me dirijo a mi habitación.
Cuando llego me quito las botas, y me pongo mis zapatillas.
Me quedo observando las botas unos instantes, y comienzo a ponerme nerviosa.
Me siento en la cama, y miro la pared.
Ya llena de fotos y posters. Faltan menos de siete días para las vacaciones de Navidad y estoy nerviosa por lo que pueda pasar en las notas.
Rocío entra en la habitación, seguida de Laura.
-¿Qué haces ahí?- me pregunta abriendo el armario.
Estiro mis manos hasta no poder más, y me tiro en la cama.
Rocío se quita las zapatillas y, empujándome, se hace un hueco.
-¿Quién va a llamar a lo de las pizzas?
-Liam.-contesta rápidamente Laura.
-¿Has hablado con Dylan? –le pregunto a Rocío mientras paseo la vista por el techo.
-Si.-hace una larga pausa- Se está divirtiendo.
La noto triste.
Dylan no vuelve hasta un día antes de la fiesta. Rocío le va a echar de menos.
Escucho un portazo. Alzo la cabeza y compruebo que ha sido Laura.
Se apoya en la puerta.
-Ya lo he confirmado.-nos comunica- No quiere nada.
Harry. Seguro que se refiere a él.
Me incorporo y me muevo hacia atrás. Rocío también lo hace y apoya su cabeza en mi hombro mientras las dos miramos a Laura.
-¿Cómo lo has confirmado? –me atrevo a preguntar.
Laura se sienta en mi cama.
-Por el camino me ha venido hablando de una tal Taylor.-traga saliva.
Rocío se echa un poco más para el lado.
-Apóyate en su hombro. La comparto.-dice Rocío un poco más animada.
Me río. Laura con una sonrisa triste dibujada en su cara se coloca a mi izquierda e imita la posición de Rocío.
-Confirmado. De mayor quiero ser sillón.-digo riéndome.
-Podríamos hacernos famosas vendiendo tu cuerpo.-susurra Rocío en tono adormilado.
-¿Qué hablas loca? –le digo mirándola.
La miro. Adormilada, Rocío abre los ojos.
-No quería decir eso.-se ríe.
-¿Y qué vas a decirle? ¿Qué si querías? –Laura deja de estar apoyada en mi hombro para mirarla.
Las tres nos reímos.
Se escuchan tres toques en la puerta, seguido de Harry apareciendo por esta.
-Chicas vamos a… ¿Qué estáis haciendo? –alza una de sus cejas.
Lanzo mis zapatillas fuera de la cama, dejando a la vista mis calcetines azules.
-La manicura.-digo rápido.

-¿Con calcetines?-una media sonrisa aparece en su cara.
Las chicas estiran las piernas quedando igual que yo.
-Sí. Es una nueva técnica.-le “explica” Laura.
-Vamos.-dice mientras asiente confusamente- Tenemos que pedir.

Asentimos y mientras él se va por el pasillo, nos ponemos las zapatillas.

jueves, 1 de agosto de 2013

Capitulo 22


Desde que la semana pasada ocurriera ese incidente con Niall, Silvia no ha vuelto a ser la misma.
Solo coincido con ella en mi turno de los jueves, y hasta yo siento como la tensión ha aumentado. Que yo sepa no han intercambiado ni siquiera un saludo.
Estamos a domingo, hemos decidido cerrar para ir preparando la fiesta.
Estamos solo los chicos, Laura, Andrea y yo.
Nos sentamos todos en la misma mesa. Saco de mi bolso un cuaderno y Liam me pasa un bolígrafo. Después se sienta a mi lado.
Los chicos se van sumando a la mesa poco a poco. Zayn se sienta en frente de mí, Laura a mi izquierda junto a Niall, Harry sigue a Liam y se unen Andrea, Louis y Dylan.
-Lo primero, -comienza Liam- creo que estaría bien que pudiera entrar todo el mundo, ¿no os parece?
Miro a los chicos, no quiero formar parte de las decisiones que se tomen puesto que no soy nadie en este bar.
Los demás asiente y yo, comienzo a escribir.
