Recojo mis utensilios, le
prometo a Jade verlo mas tarde y salgo junto con Max.
-¿Es algo grave? ¿Voy a
suspender? –me rio.
Max sonríe y me lleva
hasta el aula de Historia de las artes.
Le sigo sin preguntar,
aunque no puedo evitar mirar hacia la puerta no vaya a ser que la profesora
entre y no es plan de enfadarla.
Max se para junto a una
antigua bola del mundo que esta al final de la clase.
Dejo mis carpetas de
apuntes y mi bandolera en un pupitre, y me acerco a él, que mira el globo
fijamente.
-¿Quieres que te diga
donde esta España? –le pregunto mientras bajo la camiseta que Jade me ha
dejado.
Es muy larga y eso no me
importa, según me ha contado es del concierto de Jason Derülo al que fue hace unos años.
La camiseta es negra
entera, pero por la parte delantera se encuentra el perfil del cantante con coloridos dibujos al cuello. Es bonita.
-No gracias, -me sonríe-
sé donde esta España. Quería que vieras esto.-Señala la bola.
Me acerco. Veo en
Inglaterra un papel pegado con la palabra “You”
escrita. Muevo la mirada y en Estados Unidos, por la parte de Nueva York,
veo otro papel. “Me”.
-Me voy.-me corta Max- Me
quedo dos semanas más. A mediados de Marzo comienzo a trabajar en un museo
neoyorquino.
No sé que pretende con
esto, pero comienzo a ponerme nerviosa.
-No quiero que te vengas
conmigo, sería demasiado, -dice mirando el mapa- pero sí que pasaras junto a mi
estos últimos momentos.
-Max esto…
-Solo dime qué opinas.
Muevo mis manos,
asustada por la decisión que debo tomar.
[Narra Mayka]
Me rio hasta llorar por
culpa de Harry.
Le ha tocado hacer las
prácticas de cirugía con un canario. El muy tonto, no ha sostenido bien el ala
izquierda, y se le ha metido el ala, junto con plumas que se le han caído, en el
interior del pájaro.
Intento no hacer ruido.
Pero la cara de espanto del profesor al mirar a Harry hace que quiera reírme
más.
-Señor Styles, háganos
un favor y deje al canario descansar en paz de una vez.
Harry suelta los
utensilios y se echa el pelo hacia atrás.
-Lo siento.-y comienza a
acercarse a su sitio que es a mi derecha.
Me mira sosteniendo su
sonrisa.
-No te aguantes
en.-susurra.
Me aguanto de nuevo la
risa y tardo un par de minutos en serenarme, puesto que el profesor no para de
mirar con asco a Harry.
Al terminar la clase,
salimos los dos juntos hacia la siguiente clase.
-No es mi culpa que el
ala se me cayera.-se excusa.
-Claro que si.-le
sonrío.
-Mayka, tengo que darle
algo a Laura, ¿Vas tu hacia la clase?
-Claro que si, ¿Dónde
puedo ir?
-No sé. A la luna
podrías ir.
-Sí, allí me iré.-me
rio.
Harry sale corriendo en
dirección al área de periodismo.
Recuerdo que en mi
taquilla se encuentra el libro de química y comienzo a andar hacia mi trozo de
pared. Escucho a alguien decir mi nombre en un susurro.
Giro para mirar quien ha
sido.
Veo a un chico que está
conmigo en clase señalar hacia mi persona.
Me quedo extrañada,
hasta que veo a Liam correr.
-¿Sabes que eres un
pesado? –le digo seria mientras se acerca a mí.
-No voy a parar hasta
que me perdones.-responde.
-Pues nada. Te
perdono.-giro de nuevo y sigo andando.
-Mayka, por favor.
Cierro los ojos y
aprieto la mandíbula.
-Lo siento Liam, pero no
puedo tratarte de otra manera. Siento como si me hubieras utilizado.
Liam se acerca a mí.
-Lo sé Mayka, y sé que
te lo debería de haber contado, bueno, en realidad no. Es decir, fue solo un
rollo, no fue nada más y ella creía que sí. Mayka si te besé fue por algo, y no
por simple antojo.
Sigo andando, y al fin
llego a mi taquilla.
Pongo el código. 23213
-Liam, esta tarde
hablamos por favor, debo concentrarme en clases.-le pido.
-El problema es que yo
no me concentraré.
-Pues lo siento, esta
vez tú saldrás perdiendo.
Sin mirarle me voy de
allí, abrazando mis carpetas para que no me vea llorar.
[Narra Cristina]
-Max necesito pensarlo,
no lo sé ahora mismo.
Max no me mira. Tiene los
ojos alzados, como si un fantasma estuviera a mi espalda.
No se lo piensa y me
abraza.
-Será lo que tú
quieras.-dice.
Coloco mi cabeza en su
hombro y veo a Zayn mirándonos.
Me aparto de Max, pero a
Zayn no le da tiempo de verlo cuando ya se ha ido.
[Narra Mayka]
Espero a Liam a la
salida de su especialidad.
Quiero arreglar esto.
Me gusta demasiado como
para dejarle ir.
La chica que era su
novia sale y me echa una mirada mortal, clava sus claros ojos en mí, y bajo la
mirada.
¿Pero esta chica está
bien?
Veo a Liam salir junto
con un grupo de chavalas a su alrededor.
-Hola Casanova.-le
saludo.