-Luego, no sé, podríamos venir disfrazados.
La propuesta de Louis hace que una sonrisa aparezca por mi comisura de los labios.
Comienzan a pelear sobre de qué podría ser la fiesta, si puede tener un tema o un color asignado. Zayn me toca levemente la mano mientras comienzo a escribir sobre qué puede llegar a ser la fiesta.
-¿Puedes dejarme una hoja? –señala el cuaderno y me sonríe.
-Claro.-arranco una.
-Cristi escribe, Disfraces variados.-me ordena Louis.
Los demás se ríen.
-¿Hemos estado peleando para nada Louis? –le pregunta Harry atónito.
-Si nena.-y de manera divertida coloca una mano sobre su cadera.
Todos reímos y continuamos hablando sobre la fiesta de Navidad.
***
-Y al final de la fiesta podemos tirar confeti cómo celebrando el fin de año.-Harry nos sonríe- Así sería como si todos hubiéramos estado juntos en las fechas importantes.
Soy la primera que asiente ante esta gran idea.
Llevamos lo que se puede decir, toda la tarde pensando en la fiesta y admito que esta es la mejor idea que han dado.
Niall ha propuesto pedir muchísima comida y probar de toda un poco, como no nos gustó a nadie, metió que cada uno viniéramos vestido de una comida.  Todos nos reímos, pero no fue a más su idea.
Dylan dijo de celebrar una fiesta familiar, como si la gente que viniera fueran nuestros mismísimos tíos. El pobre no consiguió que a nadie le gustara.
Y bueno, la idea de Louis no pudo ir a más.
Niall comienza a aplaudir y le siguen los demás.
-¡Bravo! –grita Zayn mientras se ríe.
Los demás le siguen con halagos de ese estilo.
Harry realiza un par de reverencias. Y me suena el móvil mientras comienzan a bromear.
Mayka, preguntándome sobre si vamos a ir a cenar.
Me resulta raro puesto que no serán más de las nueve.
Miro el reloj. Me equivocaba.
Son las once menos veinte.
-Chicos, la idea de Harry gana, ¿no? –apunto algo en la libreta.
-Si.-me comunican al unísono.
Lo apunto y, mientras me levanto, le paso el papel a Liam.
-Nos vemos mañana. Chicas vamos, hoy, cena en casa.-espero a que ambas se levanten.
Andrea y Laura se miran entre ellas y me miran con una pizca de disculpa.
-Esta noche, -Laura carraspea- tenemos una cita.
Me rio, y abro los ojos.
-¿Una cita? –les pregunto extrañada.
Andrea se ríe.
-Sí.-se queda pensativa unos instantes- Con ellos.
Señalan a dos de los chicos. Louis y Harry.
-¿De verdad? –les pregunto extrañada.
Los demás chicos comienzan a reírse mientras le echan en cara a los dos lo callado que se lo tenían.
-Ya os veía yo muy arregladas.-les sonrío.
Me acerco a ellas y les doy un abrazo estilo Mosqueteros, las tres juntas.
-Tened cuidado.-les susurro.
-Que no hemos quedado con psicópatas Cristi.-Andrea se ríe.
-Pasáoslo bien.-me giro hacia los chicos- y vosotros cuidadlas.
-¡Cristi! –me gritan las dos.
Los chicos se ríen.
-¡Que no eres nuestro padre! –Laura me “regaña” y poco a poco se pone colorada.
-Para eso estoy.-comienzo a andar hacia la salida- Adiós chicos.
Mientras subo las escaleras y escucho como todos se despiden de mí, pongo música en mi móvil para no ir aburrida por la calle.
***
Demi Lovato suena por la solitaria calle.
El aire nocturno que hay por esta parte de la ciudad es escalofriante, y un par de veces he pensado que el hombre que venía por la otra cera iba a robarme. Por suerte, no ha sido así.
Las demás chicas ya saben que voy hacia casa, procure enviarles el mensaje nada más salir, por si me ocurría algo por el camino.
Como dice mi madre, Más vale prevenir que curar.
Mientras Demi Lovato eleva su voz hasta lo más alto, escucho mis pies chocar contra el suelo.
En ese momento comienzo a escuchar unos pasos a mi espalda.
 Me pongo nerviosa sin ninguna razón.
¿Qué pasa, alguien no puede ir andando tarde hacia su casa como tú?
Me quedo pensando en esa pregunta unos segundos.
No, nadie puede tener los mismos motivos que yo tan tarde.
Es raro.
Los pasos aumentan su velocidad, casi corren. No sé qué hacer por lo que, disimuladamente, comienzo a aumentar más mi velocidad. Alguien pone sus manos en mis hombros, echándome un poco hacia atrás.
-¡Boo!
Pego un salto hacia la carretera desierta y mientras coloco mis manos sobre mi boca, para no gritar, veo a Zayn alucinado por mi reacción.
-¿Cristi que te pasa?
-¿Qué me pasa? –Repito un poco alterada- Me has asustado tonto.
Me acerco a él y le pego un manotazo en el brazo.
-Para.-se queja riendo- La tonta eres tú, ¿a quién se le ocurre tan tarde ir sola por la calle? Podrías haber esperado un segundo, yo te hubiera acompañado.
-¿Tu? –me intento hacer la interesante. Pero acabo riéndome- Pero si eres más raro que Sheldon de Big Bang.
Zayn hace una mueca. Y luego se ríe.
-Habló la Orco de Mordor.-cuando acaba de decirlo se queda esperando mi reacción.
Abro los ojos, y al acordarme del aspecto que estos tienen, me rio.
-Esa es buena.-me acerco a él y levanto mi mano derecha- Choca.
Este, aun alucinado,  choca.
-¿Vamos? –le pregunto cuando me acuerdo de las chicas.
-Sí, vamos.
Comenzamos a andar, uno al lado del otro.
Zayn mete sus manos en los bolsillos del vaquero. Yo coloco las mías en los bolsillos de mi sudadera. 
Miro el suelo mientras ando, nuestras sombras, producidas por una farola a nuestra espalda, se alargan hasta perderse de mi vista.
Nuestras respiraciones son diferentes y al ponerme nerviosa comienzo a mirar a mi alrededor para tener algo en lo que pensar.
-¿Sabes?  Mi novia se hubiera enfadado si le hubiera dicho eso.- me mira- Aunque hubiera sido de broma.
Se queda mirándome unos segundos más y me pongo nerviosa.
-Yo no soy tu novia.-le contesto cortante.
-Ya lo sé…
Parece que se lamenta por ello.
¿Pero qué digo? Si su novia es perfecta.
Comenzamos a escuchar sonidos procedentes de  la esquina de la calle.
Un grupo vestido igual que el grupo de las chupas de cuero aparece por esta, riéndose y haciendo bromas entre ellos.
Noto como, al aparecer, Zayn eleva la cabeza, dejando de mirar al suelo.
-Mierda.-susurra mirando hacia nuestra espalda.
-¿Qué pasa?
Vuelvo a mirar al grupo. Creo que aún no se han dado cuenta de que vamos por la misma calle que ellos.
-Es un grupo muy peligroso,-comienza a explicarme- en el “mundo” por el que mi grupo se mueve son muy conocidos. Juegan con personas con las que nadie debería hacerlo y, siempre consiguen lo que quieren.
Cojo aire.
-¿Te conocen?  -es lo único que se me ocurre preguntar.
-No.-vuelve a bajar la vista- Dame la mano.
Saca su mano derecha del bolsillo y coge mi mano izquierda.
Su mano, suave y cálida, primero me coge como si fuera de la mano de mi padre. Segundos más tarde, Zayn entrelaza lentamente nuestros dedos.
Al principio intento mostrarme indiferente pero a medida que el grupo se acerca, noto como aumento la presión sobre su mano. Él parece notarlo.
-Ven, -se abre un poco la chaqueta- aparentemos ser una pareja normal.
Al principio no entiendo a que se refiere, mas tarde me doy cuenta. Me acerco a él y, aun de la mano, pasa su chaqueta americana sobre mis hombros. Parece tener frio, pero aun así, sigue hacia delante.
No digo nada.