-Hola.-me sonríe
satisfecho.
Andamos esquivando a
chicas hasta llegar al coche.
-¿Tenemos que esperara a
los demás? –pregunto cuando me he sentado ya en el asiento del copiloto.
-No, hoy se van
andando.-arranca.
Rápidamente sale del
aparcamiento.
-A tu casa. Debo dejarte
allí o las chicas me matan.
Nos reímos.
Liam mueve sus manos por
el volante al ritmo de la música.
Vamos en silencio hasta
que la canción acaba y un incomodo silencio se hace en el vehículo.
-Mayka, ¿Podríamos hacer
un trato?
Me lo pienso un rato.
-Vale, ¿Qué trato es
ese?
Pone el intermitente y para
a un lado de la carretera.
-Olvidar estas últimas
veinticuatro horas entre nosotros.
-¿Y qué saco yo en todo
esto?-digo divertida.
-Lo que tú
quieras.-responde.
Le miro con maldad y le
propongo la única cosa que se me ocurre hasta el momento.
[Narra Rocío]
-No seas tonto.-me
acerco y le beso la mejilla.
Dylan pone cara de tonto
mientras me acaricia las manos.
Hace mucho frio en la
calle, y me coloco bien la bufanda.
-¿No tienes frio? –miro
a Dylan.
-Pues no, estamos a
finales de febrero, ya no hace frio.
-Pero tú eres tonto.
Me guiña su ojo derecho,
sonríe.
Nos quedamos mirándonos
mientras las personas pasan alrededor de nuestro banco.
-¿Por qué me miras
así?-pregunto dulcemente.
Dylan no parta los ojos
de mi, pone una mueca y sonríe.
-Te quiero.-se limita a
decirme.
Me muerdo el labio
intentando no derretirme delante de él. Parece un niño pequeño en navidad,
tiene los ojos brillantes y su barba de dos días no le hace más masculino en
estos momentos.
-Yo también cielo.
Alguien carraspea a mi
espalda.
Me doy la vuelta
avergonzada.
-Hola Stela, ¿Cómo estás?
-Bien, venía a darte
estos informes, se te olvido cogerlos en clase.
-¡Oh! Gracias.-cojo los
papeles.
Stela se va con prisas
de allí, y me quedo mirando los folios.
-Creo que estaba avergonzada.-ríe
Dylan.
Me fijo en que son los
exámenes de la semana pasada. Los he aprobado todos.
-¿Qué es? –Dylan
interpone su cabeza entre mi vista y los exámenes.
-¡He aprobado todo!
–intento decir lo más bajo posible.
Le abrazo.
-Me alegro mi musa.
Un papel se me cae al
suelo. Me acerco a este y lo recojo.
-¿Sabias de esta fiesta?
–le enseño el papel.
-Que va…-contesta
leyendo la pancarta.
[Narra Cristina]
-Podríamos acercarnos, es
dentro de unas semanas, nos da tiempo de prepararnos.-propone alegre Rocío.
Estamos en la entrada de
nuestra casa.
Liam se ha llevado el
coche, bueno, al coche y a Mayka.
Me rio.
Vaya dos.
Las chicas están junto a
sus novios, abrazadas a ellos y emocionadas. Zayn, cabizbajo y enfadado
conmigo, se apoya en el muro de la pared mientras Dylan y Rocío nos proponen un
plan.
La fiesta es en unos
veinte días y debemos vestir de gala, se realiza en el restaurante Noopi.
Ese restaurante es muy
moderno, y me emociona mucho ir, pero el problema es que debemos de ir en
pareja, y como que ir con Max y tener que ver a Zayn será un poco incomodo.
Suspiro y me aparto un
par de cabellos de la cara, miro el suelo mientras siguen hablando emocionados
sobre la fiesta, alzo la vista y veo a Zayn
mirándome.
Me quedo quieta, absorta
en su mirada pero, él de manera seria y
de malagana aparta sus ojos de mí.
-¡Pues decidido! ¡En dos semana de Fiesta! –Grita emocionada Laura.
[Narra Mayka]
Nos bajamos en el Lago Flakes, esta desierto ya que es la hora
de almorzar, pero como un trato es un trato y Liam no quería esperar, aquí nos
encontramos.
-Mayka, espero que me
perdones, porque después de hacer esto y de que las chicas me maten por
llevarte tarde a casa, no me volverás a ver el pelo.-se ríe.
Lo miro divertida.
-Liam, no tiene porque
ser hoy, pero date prisa que en nada va a oscurecer.
Liam se quita los
zapatos y la camiseta.
El trato era que
cruzaría el lago nadando y luego estaríamos en paz.
Cuando se va a quitar
los vaqueros me doy cuenta de que no tiene que nadar en agua congelada para
“ganarse” mi perdón.
-Liam, no hace falta.
Me mira divertido.
-No pensaras que voy a
nadar con los vaqueros puestos, ¿no? –se desabrocha el cinturón.
Se comienza a bajar los
vaqueros y comienzo a ver una fina línea de sus calzoncillos.
-¡Liam! Te perdono, pero
no te desnudes por favor.-me apresuro a decir.
Liam se relaja y se
comienza a vestir.
-Te lo agradezco, no tenía
ganas de nadar.
Sonrío.
-Bueno, ya estamos en
paz. Vámonos a casa que hace frio.
-Espera un momento, no
quiero ser el conductor nudista de Londres.