Antes de llegar a cruzarnos con el grupo, Zayn decide cruzar hacia la acera de en frente. El grupo sigue con su vida, y por suerte entre risas y cantos, siguen con su rumbo.
-¡Que miedo he pasado! –susurro ya lejos de esos.
Zayn me aprieta la mano, aun no me la suelta.
-Yo también.
Ambos nos reímos y comenzamos a andar hacia casa, aun, cogidos de la mano. Suavemente dejo caer mi mano, separándola de la suya, Zayn se queda quieto, como si no hubiera caído en que aun seguía de mi mano.
-Lo siento.-se disculpa.
-No pasa nada.-dejo caer la chaqueta de mis hombros y se la doy- Gracias, seguro que hemos dado el pego.
Zayn se ríe.
-Si seriamos una pareja épica. Sheldon y una orco.
Me rio.
-Pero seriamos únicos en el mundo.-aun riéndome lo miro.
Para de reírse, y me mira de una manera imposible de describir.
-Sí, -mira hacia el suelo unos segundos, más tarde vuelve a mirarme- seriamos únicos.
***
-Da pinceladas más suaves.-me aconseja Max a mis espaldas.
Lo miro, Max me sonríe mientras observa lo que llevo dibujado.
-¿Qué tal si aquí –señala las sombras del lago- colocas turquesa?  El contraste produciría…
-Una mejora en el ambiente del espectador.-termino de decir.
Max me sonríe y se rasca la nuca.
-Al igual que tu, me veo obligada a escucharle.-señalo al profesor.
-Eres buena.-se ríe.
-Gracias.
Por suerte al decir eso se va. El chico no es mala persona pero, me pone nerviosa.
Sus ojos, su media sonrisa y su comportamiento es un poco raro, pero aparte de eso, es buen chico.
***
Nada más entrar me voy directa a mí a habitación.
Dejo el bolso sobre mi cama, Laura también entra en el cuarto. Se quita las botas y se pone sus zapatillas.
-¿Qué comeremos hoy? –le pregunto mientras saco el estuche de los pinceles del bolso.
-No se.-saca algo de su mochila- ¿Crees que Harry querrá algo mas conmigo que mi amistad?
Laura se sienta en la cama.
-No sé. Dijisteis que os lo pasasteis bien en la cena, ¿no?
-Si.-resopla- Pero creo que solo quería cenar, no se Cristi…
-¿Las demás que opinan? –me siento a su lado.
-Bueno, he procurado preguntárselo a cada una en “privado” y lo máximo que me ha quedado claro es que tenga cuidado, que Harry no es un chico normal pero…
-¿A ti te gusta? –le pregunto cuándo lleva más de dos segundos en silencio.
Laura alza la cabeza y sola, se da un cabezazo contra mi hombro.
-No lo sé.-se ríe- Es raro.
Le doy dos suaves toques en la espalda.
-Vamos anda. Cuando te aclares ya hablamos todas juntas. Ahora no tienes nada claro y por muchas cosas que te digamos no lo tendrás hasta que esto –le señalo su corazón- se aclare.
Laura se queda pensativa y le sale una pequeña sonrisa por la comisura de sus labios.
-Pues aclárate ya por fa.-dice mirando hacia su pecho.
Salimos de la habitación. Dejo pasar a Laura primero para poder poner la calefacción, que se encuentra al final del pasillo.
-¿Alguna de las dos podría coger mi móvil? Está en mi cuarto.-nos pregunta Silvia desde la cocina.
-¿Tú o yo? –me pregunta Laura.
-¿Yo?
-Tu.-afirma riéndose y comienza a irse a la cocina.
Entro en el cuarto. Esta mucho más recogido que el nuestro. Las camas tienen numerosos cojines y papeles. Llego a la de Silvia, donde se encuentra el móvil.
Lo cojo.
Al darme la vuelta veo el tocador.
Me miro.
Cojo la goma que tengo en la muñeca y me cojo una coleta, así estoy más cómoda. El móvil se me cae de la mano al poner la gomilla en mi pelo.
Me agacho y veo algo sobresalir de la alfombra de colores que tienen puesta en el cuarto.
Un papel. Tiro un poco de él para sacarlo.
¿Qué será? ¿Una carta antigua con secretos nacis? ¿El mapa del tesoro?
Miro bien la carta. ¿Una carta de amor?

“Querida Silvia:
Gracias por comprenderme, no quiero que mucha gente lo sepa. Es que ya me han roto el corazón otras veces y me es importante poder confiar en alguien en estos momentos.
La respuesta a tu pregunta es no. Solo he tenido una y de ahí me viene ser tan raro con estas cosas.
Lo siento mi princesa pero como tú dices, mejor empezar poco a poco.

Siempre tuyo, (________)”
-¡¿Pero qué!?-susurro para mí.
Alzo la vista. Estoy sola en la habitación. Escucho como de lejos chocan platos y cubiertos al comer.
-Silvia.-la llamo desde el cuarto.
-¿Qué? –la voz se escucha lejana.
-Ven, no lo encuentro.
-Cómo no.-dice Rocío- ¿seguro que no tienes miopía?
Me rio para disimular un poco.
-No.
Me levanto y me siento en la cama. ¿Cómo ha podido ocurrir esto?
-Ya voy Cristi.
Escucho como las demás siguen comiendo.
Los pasos de Silvia suenan por todo el pasillo. Entra en la habitación.
Me giro para mirarla.
-¿Qué es esto? –le susurro.
Esta a más de dos metros de mí. Se ha quedado pegada al marco de la puerta. Me levanto, me acerco a ella y le doy el móvil y la carta.
-Suerte con esto.-le digo.
Se queda parada observando la carta y mi cara.
-Cristi, ¿Salimos hoy a correr y te lo explico?
-¿Yo a correr? –me rio- No gracias, y creo que deberías habérnoslo contado.
Salgo de la habitación.
-Lo iba a hacer pero…No sabía.-mira el suelo-No puedo.
Asiento.
-¿Sabes que todas te ayudaremos si quieres, no?
Silvia asiente.
-Lo sé, sois las mejores pero, -hace una pausa. Mira la carta y sonríe- Esto es algo entre nosotros dos.
-Vale. Vamos.-con la cabeza le señalo la cocina.
-Espera. Tengo que guardarla.
La dejo entrando en la habitación.
Ando hacia la cocina. Las cuatro están sentadas en la mesa, charlando mientras comen una sopa.
-¿Sopa? –pregunto mientras me siento en mi sitio.
-Si, como las viejas.-Andrea se ríe.
-Yo si fuera vieja, me la bebería con una pajita.-Laura se levanta y coge una pajita de un zumo- Así.
La coloca en la sopa y el plato comienza a vaciarse.
-¡Laura! –Mayka le da un leve codazo- Comete la sopa bien.
-Vale mamá.-dice pestañeando mucho.
Silvia aparece en la cocina. Y un poco más lento de lo normal se sienta en frente de mí.
-¿Qué ha pasado con el móvil? –le pregunta Rocío mientras coge un trozo de pan.
-Que me lo había dejado en el salón.
-Y encima era yo la miope, ¿sabes? –le digo a Rocío alzando las cajas.
Rocío se ríe.
-Es que Silvia padece alzhéimer.-se defiende Rocío.
Todas nos reímos.
Intento actuar lo más normal posible, pero esa carta lo impide.
¿Cómo ha podido llevarlo en secreto?
Pensaba que todas confiábamos en todas ¿No es así?
Al parecer, toda persona tiene su límite.
A lo mejor entiendo a Silvia. ¿Realmente lo hago?
Puede.
Si un chico también me hubiera pedido poder tener tiempo para sentirse mejor con lo que está haciendo, hubiera actuado igual que ella.
La miro.
Las demás chicas están hablando sobre algo. Dudo que se den cuenta.
Disimuladamente asiento hacia Silvia.
-Me callare.-le susurro.
Lo bastante flojo para que las demás no se enteren. Lo bastante alto como para que ella se relaje y la comida siga su curso natural.
Aunque sus nombres, entrelazados y entre corazones, siguen volando en mi mente.